Toda Ciudad Real con el moco colgando mientras en la calle Alarcos disfrutan de un gustoso microclima, merced al que la temperatura se mantiene constante, a 34 grados centígrados, nada más y nada menos, durante todos los días del año. Chanzas aparte, el reloj-termómetro de esta vía, bien a causa de los electroduendes o por influjo cósmico de la rotonda piramidal cercana, no deja de ser uno de los más fiables de la ciudad, pues, imperturbable ante toda variación térmica y a los azotes meteorológicos, a lo largo del período orbital de la Tierra, de cuando en cuando, acierta.

Debe ser que el reloj-termómetro esté sometido al influjo de la ‘pirámide del terror’ próxima, cuyas anomalías vienen manifestándose desde 2009…..