La Diputación de Ciudad Real y el Ayuntamniento de la capital se han adherido de forma conjunta a La Hora del Planeta 2019 de WWF, por lo que apagaránlas luces de la Plaza Mayo, del Edificio Consistorial, del Palacio Provincial y de la Plaza de la Constitución este sábado, 30 de marzo, de 20:30 a 21:30 horas. Ya el año pasado las dos instituciones apagaron juntas sus luces “para conectarnos con el planeta”.
La Hora del Planeta de WWF pretende volver a movilizar a más 7.000 ciudades del mundo para demostrar el apoyo global a la acción contra el cambio climáticopretende volver a movilizar a más 7.000 ciudades del mundo para demostrar el apoyo global a la acción contra el cambio climático y en favor de la biodiversidad, apagando las luces de sus principales edificios y monumentos.
La Hora del Planeta 2019 servirá para demostrar “que nos importa y que juntos, somos parte de la solución al cambio climático y a la pérdida de naturaleza”. Según se reconoce desde la organización, después de muchos años de trabajo en todo el mundo, la transición ecológica está en marcha. “Por fin gobiernos, ciudades, ciudadanos y empresas están empezando a movilizarse y miles de iniciativas a favor del clima y la naturaleza se están produciendo. Pero se necesita más ambición y más rapidez ya que el cambio climático y la pérdida de naturaleza combinadas ponen en peligro nuestra calidad de vida y la de las generaciones futuras, por lo que es urgente actuar juntos y ahora”.
Por eso, el Ayuntamiento de Ciudad Real y la Diputación Provincial hacen un llamamiento a los vecinos de la provincia para que se sumen a esta iniciativa, ahorren energía en los hogares y en sus desplazamientos, y cuiden de la naturaleza. Desde WWF se ponen en marcha además este año tres retos: #RetoDíaSinCarne, ya que se necesitan 15.500 litros de agua para producir un kilo de carne; #RetoDíaSinPlástico de un solo uso porque cada año se vierten 100 millones de toneladas de plástico a la naturaleza y #RetoDíaSinEmisiones ya que el transporte urbano es el causante del 30% de todas las emisiones de CO².
Esta iniciativa nació hace 12 años en Sidney, como gesto simbólico para llamar la atención sobre el problema del cambio climático. Apagar las luces de hogares, edificios y monumentos emblemáticos durante una hora fue la sencilla acción que después articularía un creciente movimiento mundial por el Planeta.