Una nueva sesión del XX Curso de Formación Continuada de Pediatría Extrahospitalaria tuvo lugar en Ciudad Real con la Dra. Raquel Almendral Doncel, neuropediatra en el Hospital Virgen de la Salud de Toledo como ponente. En esta ocasión, el tema abordado fue el “Autismo, ese gran desconocido”. Estas sesiones nacen, como explica el Dr. José Luis Grau, presidente de la Sociedad de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria de Castilla-La Mancha, para “para ayudar al pediatra en su día a día y potenciar la relación entre el pediatra del hospital y el del centro de salud”.
Según la Dra. Almendral, se trata de “un trastorno apasionante ydesconcertante”. Se hace patente en los primeros años de vida porque los niños no se relacionan, comunican o juegan con el resto de sus compañeros, aunque la forma en que se manifiesta varía mucho del niño, de la alteración que tenga y de su gravedad. “Hay muchos tonos de grises”, explica la doctora.
Hablando de cifras, se trata de una patología que ha ido aumentando y no sabemos por qué, aunque también es cierto, como revela la doctora, “que en estas estadísticas se incluyen ahora todos los trastornos del espectro autista (TEA), algunos que antes no conocíamos o que metíamos en otros grupos. Ahora, las estadísticas hablan de 1 cada 100 niños con este trastorno”.
Como en otras patologías es fundamental determinar si se trata realmente de un TEA. En un 70% de los casos, los trastornos del espectro autista no tienen causa conocida. “Hay muchas teorías para explicar un trastorno que no conocemos, esa es la realidad. En cualquier caso, no tiene nada que ver en cómo se eduque al niño, no hay manera de prevenirlo y no es responsabilidad de los progenitores”. Del otro 30% tenemos causas cromosómicas, metabólicas, infecciosas y tóxicas. El abordaje, en cualquiera de los casos es multidisciplinar. Hace falta el consenso del pediatra de Atención Primaria, el neuropediatra, los profesores, los padres. Todos juegan un papel fundamental en el seguimiento del niño que es “una carrera de obstáculos”.
En conclusión, afirma Raquel Almendral, “hay que hacer una buena historia clínica, con una exploración neurológica completa, y con los tests pertinentes; hay que hacer un diagnóstico de TEA con ‘garantías’ porque es muy duro para los padres. Es un trastorno crónico. No hay ningún tratamiento que cure los TEA pero sí existen tratamientos que mejoran su pronóstico”. Y, por supuesto, hay que apostar por la investigación, algo que se hace poco en España por falta de recursos. El XX Curso de Formación Continuada de Pediatría Extrahospitalaria tendrá su continuidad en junio, con la ponencia “Dietas alternativas, riesgo para la salud del niño”, del Dr. Maldonado Lozano.