Jesús Millán Muñoz.- ¿Qué es y cómo debe ser, o cómo entiendo que es o cómo comprendo debe ser un artículo de opinión?
Mostraremos algunas notas, de unas docenas posibles o imprescindibles, como entiendo o percibo o comprendo este género literario-filosófico o de narración o de la comprensión humana.
– Un artículo periodístico es un artefacto o artilugio o instrumento que los seres humanos han inventado o diseñado o descubierto, para intentar entender y comprender algo de la realidad, tanto interna o externa, individual o colectiva, de ayer o de hoy o de mañana.
– El artículo debe ser tomado, por la sociedad humana, a estos niveles de evolución, de tanto nivel y calidad y profundidad, como el poema o la obra de teatro o la novela. Es decir, un libro de cien artículos publicados en un medio de comunicación, sea digital o en papel, sea dicho medio de enorme renombre o sea modesto, debe o debería contener tanta profundidad y esencialidad, y accidentalidad, como un libro de cien páginas de poesía o una obra de teatro o una novela de similar extensión.
– La honestidad del autor, debe ser esencial, dentro de los parámetros de la prensa, dentro de los límites del medio. El autor no debe engañar adrede, ni equivocar adrede, no debe mentir adrede, no debe manipular adrede, no debe tampoco engañarse, mentirse, equivocarse, o al menos intentarlo.
– Redactar un artículo, para las personas como el que redacta estas frases, que no tienen una remuneración económica, es algo parecido, no solo a una vocación literaria y filosófica o de pensamiento en general, es de algún modo, muy parecido como estar en una ONG, pero en este caso, de “escritura”. Tener esa finalidad o motivo o interés, permite redactar y observar la realidad, intentando un grado, no pequeño de filantropía y de humanidad.
Todo ser humano debe sentir, al leer un artículo, al menos es lo que pienso, que aunque no esté de acuerdo con las ideas que has materializado en el tiempo, que no es agredido, que el autor, intenta buscar la verdad-bondad-belleza-realidad-racionalidad-prudencia. Y aunque no esté de acuerdo con el pensar y sentir del otro, el redactor no es su adversario, menos su enemigo…
– No caer en el error, de poner titulares, que después, el texto apenas roza la razón de dicho título. Ser honesto o intentar serlo en todo.
– Estimo que los humanos, tienen cientos de características, se indican mucho las diferencias, pero en la mayoría de temas y cuestiones, sentimos y percibimos lo mismo. Por lo cual, un lector o lectora puede estar en desacuerdo con mis escritos periodísticos en cien cuestiones, pero si analiza bien su alma y su corazón y su cuerpo, se dará cuenta, que está de acuerdo conmigo en mil aspectos. Por tanto, nadie tome mis palabras escritas y mi lenguaje y los conceptos o ideas, como son una afrenta a su persona o a su ideología. Soy alguien, que sencillamente, durante toda la existencia he estado buscando mayores grados de verdad-bondad-bien-veracidad-belleza-racionalidad-prudencia y por tanto, utilidad.
– He intentado siempre que mis palabras escritas, y mis palabras dichas, en el diálogo normal, fuesen útiles y racionales, y con el mayor grado de verdad y de bien y de bondad posible. Quizás muchos no las han entendido, muchos no las han querido comprender. Pero he intentado que todas estén dentro de los límites de una moral y ética que viene de siglos, y que ha sido probada su racionalidad y su utilidad, y dentro del marco de los Derechos Humanos, de 1948, que han probado que pueden ser los límites, para no salirnos a la locuras colectivas.
– Desearía que cuando alguien lea un artículo en el que haya puesto la firma, o al menos tres o cuatro, sienta, que se le abre nuevos horizontes en algunos temas, y sienta, que el autor, de alguna forma le está enviando cartas para que esa persona se quiera más a si misma, se quiera de una forma más verdadera y racional. No sé todo y menos sobre todo, aunque pergeñemos palabras sobre diferentes y diversos temas. Pero intentamos, mostrar y demostrar algunos aspectos de la realidad. De la enorme realidad de la que somos parte y en la que estamos, al menos en esta vida, durante unas docenas de años. Y esperamos que después haya Otra Vida.
– No escribo artículos por fama, notoriedad, vanidad, soberbia, pero no le puedo engañar, me gustaría, ya que siempre he tenido esa vocación de observador-pensador-escritor, me gustaría, que algún gran medio de comunicación, sin olvidar los pequeños, me entrase en su nómina, porque ya casi cincuenta años, cincuenta, sin exagerar, dándole al pensamiento y a la tecla o al lápiz, tanto, y todavía, todavía no haber recibido ni un euro, ni un euro, por las miles de frases que he puesto en las hojas de papel o informáticas. Salvo un premio que de adolescente gané de poesía. Creo que el pescador merece su salario también…
Para terminar, indicarle, que soy consciente, que toda persona, cada día recibe una miríada de imágenes, sonidos, noticias, palabras, conceptos. Por lo cual, también sé, que cada día se publicarán en el mundo cientos de miles de artículos y artículos de opinión, columnas, editoriales, y textos de similar tamaño y estructura. Por lo cual, creo que es mi obligación al hipotético lector, que abra uno de mis artículos en su medio teleinformático, es mi obligación, de no hacerle perder diez minutos de su existencia. Sino que esas mil palabras, le abran un nuevo campo de realidad, al menos, en algunos temas. Paz y bien.