Antonio Domínguez.- Hace tiempo que apareció en El País la siguiente carta al director titulada así, “paralelismos”. Quisiera reproducirla en su totalidad:
“Como cada vez que uso el transporte público urbano suele tocarme de compañera gente de pocos recursos y bajo nivel social, a veces extranjeros, que hacen que mi trayecto no me resulte lo cómodo que podría esperarme, voy a proponerle a mi alcalde que suprima alguna línea actual y en su lugar cree otra que, para el mismo trayecto, cueste algo más cara, lo suficiente como para que esa gente siga usando la línea antigua y en la nueva sólo vayamos los que disponemos de más medios. Total, a ellos les dará igual tenerme o no de compañero y yo, desde luego, iré más cómodo así. ¿Que soy un egoísta? ¿Que mis argumentos son despreciables? ¿Que ninguna Administración pública será tan irresponsable como para hacerme el juego? ¡Qué va! Cambiemos “transporte” por “educación” y… ¡ahí está!: ¿o qué es, si no, la enseñanza concertada?—Roberto García de la Calera.”
No se me ocurre mejor descripción de la utilidad de la educación concertada en nuestro país. A pesar de esta caracterización, la educación privada-concertada, lejos de ir reduciéndose como la excepcionalidad y transitoriedad de su creación parecía augurar, ha crecido en los últimos años de la mano del PP más conservador antes, y del bi-tripartido derechista hoy. Los recortes en los presupuestos educativos de los últimos años han afectado, sobre todo, al presupuesto de la educación pública mientras el presupuesto que se destinaba a los conciertos educativos se ha mantenido o incluso, como ha ocurrido en Madrid, ha ido aumentado año tras año en un proceso que agrandes rasgos consiste en detraer dinero de la educación pública, la de todos, para destinarlo a los hijos de las familias más favorecidas.
Aunque me gustaría, no me detendré en explicar que algunos colegios concertados cobran a las familias tasas ilegales, uniformes que pueden ser bastante caros o hacen excursiones obligatorias muy onerosas como evidente estrategia para excluir a las familias humildes, racializadas o pertenecientes a minorías desfavorecidas (1). Sí quiero plantear la excepcionalidad española que supone el régimen de los conciertos en el entorno europeo. España es casi el único país de Europa que ha renunciado a mantener por sus propios medios algo más de un 30% de su sistema educativo para, en su lugar, subcontratar a colegios privados por medio del sistema de conciertos. España es hoy el segundo país de la UE con menos alumnos en la escuela pública, sólo por detrás de Bélgica, país, que por cierto, no es ningún modelo en cuanto a educación se refiere y cuya concertización se relaciona también con la división nacional del país. Como se puede apreciar en el gráfico (2), salvo el poco ejemplar caso de Bélgica, en ningún país de la UE la educación concertada representa más del 15 % del sistema. Sólo en Francia y Dinamarca se supera ese 10 % y aun así, en Dinamarca el Bachillerato es público en un 98 %. Por su parte, en Francia existen los conciertos, sí, pero no funcionan como lo hacen aquí. Los establecimientos privés sous contrat, como se denomina allí a los privados-concertados, no son sólo una menor proporción del sistemasino que están mucho más controlados por el Estado. Por citar un ejemplo, mientras que aquí los profesores de los colegios concertados son contratados de acuerdo con el criterio del director o dueño del establecimiento educativo (3), para convertirte en docente de la educación “concertada”francesa has de aprobar una oposición pública, el Capes privé. El tribunal de este proceso selectivo es el mismo que el de la pública, profesores de las universidades y de secundaria funcionarios del Estado francés. Conviene recordar que el primer gobierno de Mitterrand ya intentó eliminar la educación“concertada” en favor de la Éducation nationale en un paralelismo temporal en contraste con la voluntad política del socialismo español que en la misma época creaba el sistema de conciertos.
El otro país de la UE en el que la educación privada y concertada es algo relevante es Portugal. No obstante, en este país la educación concertada no representa más de un 5% del sistema. Con todo, el actual gobierno socialista, en alianza con otras fuerzas progresistas (el Bloco de Esquerdas y el Partico Comunista de Portugal) se ha propuesto reducir los conciertos educativos (4).
Hecha esta comparación no puedo evitar pensar que, antes inclusode plantearnos la reversión de los recortes en educación que han dejado el gasto educativo español a la cola de la UE (5), es necesario conseguir que ese gasto público se emplee exclusivamenteen la enseñanza pública. Nuestro sistema ganaría en eficacia si los hijos de las clases proporcionalmente más acomodadas que hoy acuden a la educación privada-concertada lo hicieran a la educación pública. Disminuirían los guetos, aumentaría la integración de los alumnos con necesidades educativas especiales y la de los alumnos de origen extranjero hoy en día encuadrados muy mayoritariamente en la educación pública. Además, esta iniciativa no tiene por qué ser muy costosa. No se trata de construir centros educativos en un número capaz de albergar al 28 % del alumnado que hoy cursa sus estudios en la concertada. Basta con plantear a los colegios privados que pueden seguir siéndolo si se sostienen por sus propios medios peroque si los recursos son públicos, el equipo directivo del centro vendrádel sistema público y que toda nueva contratación de profesorado pasará por un sistema de reclutamiento de profesores público a través de oposiciones. Por supuesto, nadie pretende despedir a los trabajadores de la concertada, sino de integrarlos en el sistema público.Se trata, sencillamente, de nacionalizar “los marianistas”.En sanidad se ha conseguido.
1. https://www.youtube.com/watch?v=hcDzHExK9ZU&feature=share
2.https://elpais.com/sociedad/2014/06/01/actualidad/1401644024_776502.html
3. Con lo que esto implica tratándose de servicios públicos y con la tendencia a crear redes clientelares en un país con tan elevada tasa de desempleo.
4.https://elpais.com/internacional/2016/05/26/actualidad/1464259466_939215.html
La ‘libertad de elección’ de escuela como un derecho adquirido no existe en nuestro ordenamiento constitucional, así como la obligación del Estado a concertar la ‘libertad de elección’ como una de sus obligaciones. Hay que tener claro estas interpretaciones.
No se cuestiona ni la ‘libertad de enseñanza’ ni el derecho a la creación de centros ni el derecho a la formación religiosa. ¡Faltaría más! Son derechos constitucionales. Lo que sí es cuestionable es que la ‘libertad de enseñanza’ suponga una obligación a los poderes públicos para concertar unidades.
Con arreglo a niveles cada vez más exigentes de calidad y equidad, debe quedar garantizada, con carácter prioritario, la suficiencia y adecuación de las plazas públicas. Y todo esto no es atacar a la concertada ni es atacar a las familias. Es, simplemente, educación pública y común entre todos, tal y como establece nuestra Constitución….
Muy de acuerdo. La libertad de elección no puede justificar que el Estado sufrague cualquier tipo de educación privada. Te go derecho a mandar a mis hijos a un colegio Hare krishna, no a que el Estado me lo pague.
No puedo estar más en desacuerdo con el autor del artículo.
Los recursos públicos son de todos, o sea de los padres que eligen la concertada también, que pagan igualmente sus impuestos.
El fracaso del sistema público de enseñanza por su baja exigencia y calidad gracias a las leyes de educación implantadas por los gobiernos de izquierda, ha sido el triunfo de la educación concertada.
Los hijos de los inmigrantes deben ser escolarizados, pero si tienen problemas de aprender primero el ideoma deben ser escolarizados separadamente para no bajar el nivel de los demás.
Todos no pueden recibir un mismo nivel de exigencia.
Este fenómeno ha sido el detonante para que muchos padres lleven a la concertada a sus hijos. Concertada que también tiene la obligación de escolarizar a niños de familias con pocos recursos.
Pero el verdadero motivo ha sido el fracaso por la perdida de excelencia de la pública que antes había.
Los padres tienen todo el derecho del mundo en cuestión aparte, de escolarizar a sus hijos en el ideario que convengan. ES UN DERECHO CONSTITUCIONAL PREVISTO EN EL ARTÍCULO 27.
Los gobiernos de izquierda quieren ideologizar la educación.
Las cuestiones de excelencia educativa y exigencia académica no les interesan.
LO QUE HAY QUE NACIONALIZAR ES LA EXCELENCIA ACADÉMICA.
Llevo a mi hijo a la concertada.
Pago por ello mis impuestos.
El nivel del colegio es excelente, es laico y sobretodo está al lado de mi casa.
Nadie me va a nacionalizar ese colegio, sin que gane las elecciones y modifique las leyes e incluso la Constitución.
Todo lo que toca la política LO ARRUINA.
Cuando se alude al artículo 27 de la Constitución, se debe hacer con rigor: tan solo señala la libertad de enseñanza.
A la escuela pública no la define como tal la titularidad del centro, o la condición de funcionarios de sus profesores, sino que la definen sus fines sociales, la garantía de participación de la comunidad educativa y el principio democrático para su ordenación y funcionamiento……
Carlitos, no me vengas con politización de la enseñanza pública.
Publica, privada y concertada se someten a leyes educativas en la base comunes.
Y no confundas, los fines de todas las enseñanzas es la formación de los alumnos no su adoctrinamiento.
Y en la pública ha de ser plural como es la sociedad.
Como ex alumno de la pública (C.P. Pérez Molina y UCLM), de la concertada (Marianistas) y privada (Seminario Diocesano) puedo comparar lo que había y lo que hay.
Antes no había apenas diferencias de calidad educativa entre publica, concertada y privada. El nivel de exigencia era notable, había mucha competencia y los padres querían que estudiasemos. No habian tampoco tantas distracciones.
Hoy es un puñetero desastre.
Pese a ser católico no escogí un centro católico. La proximidad me importa pero hubo un detalle que me convenció decididamente del centro concertado en el que está mi hijo.
En una tutoría pase al lado de las aulas donde se impartía clase. No se oía más que al profesor. Es importante que haya disciplina dentro del aula.
Cuando amigos míos me dicen que hacer callar a sus alumnos es una pesadilla que se les vuelve insoportable me pregunto si también por ello la educación pública se ha ido al carajo.
No, la educación pública no se ha ido al carajo. Y ya digo, lo que defiendo en el artículo es que debería haber un único sistema público de educación y si alguien quiere uno privado, no pasa nada, que se lo pague. Del mismo modo que la sanidad pública se ha demostrado más eficaz que el modelo de los conciertos «Alcira», la educación pública es más eficaz que la concertada.
El Estado no tiene por qué pagar la educación religiosa de nadie, el culto ha de ser privado. Piense que en ese caso habríamos de pagar la religión musulmana, los centros musulmanes de algunas localidades… los centros Hare Krishna…
En fin, la prueba de qe lo que nacionaliza a una ciudadanía (valga la expresión en sí misma muy criticable) y forma en valores democráticos es la educación pública es que esta es la que prima en toda la UE.
Como prima también en España.
La educación pública forma parte de la oferta educativa que han de valorar los padres y contribuyentes.
Si es mala porque el fracaso escolar es alto y el nivel de exigencia es bajo, sencillamente acuden a la concertada y a la privada.
La educación concertada está protegida por ley y amparada en la libertad constitucional de elección de los padres.
Tu postura me parece legítima.
Pero para llevarse a cabo tendría que vencer a la oposición por medios democráticos.
O sea, urnas y modificación legislativa y constitucional.
Si el nivel de exigencia de la educación pública fuera el de Cuba…no tendría competencia.
