El urbanita ha tratado con desdén al campesino. El mundo burgués acuñó el vocablo ciudadano para referirse al sujeto político acreedor de derechos en un Estado liberal, entronando a la ciudad y a sus vecinos. El campo pasaría a ser por imperativo lingüístico un paria cuyo destino dependería de las oligarquías “ciudadanas”. Nadie habla del supremacismo urbano, pero existe, como siempre ha existido.
La propia expresión ciudadano es una bofetada a quienes se han encargado de alimentar a esa “ciudadanía” –en el sentido de habitante de la ciudad- engolada, soberbia, embebida de sí misma y gustosa de frecuentar salones distinguidos tocada con pelucas y empolvada de forma que hoy llamaríamos hortera. Era la moda ridícula de la ilustración francesa, especialista en pontificar mucho y hacer más bien poco; más vacua de lo que sus panegiristas y adoradores acríticos jamás reconocerán.
Mientras el campesino ha representado el apego al paisaje y al clima que moldearon su carácter, y el amor a la tierra que lo vio nacer, el ciudadano se arrogó la representación en exclusiva de la modernidad; su “modernidad”.
Fueron los ciudadanos henchidos de orgullo adanista quienes desamortizaron los bienes comunales de los campesinos arrancándoles de cuajo tierras de cultivo, bosques, alhóndigas, mesones….., pertenecientes al común.
Hoy pensamos que los bienes públicos son de todos y no es así. Que lo público sea de todos es una ficción. Lo sufragamos entre todos pero lo administra ese Leviatán llamado Estado quien, a la postre, hace y deshace según sus intereses. Y hablar del Estado es hacerlo de la entente partitocrático corporativa que lo controla, verdaderos beneficiarios de lo público.
Lo comunal sí era de todos, ya que su administración no era cuestión estatal, sino de la comunidad. La diferencia es notable.
El ciudadano- el de la ciudad- necesitaba recursos para financiar su modernidad y despojó al campesino de todo lo que tenía sentido para él vendiéndolo de cualquier forma a otros ciudadanos abanderados de una religión laica llamada progreso.
Fue en ese momento cuando apareció la figura del jornalero asociada a la explotación y a la miseria. De golpe, quienes habían sido copropietarios de lo comunal se encontraron que ya no podían beneficiarse de lo que desde sus antepasados había sido de todos, y para poder trabajar la misma tierra dependían del ciudadano que las había comprado.
El campesino había sido humilde pero digno. En ese momento sintió que los ciudadanos les habían arrebatado la dignidad y se levantaron.
Los ciudadanos, dueños de la fuerza, del control de los aparatos de propaganda, de las instituciones académicas y del Estado, llamaron reaccionarios a los campesinos por oponerse a su progreso; hoy los habrían tildado de fascistas, si no lo hicieron fue porque faltaba casi un siglo para el advenimiento del fascismo.
Los hombres y las mujeres del campo amaban su mundo; se negaban a ser arrancados de él. Pero los ciudadanos siempre han sabido lo que era bueno para todos. No se conformaron con usurpar lo comunal. Lo moderno era tener grandes ejércitos permanentes y crearon la conscripción, es decir: el servicio militar obligatorio. A eso lo llamaron el pueblo en armas. Siempre el lenguaje como herramienta de manipulación. No es difícil imaginar los dramas familiares. Ver cómo los hijos, además de no poder trabajar las tierras antes comunales, eran llamados a filas durante varios años por la fuerza de las leyes ciudadanas a defender unos intereses ciudadanos disfrazados con otra palabra muy moderna llamada nación. Al cabo del tiempo, por ejemplo, hoy, los mismos ciudadanos repetirán que aquella nación, en cuyo nombre se cometió una obra inhumana de ingeniería social, desplazando a hombres y mujeres en contra de su voluntad después de arrancarles su forma de vida, sin contar con ellos, encadenando a la España del XIX en una guerra civil tras otra, no existe, porque aquel concepto tan ciudadano, nación, tan solo fue una coartada, una más, para acabar con el mundo rural, ya que, en realidad, somos una nación de naciones.
