Jesús Millán Muñoz.- Carol Rama, nació en 1918 en Turín, falleció en 2015 en la misma ciudad. Pintora enigmática, podríamos definirla, y como tantas autores y autoras desapercibidos en casi toda su existencia. Quizás, quizás el vivir tantos años pueda permitir que su trabajo no se pierda, porque ha entrado en los circuitos, por fin, del comercio del arte.
– Independientemente de los vericuetos o situaciones o circunstancias de su vida o existencia, como nos dirían Heidegger u Ortega, que condicionan toda vida, quizás más de lo que pensamos, más de lo que deseamos, más de lo que estamos dispuestos a aceptar, tendríamos que indicar que es diríamos la fuerza de la voluntad.
La mujer que nació en el final de la primera guerra mundial, que tuvo que sufrir circunstancias muy dolorosas junto a su madre, que después soportó la segunda guerra mundial, creo que estos hechos y otros que habrán quedado en el silencio y en el vacío entre la intimidad de esta persona artista, de otras personas que lo supieron o fuesen ejecutores de esos actos y del Misterio del Ser Supremo.
Pero estas circunstancias unida a un deseo de expresarse, sin cortapisas, sin demasiada formación académica o casi nula, y diríamos que unida a las vanguardias de su época, o habría que indicar de sus épocas, podrían resumir, el fondo y la forma, el contenido y el continente de la temática y el concepto de esta pintora.
– Bajo mi entender, se puede definir-describir desde fuera una obra, un estilo o una tendencia o unos contenidos de multitud de formas y maneras. En el caso al que nos referimos, se puede indicar, así una exposición en el Macba lo ha hecho, como “pasión”. Pero yo indicaría, si se me permite, que esta mujer pintaba por necesidad, porque era la única manera de expresar y expresarse, de entender y de entenderse, de superar posiblemente heridas y traumas y realidades cotidianas.
Quizás, tuvo una pequeña introducción a la pintura, quizás por motivos terapéuticos, o quizás, para hacer algo, ya que todos los niños pintan de forma natural, hasta cierta edad.
Como toda persona, que se fija en la realidad exterior desde la realidad interior, no es fácil encuadrarla en un estilo, porque puede tener de todo, de su tiempo, que podría haber conocido o no, que podría haber asistido a exposiciones o no, desde el surrealismo al fauvismo, a lo que después se denominó Arte Bruto o Arte Otro o Arte naif, al expresionismo, arte abstracto, etc. Todo un conglomerado de tendencias.
Pero creo que utilizaba su forma de ver o entender el mundo, incluso sus limitaciones de capacidad académica y pedagógica de saber y conocer el arte, la historia del arte, y la capacidad de controlar el medio estético plástico. O dicho de otro modo, “no sabía pintar” académicamente, posiblemente, pero si sabía o intentaba expresar lo profundo del ser humano, del suyo, de la humanidad y, por eso rozaba altos grados de expresividad, independientemente del gusto estético y ético, que nos parezcan algunas de sus obras.
Tantos que incluso hoy dicen, si no pintas como Murillo o Velázquez, no sabes pintar. Deberíamos recordar que las pinturas primeras, Chauvet o Lascaux o Altamira, por poner algunas, son figurativas, pero no son realistas. El arte excelso, puede estar en el arte el Greco y Rembrandt y Velazquez, pero también toda pintura, sea cual sea el estilo o el no-estilo, que intente indagar en la realidad, realidad-verdad, sea interior o sea exterior, sea interior-exterior o exterior-interior. Y nuestra pintora lo intentó, creo que lo consiguió.
– Podemos no estar de acuerdo, incluso no gustar algunos cuadros o líneas de esta autora, claramente con temáticas sexuales, demasiado explícitas. Pero cuándo veo algunas de estos dibujos o dibujos-pinturas, me pregunto, cuánto reflejará de ella, cuánto de lo que vio y percibió y sintió y sufrió, cuánto pudo pasar o soportar de todo ello, que haya quedado diríamos sin sanción, cuánto tendría que sufrir esta persona, posiblemente, y por tanto, estos dibujos son el reflejo de ese sufrimiento interior, posiblemente producido por elementos exteriores, en sus primeras etapas de su existencia.
– No podemos negar que esta artista, mujer y pintora, recibió el León de Oro de la Bienal de Venecia en el 2003, pero tampoco podemos negar que ha estado siempre oculta o semiolvidada o semignorada como autora, como artista. Aquí tenemos otro ejemplo, de un autor, da lo mismo el arte que sea, que teniendo un lugar, pudo haberse perdido todo su quehacer conceptual o creativo o productivo o de investigación. Aunque cuánto se habrá perdido. Cuánto se podría recuperar hoy todavía, antes que sea más tarde. En una trayectoria tan larga en el tiempo, de tantas décadas de producción cultural estética, cuánto se habrá perdido y destruido…
Posiblemente Carol Rama, parece ser que una obra suya se vendió en Christie´s por 170.000 euros se convierta con el traspasar de los tiempos en un nuevo Van Gogh o en un nuevo Basquiat o en un nuevo Modigliani. Cosa que me alegro enormemente, pero si sería bueno, recordando este caso, que por lo que parece, no se va a perder totalmente su obra y su producción, que quizás existan miles, docenas de miles, cientos de miles de autores, a y en todas las artes, y en todas las producciones culturales, que sus trabajos están condenados a la desaparición, deterioro, destrucción por múltiples motivos.
Bueno es y bueno sería, que con la tecnología de la documentación que hoy tenemos, esto se pudiese evitar, que todo autor o autora, tuviese una mínima esperanza de que su trabajo, aunque sea en formato de fotografía pudiese quedar para generaciones futuras. Aquí lo dejamos, aquí dejamos el guante para que alguien lo escuche.