Una manera de acabar de visibilizar a las mujeres “es, sencillamente, nombrándolas con justicia”, ha defendido esta mañana el periodista Isaías Lafuente en el II Foro de Liderazgo Femenino Ser Mujer, organizado por Cadena Ser en Ciudad Real. Para eso, señalaba, tenemos una herramienta muy eficaz: la palabra, “que tenemos que estrujar al máximo para conseguir un lenguaje inclusivo y no sexista sin extravagancias, sin forzar la máquina”.
Lafuente ha reivindicado la palabra “inclusiva y eficaz”. La lengua, subrayaba, es una herramienta “prodigiosa y en constante evolución, también en materia de igualdad”.
En cada una de las palabras, de los giros, de las estructuras, en las que se perciba un cierto “aliento machista” o una lengua que no termina de ser inclusiva, ha recomendado plantearse, de manera crítica, “si existen otras opciones y herramientas para que, incluyendo, seamos, a la vez eficaces”. Ambos objetivos son necesarios a la hora de manejar la palabra, ha reiterado.
Por ejemplo, se ha referido a las duplicaciones. No deben exagerarse porque acaban haciendo el discurso menos eficaz y crean problemas de concordancia, ha argumentado. Si se utiliza constantemente el desdoblamiento, al final, “eso actúa como una especie de muletilla” que distrae del mensaje. “No me parece mal como forma de agradecimiento pero estorba en el discurso”, añadía.
Asimismo, ha transmitido que no todas las herramientas de nuestra lengua son “necesariamente machistas”, como el masculino genérico o las palabras de género no marcado. Es una opción, ha explicado, al que recurre la lengua para nombrar a un conjunto en el que están representados hombres y mujeres. Es nuestro marco intelectual, añadía, el que termina decodificando las palabras. Lo ha ejemplificado de la siguiente forma: “cuando mi padre se iba a comer con los compañeros de la Caja de Ahorros, yo entendía que eran una pandilla de hombres, entre otras cosas porque no había mujeres trabajando con mi padre; y cuando a mi hijo le digo que voy a comer con los compañeros de La Ventana, no necesita estudiar en Harvard para decodificar que me voy a comer con mis compañeros y compañeras”. “Podría matizarlo, pero haría la lengua menos eficaz, un poquito más complicada”, concluía.
Aunque la ponencia fue muy aplaudida, las tesis de Lafuente no convencieron a estudiantes o representantes de colectivos feministas presentes en el evento, quienes se manifestaron a favor de visibilizar a la mujer a través del lenguaje por encima de todo.
Por más que nos empeñemos en cambiarlo, los hablantes hacen a la lengua…..