El progresismo liberal, el creador de esos conceptos místicos llamados ciudadanía y nación, despojó a los campesinos de sus bienes históricos, los convirtió en jornaleros de la miseria, mandaron obligados a sus hijos a unas guerras cuya relación con el interés común era discutible, y los desarraigaron expulsándoles a las nuevas industrias de las ciudades.
España llegaba tarde a la Revolución Industrial.
Lo que la historiografía liberal se encargaría muy mucho de silenciar es la influencia de los levantamientos populares en el retraso.
Ningún campesinado europeo reaccionó con la virulencia que lo hizo el español. Ninguno. Esa dignidad del campesino que tanto había llamado la atención de Wellington se tradujo en una resistencia feroz. Las guerras carlistas han sido caricaturizadas, creando un relato histórico de un pueblo ignorante, fanatizado por la religión, ocultando el levantamiento popular ante la injusticia de la desamortización de sus bienes comunales. Interesadamente, sólo se habla de la desamortización de los bienes eclesiásticos para darle un tinte progresista al hecho desamortizador, cuando la civil fue más importante y dramática.
En la II República aún quedaba gente que había vivido o al menos oído por boca de sus padres o abuelos lo que significó el comunal. El lema la tierra para quien la trabaja nació reivindicando su restablecimiento.
La famosa masacre de Casas Viejas tuvo su génesis en dicha reivindicación. Azaña se lavó las manos y culpó a los movimientos libertarios de engañar con utopías a la gente inculta. Siempre la excusa del pueblo inculto y fanatizado. El pueblo creyó que la izquierda les ayudaría a recuperar lo comunal, al no hacerlo, volvió a levantarse.
La cuestión agraria fue abordada por la II República de forma tímida y, a lo sumo, siguiendo el modelo colectivista, algo que los campesinos no deseaban; ellos querían recuperar el comunal, no propiedades colectivas controladas por comisarios políticos.
Los ciudadanos han despreciado secularmente al mundo del campo.
Hoy, la España rural se muere irremisiblemente. Una muerte que comenzó con los creadores de la ciudadanía; los que se empeñaron en fomentar la expulsión de sus habitantes para abrevar una industrialización hecha a espaldas de quienes padecieron sus consecuencias.
Los historiadores han inventado un concepto cínico para justificar las barbaridades: la perspectiva histórica. De esta forma, esquivan la incomodidad de tener que enfrentar las masacres o los desplazamientos humanos cometidos en nombre de tal o cual ideología. Así leeremos una y otra vez que los hechos hay que verlos bajo la luz de la perspectiva histórica.
Triste manera de limpiar de un plumazo su mala conciencia y de ocultar hechos execrables a quienes los leen y confían en su autoridad académica. El campo agoniza. Ojalá suceda un milagro.
Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz
Has sintetizado perfectamente el convulso siglo XIX español.
Los españoles conocemos muy mal nuestra Historia, y especialmente la del siglo XIX.
Significamos la II República, la guerra civil y el franquismo como las causas de los problemas del XXI.
Y eso no es así. Es más determinante el siglo XIX pare entender nuestro presente.
1º El conflicto territorial.
El nacionalismo separatista es neo-carlismo (subráyese su conexión con la iglesia territoral).
2º El caciquismo.
El modelo bipartidista (PP y PSOE) es una reproducción cuasi perfecta del sistema de turnos de conservadores y liberales.
3º El conflicto entre la modernidad urbanita y el tradicionalismo rural.
Reflejo fiel del conflicto permanente entre campo-ciudad. Por una parte están los «ilustrados» urbanistas y por otra, los «involucionados» pueblerinos.
4º La secularidad agresiva y el conservadurismo religioso.
Sigue habiendo muchos problemas de delimitación entre la confesionalidad de las instituciones públicas (inconstitucional), su aconfesionalidad (tratamiento por igual a todas las confesiones reconocidas por el Estado -lo constitucional-) y la laicidad (inconstitucional porque impide el reconocimiento de confesión religiosa alguna (fenómeno estrictamente privado).
5º Dos antropologías enfrentadas, una judeocristiana frente a otra nihilista o marxista.
PUES SEGUIMOS ARRASTRANDO ESTOS PROBLEMAS, que son mayores que los planteados con la guerra civil. Son más reales. La distinción entre izquierda y derecha es un espejismo.
