Venezuela en el corazón

Comencemos por el final. Según las últimas noticias, a la hora de escribir este artículo Juan Guaidó se encontraría oculto en paradero desconocido ante las posibles actuaciones judiciales contra él.

Ayer –por el 23 de Enero- el Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela se presentó en público ante sus compatriotas y el mundo entero reclamando para sí la legitimidad de la presidencia de su país. En este ínterin, el Sr. Guaidó ha podido esconderse ante los ojos ciegos de los servicios de inteligencia venezolanos. Por lo que se ve, los espías chavistas no gozan de buena salud, al menos la visual, o han sido contagiados por el CNI; todo puede ser.

En 1.974 se celebró en Suresnes el décimo tercer congreso del PSOE en el exilio. Al mismo acudió Felipe González disfrazado de “Isidoro” y fue elegido secretario general del partido. Felipe González era tan “peligroso” para el franquismo que fue protegido por los servicios de inteligencia del Régimen – el SECED, antesala del CESID y actual CNI- en colaboración con los de Alemania y EE.UU. El nuevo PSOE se financiaría de la CÍA a través de la tapadera del amarillista y poderoso sindicato de transporte por carretera de EE.UU. y, posteriormente, de la fundación Eber alemana.

En los primeros años de la Transición se quiso construir cierta imagen revolucionaria de González, queriendo hacer ver que su viaje a Francia para asistir al citado congreso había sido casi una heroicidad.

Aquel héroe era tan ficticio como hoy en día lo son Puigdemont y sus correligionarios “fugados”. Con Juan Guaidó parecería que los muñidores en la sombra vuelven a repetir idéntico formato. Para qué cambiar si les sigue funcionando.

Pero ¿qué intereses defiende Maduro?

Si para Julio César la primera cualidad de un general es asegurar la alimentación de su ejército, Nicolás Maduro ha sido y es un general pésimo.

Se suele decir que la política es el arte de lo posible cuando, de hecho, es la habilidad para mantenerse en el poder.

Hace demasiado tiempo que llevarse algo a la boca en Venezuela es un lujo, aunque sea un poco de harina de maíz. Hace demasiado tiempo que la policía entra en casa de las personas con familiares en el extranjero esperando encontrar algún acopio de comida para llevársela, no al mercado negro, sino a su hogar para dársela a sus hijos.

Si un general incapaz de dar de comer a su ejército no sería merecedor de su rango, qué decir si este general presidiera un país lleno de tierra fértil.

¿Cómo es posible que los habitantes de Venezuela pasen hambre mientras los campos están sin cultivar? ¿De verdad es posible tanta incompetencia?

El ser más estúpido de la tierra sabría qué hacer.

Es imposible que Maduro no lo sepa. Por eso mi pregunta anterior sobre qué intereses defiende este hombre.

Hace tiempo que deseché la incompetencia manifiesta de los dirigentes como la causa principal de los males de los pueblos. No llegué a esta conclusión por casualidad. Sólo hay que tener mucha curiosidad, bucear por determinada documentación: Acuerdos bilaterales, tratados….., para entender que los dos motivos claves son la traición y la cobardía.

Suele decirse que uno de los problemas de la política es que sólo llegan los mediocres. No, el problema no es la mediocridad, es la inmoralidad, madre de la cobardía y la traición. Un mediocre con una moralidad ramplona, independientemente de su ideología, sabe que tiene que cultivar los campos de que dispone si quiere abastecer los mercados para que la gente coma. Es el inmoral el único capaz de no hacerlo si la traición así lo exige; la traición a su pueblo, por supuesto.

El pésimo generalato de Maduro y sus oficiales presenta más indicios de traición que de incapacidad irremediable.

No me cabe la menor duda de que el CNI venezolano conoce perfectamente el paradero del Sr. Guaidó, al igual que nuestro SECED conocía el de Felipe González, hasta el punto de protegerlo, y el CNI el de Puigdemont y adláteres. Lo demás son trucos de magia.

Hay fundadas sospechas de que Guaidó pertenece a la masonería. Él mismo las ha alimentado cuando al ser preguntado por ello sonrió y respondió con evasivas. También cuando la Logia Suroriental de Venezuela le manifestó su apoyo con las siguientes palabras casi rituales:

“A la gloria del Gran Arquitecto del Universo. Nosotros. Representantes de la Gran Logia Suroriental, le brindamos el apoyo incondicional y rotundo a nuestro querido hermano Juan Gerardo Guaidó”

Nadie debe extrañarse. En Iberoamérica, el poder lleva en manos de los hijos de la viuda –la Masonería- desde antes de su emancipación, ya que fueron los grandes impulsores para beneficiar a la madre de todas las logias: el Imperio Británico. La mayoría de estas logias son de obediencia anglosajona -estadounidense o británica-.

Algo huele a podrido en esta supuesta maniobra liberatoria de Venezuela

He tenido la enorme fortuna de pasar parte de mi vida en Hispanoamérica; de bucear en su historia escondida; la que se ha ocultado detrás de los mitos fundadores de las repúblicas nacidas de la fragmentación del Imperio.

Todas fueron, y siguen siendo, rehenes del pacto de sangre de apoyo mutuo contraído entre las oligarquías criollas -autoproclamadas patrióticas- y el Imperio Británico. La institución encomendada de velar por el buen desenvolvimiento del mismo ha sido la Masonería. Así llevamos dos siglos.

A fecha de hoy, Venezuela es el paradigma agravado de todas aquellas repúblicas nacidas con fórceps.

Me resulta muy difícil hablar de este querido país. Me atenazan los vínculos emocionales que me unen a él: Familia, amigos, conocidos, incluso desconocidos que de repente llaman a tu puerta pidiendo auxilio desesperadamente. Unos, partidarios del chavismo; otros, de la oposición; y un tercer grupo de hastiados de la palabrería de los primeros, pero también de la cara dura de los segundos por olvidar que en sus manos Venezuela tampoco fue el paraíso perdido. Los hastiados han perdido la fe. Sólo quieren que la ruleta del infortunio no se cebe con ellos muriendo en mitad de cualquier calle o por inanición.

Venezuela huela a traición. Y el pueblo está con tanto hastío que se conforma con poder comer. Este es el punto al que se quería llegar para neutralizar la resistencia.

Por favor, no os rindáis. Olvidaos de Maduro y de esta oposición. Hay que crear una nueva alternativa.

¡¡Resistid!!

Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz