La Semana Santa de Argamasilla de Calatrava tiene de particular, entre otras cosas, que son varios los momentos que comparten sus tres hermandades de Pasión, como los domingos de Ramos y Resurrección. Un hecho que en años donde, como éste, la lluvia está latente, minimiza en cierta manera que no puedan hacer una estación de penitencia como se debe.
Anoche, Miércoles Santo, así de hecho sucedió. La procesión del Silencio tenía marcada su salida para las once de la noche, cuando irrumpían cuatro gotas que, por la suciedad del ambiente que arrastran, son capaces de manchar, y dañar, el patrimonio con que las hermandades se echan a la calle, unas imágenes que cuesta mucho tener y mantener y que a ningún hermano gusta por tanto poner en riesgo.
Así, la Esperanza hubo de quedarse dentro, ante el dintel del templo parroquial, mientras Cristo con la Cruz a Cuestas daba la vuelta a la altura del Hortelano, cuando la lluvia parecía que iba a cobrar vigor. En ese momento se ponía en marcha el particular encuentro que, al regreso de Jesús, se pudo vivir con la emoción a flor de piel de nazarenos y resto de asistentes, dando lectura solemne a una oración.
Así lo ha apuntado el presidente de la Hermandad del Silencio, Francisco Antonio Ruiz Solís, quien desconoce si la meteorología les permitirá mañana, Viernes Santo, protagonizar la procesión pasional de mediodía, en la que salen Jesús de Medinaceli, en andas con una mayoría de mujeres portándolo y, en carroza, Jesús con la Cruz a Cuestas, el bellísimo paso de La Piedad y la Virgen de la Esperanza, bajo palio, y con diferentes arreglos este año como unas nuevas puntillas para el pecherín.
Francis, como así se le conoce a este almodovareño afincando hace ya muchas décadas en la población rabanera, explica que el clima de colaboración y entendimiento de las tres hermandades es muy positivo. Eso permite vivir momentos como el del encuentro del domingo de Resurrección, en el que, además, se concede a una persona la oportunidad de dar el pregón de tan importante momento, este año a la maestra jubilada Mari Sierra.
Este año es la Hermandad del Silencio a la que le toca organizar este acto, así como en vísperas de comenzar la Semana Santa rabanera, designó a Eduardo Egido como pregonero de la misma, haciendo gala de su gran conocimiento de esta tradición rabanera y de su condición de natural de la población.
La Hermandad del Silencio, que hoy día suma 260 hermanos aproximadamente, viste su indumentaria de color morado, con cíngulo dorado, y los días de capirucho, éste también es morado. Anoche portaban una cruz de hombro, mañana será de mano y de domingo, a mediodía también, de mano con el banderín de la Virgen del Encuentro, imagen que ofrece con el Resucitado una de las estampas más bellas del ciclo.
Desde hace ya algo más de tres lustros, disponen de un guardapasos en la calle Ecuador, donde no solo están los pasos propiamente dichos, sino también todas las imágenes de las que son titulares, salvo la de Jesús de Medinaceli, que se venera en la iglesia parroquial de la Visitación de Nuestra Señora.