Son problemas hoy por hoy irresolubles. Los conflictos del presente fueron planteados en el pasado y no fueron resueltos porque contamos con un pueblo y unos dirigentes profundamente ignorantes de su Historia.
Quien conoce bien la Historia de España, no ha de extrañarse de que la reacción popular sea una constante histórica, pues las élites en este país siempre han sido vistas por los españoles como despóticas, autoritarias y corruptas.
Los escasos líderes que contaron con la aceptación popular fueron los Reyes Católicos y escasamente algún Borbón (Carlos III, Fernando VI, Alfonso XII y quizás Felipe VI o su padre).
Me ha gustado mucho tu artículo.
EL MITO LIBERAL DEBE IGUALMENTE SER DERRIBADO.
HA HECHO MUCHO DAÑO Y SIGUE HACIÉNDOLO.
Y naturalmente,
LA CRISIS DEL CAMPO
Entra a debate público,
Porque lo ha introducido VOX.
¿ Te suena Sergio del Molino, autor de La España vacía?
¿ Conoces a Julio LLamazares, autor de La LLuvia amarilla, novela superventas publicada en la década de los ochenta y que pone el foco sobre el abandono de las zonas rurales? Además, este autor lleva años denunciando la indiferencia hacia el drama que sufre la España interior. Lo hace, lo viene haciendo, desde hace años, habitualmente, en su columna de El País. Vox y Lastra en todo caso se hacen eco de lo que desde hace años forma parte de la literatura y periodismo de este país. Ah, los autores mencionados más arriba y algún que otro más, como Antonio Muñoz Molina, no están ni por asomo en la onda de Vox.
Lo que tu digas hermoso, pero el problema viene desde hace mucho tiempo antes que estos autores y que es ahora cuando la gente de los pueblos han salido a manifestarse por que no quieren ni un pueblo abandonado mas. Y si esto, tiene importancia a nivel nacional es por que Vox ha salido a rescatarlo, si no se queda en el olvido.
Lo que tú digas, feo, claro que el problema viene de lejos. Por eso, Teruel existe, Soria ya… vienen de muy lejos. Antes de que existiera Vox. Y ayer se manifestaron de muchos pueblos y ciudades de España al margen de Vox.
Pero Vox, sin programa, solo con proclamas, no pondrá la venda en la herida. Ya dice el inculto bravucón de vuestro líder cuando le preguntan por la extinción del lince en Extremadura o por el bajo precio del tomate , que él, muy sentimental, no tiene al Estado en la cabeza , sino a España en el corazón. Estupenda respuesta. Mucho amor a España, pero los problemas no se solucionan con corazones de tiza ni de papel.
Pues han tenido que presentarse como VOX también a las elecciones…
Nunca se ha hablado de los pueblos como ahora.
Imagino que también hablarían de la ruinosa política agrícola y ganadera de la UE, su política arancelaria, los delitos en el ámbito rural, la imposición ecologista paralizadora, la animalista…
Leí hace décadas a Llamazares. Me gustó mucho, pero lo suyo era la literatura no la economía.
buenas tardes
Es VOX mas algo mas.
Es VOX mas que en esas provincias, sobrerepresentadas para la población que tienen, se va a librar la batalla por el «voto útil» de las tres derechas (aunque en realidad sólo uno de los tres sea de derechas).
Si en esas provincias tuvieran 1 diputado o a lo sumo 2 y el resto se fuera para las grandes o medianas.. ni el tato se acordaba de ellas a estas horas.
Y Rivera, tan ufano y subido a ese tractor, lo que desea es una Ley Electora que cambie eso para poder olvidarse de una vez de esa gente que en el fondo le da igual. Si tuviera los huitos de decirlo aún se le podrñia respetar un poco, pero a mas fotos y mas habla mas mentiras.
Por si fuera poco lo único que adminsitrativamente y bien llevado (profesionalizado) podría ayudar de verdad a esas provincias/territorios son las Diputaciones.
Que por otro lado son la única institución que en un marco de reducción de competencias a esas Taifas, pozo sin fondo de la que tanto PP cómo Ciudadanos se declaran tan admiradores, podría ayudar (desde una administración centralizada)a gestionar de manera racional.
También es necesario reseñar cómo los sistemas de planificación cuasi soviéticos, esa cosa llamada PAC, está destrozando la vida del campo y de los pueblos. Introduciendo sistemas de control con komisarios y multas.. tutelados por funcionarios estalinistas al servicio de Uropa, que aliados con toda esa pandilla de urbanitas están acabando con lo que de verdad ha significado.
Para colmo se dice que al campo se le subevnciona, cuando en la práctica se le roba.
Si midiéramos de verdad el PIB que aportan realmente esas «zonas vacías» y lo comparásemos por con esas zonas urbanas.. nos podríamos llevar muchas sorpresas.
Otra cosa es que los PIB de esas zonas se malmidan y se asignen a otras, para que sus habitantes no sean conscientes del expolio y que se conformen con esa limosna llamada subvencion.
un cordial saludo
De los pueblos y del despoblamiento se está escribiendo desde hace décadas. En literatura, en los diarios. Lo que sucede es que os pasais la vida en este digital dejando vuestras estúpidas flatulencias que nadie lee,y se os ha olvidado conjugar el verbo leer.
Vox no dice nada nuevo que no hayan dicho otros partidos. Soluciones , soluciones y soluciones es lo que están haciendo falta. Te digo lo mismo que al anterior comentarista de tu secta: la plataforma «Teruel existe» la estoy viendo manifestarse desde que tengo uso de razón.
Está claro que vosotros os haceis eco de este problema porque seguís a vuestra secta. Antes, ni cuenta, oye.
Totalmente de acuerdo.
La PAC es como el PER, haces como que trabajas y yo hago como que te pago.
Es cultura del subsidio interesado.
Dicen que sirve para sostener las rentas agrarias y es mentira.
Ejemplos de cómo son de altas las rentas agrícolas cuando estas hacen de la agricultura una explotación rentable: La Rioja, La Mancha, Murcia, Navarra aragonesa, Huesca, Almería…
Bueno pues eso es lo que no quieren.
El campo es rentable.
Pero se necesita concentración de la propiedad, el que quiera cooperativismo, y sobretodo ESCASA BUROCRACIA.
Muy adanistas y esnobs es lo que sois.
Describimos la realidad de nuestro campo.
No como vosotros que describís la realidad del Planeta Marte.
Describimos los problemas del campo y tú nos hablas de la novela la Lluvia Amarilla.
Descojonante.
Y para colmo os queréis cargar la caza y la tauromaquia, de la que se vive en muchos pueblos, porque si no es por los trabajadores de la dehesa del toro de lidia y sobretodo por los cazadores, los escasos ingresos de un pueblo se acabarían.
Más España y menos Unión Europea…eso representa esencialmente VOX para el campo.
Porque de la misma manera que la UE desmanteló nuestra industria ha desmantelado nuestro campo.
España recibe 4.881 millones de euros a través de la PAC. Un 40% de los beneficiarios tienen más de 65 años y se embolsan 1.278 millones de euros, el 26,2% del total de la partida concedida a España. En el lado contrario, solo un 0,55% de los receptores de estas ayudas para la agricultura tenían menos de 25 años y la cantidad percibida fue de 48,8 millones -el 1% del total-.
Un problema, si los jóvenes no pillan, no se interesan.
Pero vamos a lo mejor, Andalucía es la más beneficiada con 1.449 millones, en segundo lugar está Castilla y León con 899 y cerrando el podio Castilla-La Mancha con 659 millones. Entre las cinco primeras también están Extremadura y Aragón con 508 y 421 millones, respectivamente.
Y, señores, saben cuántos se reparten la inmensa cantidad del dinero que llega a Andalucía: 60 familias de multimillonarios. Con eso lo digo todo. Pero no se preocupen que el Trifachito ya está tomando medidas.
La primera de todas, ya aprobada, es que los señoritos que hereden más de un millón de euros, no pagan impuestos. 60 familias andaluzas que ya son felices. si heredas un euro menos, que te jodan. Si heredas un pisillo de tus padres de 90.000 euros, que te jodan. Si heredas 100.000 euros de tus padres, que te jodan.
El otro día lo decía, y ahora lo repito. Para ayudar al campo, más Alemania y menos Francia. Pero eso ciertos verracos (con v) analfabetos no lo llevan en su programa porque no tienen ni puta idea de lo que hablo.
Los alemanes lo tienen muy claro. Si la soja, los pepinos o las naranjas salen contaminados…es culpa de los españoles que no son suficientemente ecologistas.
La realidad??
Ellos sí que no lo son.
Todos recordamos cómo nos acusaron falsamente sobre la soja y los pepinos.
https://www.google.com/amp/s/elpais.com/sociedad/2011/06/11/actualidad/1307743201_850215.amp.html
Los pueblos no pueden crear granjas, industrias agroalimentarias, o explotar sus recursos minerales… porque entre la rígida normativa urbanita medioambiental y el activismo ecologista lo hacen antieconomico.
No hay política de concentración parcelaria. Con ello gana el latifundista.
Además la red llega difícilmente a muchos pueblos. La posibilidad de proyectar un negocio se hace imposible por falta de acceso a internet.
Interesa más que el minifundista sea subvencionado con migajas que le caen de Europa a la que no conviene que la producción española se dispare porque es difícil competir con ella.
El minifundista joven no desea trabajar en el campo si este no es rentable.
Lo sería si se metiera mano a los intermediarios. Es intolerable que se mantengan márgenes escandalosos de beneficios en los intermediarios y grandes superficies.
Hemos preferido un modelo económico apoyado en el turismo.
Hemos desmantelado nuestra industria y nuestro campo porque a los burócratas de Bruselas no les interesa un país como España que podría ser una potencia económica.
Han preferido beneficiar la importación agrícola marroquí, argelina y china en perjuicio de nuestra producción.
España no sabido ni querido defender sus intereses en Europa.
El pensamiento europeísta ha sido asumido como incuestionable.
Y luego está ese maldito supremacismo urbanita que ha condenado a la clandestinidad los problemas del campo.
Y luego está para fijar los precios de los productos del campo básicos como el cereal, ese perverso mercado de futuros sobre productos básicos.
Se compran ingentes cantidades de productos agrícolas para almacenarlos (riesgo de pérdida) con la única finalidad de hacer subir los precios.
De ello, el agricultor no ve un duro.
La especulación en productos agrícolas debe estar prohibida.
Con la PAC no se arregla nada, y sólo se consigue desmantelar nuestra producción.
Los urbanitas estamos pagando a precio de oro la cesta de la alimentación.
Y las causas están en lo que apunto.
Si no se apoya al agricultor y al ganadero (que produzcan lo que quieran sin cortapisas y asegurando su beneficio) eso lo pagamos caro los consumidores.
El agravio de la ciudad al campo, ¿de verdad creéis que comienza con las desamortizaciones y la política liberal?
Lo que no puede entenderse es por qué Marcelino se retrotrae a edades pasadas cuando quiere hablar de la grandeza de España y que no lo haga también para buscar las raíces de nuestra servidumbre.
Precisamente por ello se refiere a la Historia, y la desamortización es una gran causa para entender el problema rural.
La desamortización de las tierras comunales y eclesiásticas sirvieron a los intereses de la burguesía de las ciudades, que financiaron al bando liberal en su guerra contra los carlistas.
Ello explica que en muchas regiones (como La Mancha) muchos campesinos se aliaran con los carlistas. No tuvieron ocasión de comprar nuevos terrenos y además perdieron los comunales.
Es salir de la filosofía marxista de la Historia y os perdéis.
Me parto… Ahora resulta que el debate sobre la «España vacía» lo ha puesto encima de la mesa Vox. Vengo oyendo y leyendo sobre el asunto un día sí y otro también desde hace más de un lustro. Me da que los comentaristas, con la excepción de Voxtarate y de algún modo Hobbes, no leen ni las ofertas del súper. Patéticos ellos y el autor del artículo.
No hay que remontarse a un pasado tan remoto, Lastra. El propio generalucho, recién ganada la guerra, manifestó tener entre sus planes más urgentes potenciar la economía del medio rural. Los habitantes de los pueblos eran para él la reserva espiritual del glorioso movimiento nacional, la esencia del pueblo español, la personificación de los valores tradicionales ,y blablabla. Las ciudades en cambio eran nidos de bolcheviques y maleantes. Pero nada, absoluntamente nada hizo por mejorar las condiciones de las zonas rurales, como lo demuestra el éxodo masivo del campo a la ciudad en las décadas de los 50 y 60.
