El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, ha participado esta mañana en una de las actividades de educación ambiental incluida en el programa de actuaciones conmemorativas del Día Internacional de los Bosques en colaboración con la comunidad educativa. Una jornada en la que este año, bajo el lema ‘Aprende a mar el bosque’, se ha resaltado la importancia de asociar los bosques y la educación en aras a conseguir su conservación frente al cambio climático.
Martínez Arroyo ha acudido hoy, acompañado por el viceconsejero de Medio Ambiente, Agapito Portillo, al CEIP ‘Fábrica de Armas’ de la capital regional, donde junto al director, Nacho Andrada, profesores y alumnos, así como agentes medioambientales, ha podido comprobar cómo los “ciudadanos del futuro”, los niños y niñas, están ya adoptando e interiorizando los conocimientos que se les ha trasladado a través de juegos didácticos o un teatro participativo para conservar el patrimonio natural.
De esta forma, el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural ha recordado que “los bosques son fundamentales para nuestro futuro y la lucha contra el cambio climático depende de que tengamos mucha superficie forestal y que la cuidemos” y estas niñas y niños, tomando conciencia ahora, serán los que en las próximas décadas “tengan que luchar contra el cambio climático”. Y de esta lucha depende que “sepamos valorar nuestro patrimonio natural, principalmente nuestros bosques”.
En el colegio ‘Fábrica de Armas’, ejemplo de integración e inclusión en sus aulas, los alumnos de Infantil y segundo de Primaria han disfrutado y aprendido con un teatro participativo; los de quinto y sexto de Primaria han realizado en el patio diferentes juegos didácticos relacionados con la biodiversidad asociada al bosque, mientras que los de sexto curso han realizado una gymkhana de los sentidos.
Además, este centro cuenta desde el año pasado con un proyecto que bajo el nombre ‘Un bosque en mi cole’ educa en valores ambientales a los alumnos desde edades temprana, habiendo tenido hoy su continuidad a través de una plantación de alcornoques y encías, así como aromáticas del Vivero Central de Toledo.