Lean más, lean a Muñoz Molina, Sergio del Molino, los artículos de LLamazares. Lean y dejen de apuntarse a las modas solo porque ayer miles de ciudadanos se manifestaran . El problema es tan grave que se antoja difícil revertirlo con soflamas frívolas de oportunistas y adanistas.
Voilá!!!
Franco no creó pantanos y con ellos tierras de regadío…
Y con ello expropiaciones a terratenientes y creación de pueblos de nueva colonización cuyas tierras se repartieron entre agricultores que antes no eran propietarios.
Pregunta en Llanos del Caudillo a quién le deben la creación del pueblo y los terrenos de cultivo.
O a los numerosos pueblos del valle del Guadalquivir y del Guadiana.
Hay que ser ignorante!!!/
La creación de pueblos de nueva colonización que convirtió a numerosos agricultores en propietarios se hizo a lo largo de toda España…
Y sí lo hizo Franco no Espinete.
Y había política hidráulica nacional, no como ahora que cada CCAA se cree dueña del agua que pasa por su taifa.
Pregúntales a los del Llanos del Caudillo por qué se negaron a suprimir el nombre del dictador del del municipio.
https://www.google.com/amp/s/www.elconfidencial.com/amp/espana/2016-04-02/el-pueblo-mas-fiel-a-franco-se-niega-a-cambiar-su-nombre_1177533/
El mito de la ciudad como única salida también ensombrece la España rural. La causa de la despoblación no siempre es la falta de recursos, que también, esto va de un cambio de conciencia, de que, a la gente más joven, que haría el relevo generacional, le apetezca quedarse en el pueblo. Pero sin ninguna ayuda, es complicado dar el paso.
Fue durante el período 1950-1975 cuando las familias rurales con destino al medio urbano protagonizaron los movimientos migratorios.
Tras la crisis del petróleo de los años setenta, los niveles de desempleo comenzaron a aumentar hasta niveles preocupantes. Esto fue un coste diferido de la política económica franquista, la cual retardó el cambio estructural y la desagrarización durante los años cincuenta.
Lo cierto es que, actualmente, los territorios escasamente poblados ejemplifican las contradicciones del desarrollo pero, si atendemos a sus potencialidades, estos territorios pueden convertirse en lugares de oportunidades…..
Ninguna crisis económica durante el régimen del dictador fue tan dañina como las producidas con el PSOE en destrucción de empleo.
El aumento de la tasa de natalidad con la mejora de condiciones de vida a partir de los cincuenta produjo que hubiera éxodo al extranjero y a la ciudad.
Durante el franquismo se redujeron como nunca en la democracia las desigualdades económicas, la clase media creció exponencialmente.
Éramos una potencia industrial y nuestra renta se aproximó a la media de la existente en la CEE.
NO ES UN MITO FUE LA REALIDAD.
ESPAÑA SE TRANSFORMÓ EN UNA CULTURA DE CONSUMO CUANDO LO ERA DE SUBSISTENCIA.
EL PSOE NO TIENE ARGUMENTOS.
MIENTE COMO TEZANOS, ARRUINA COMO MADURO.
Se imaginan ustedes poder disponer de 300.000 millones al año que nos roban las grandes empresas y grandes fortunas para dinamizar las cabeceras de comarca y que sea atractiva la España vaciada?
Pues puede ser una realidad si hay un gobierno que les ponga las pilas y no como el Trifachito que quiere que paguen aún menos.
El Trifachito solo quiere buenas fincas de caza y que no haya nadie molestando a los bichos. Lo demás les da igual.
Para qué pagar más impuestos si es mejor expropiarlas…como en Venezuela??
LO QUE REALMENTE TÚ DEFIENDES ES LA CONFISCACIÓN.
La presión fiscal es alta para grandes fortunas y empresas.
El que evade impuestos debe marcharse de este país. Es la única salida.
Ya hay SICAV que se están liquidando y disolviendo para que sus dueños puedan llevarse su fortuna fuera de España.