Curiosamente la excelencia académica en los países socialistas era tan alta y selectiva como en la educación franquista.
Lastima que otros criterios menos honorables hayan primado en la escuela pública.
La escuela enseña y la familia educa.
Y por la misma regla de tres, si los padres deben pagarse la educación de sus hijos, que el Estado se lo permita deducir en sus impuestos o devolver.
Que cada cual se pague su educación.
También los padres de la publica.
Justamente de eso se trata, de educación pública, o de educación «nacional» como la llaman en Francia. Debe pagarla el Estado para garantizar la igualdad de oportunidades y para garantizar unos mínimos en el sistema educativo. Si el Estado sólo aportase el dinero y se desentendiese de lo demás, las familias pobres llevarían a sus hijos a centros de mucha menos calidad y más baratos. Creo que se trata de una cuestión de igualdad de oportunidades.
Y no sólo, no me parece erróneo que el Estado fomente una determinada visión del mundo, democrática, en la que se den a conocer las instituciones de nuestro país y su funcionamiento. Y para eso es imprescindible el Estado. Plantear un «cheque» par que cada cual se lo pague es tan problemático como pedir que cada cual se garantice su propia defensa y en lugar de pagar a la Policía Nacional el Estado diese una cantidad de dinero a los ciudadanos para contratar a distintas empresas de seguridad privada.
El cheque escolar funciona en países que cuentan con centros educativos de vanguardia.
La libertad de los padres para elegir la educación que quieren para sus hijos tiene rango constitucional. Por otra parte es lo general en derecho comparado.
Ya quisiera tener para España lo que hay en Francia en relación con una Escuela Nacional de Administración.
Lo mejor de la educación francesa sigue siendo selectiva, exigente y elitista. Ningún cerebrito que haya demostrado su valía se va a quedar sin disfrutarla.
La educación en Francia fracasa en los guettos. Pero no es consecuencia de la exclusion sino de la falta de integración de una población inmigrante que vive en Europa como viviría en su país de origen.
Discrepo de ti.
Lo que tú llamas igualdad de oportunidades yo lo llamo igualar por abajo y premiar la mediocridad.
Y eso también se ha cargado la educación pública.
Hombre, que la Éducation nationale es elitista no se sostiene por ningún lado. Es la escuela republicana para todos, es igual para todos y desde el siglo XIX pública, gratuita, laica y obligatoria.
Lo que tiene la educación francesa es más medios y además está mucho más centralizada, pero desde luego es bastante parecida a la española, desde hecho la nuestra es en muchos casos un intento de imitarla. Hasta en la nomenclatura, aquí también ha habido Escuelas Normales, agregados, catedráticos, incluso los currículum son muy parecidos en algunas asignaturas.
Francia tiene dos caras, la ideal, laicista y revolucionaria…y la de los chalecos amarillos y los guettos de inmigrantes.
Siempre se premió la excelencia.
Y allí donde no, los franceses huyen.
Macron es el mejor ejemplo de la educación pública francesa.
Y por supuesto no es elitista…es ebanista.
Ha sido un gran error en España mirar más a Francia que a Alemania o Gran Bretaña.
Hemos querido ser más franceses que los franceses y así nos ha ido.
Francia es un macro Estado sostenido con pinzas.
Su inestabilidad proviene de que su Revolución republicana y su realidad social son crónicamente irreconciliables.
Se les metió la Revolución a presión durante generaciones, pero sigue siendo aristocrática a lo bonapartista.
Y por ello el Estado francés se sostiene pese a la ineficiencia de su sistema público sobredimensionado:
Posee una élite en la Administración que la dirige.
Sólo los mejores.
De la Escuela Nacional de Administración.
A Francia la sostiene la Tecnocracia.
La educación o es pública o es privada. Si es concertada, es pública porque públicos son los fondos con los que se sustenta. Por lo tanto, la discusión sería educación pública estatalista o educación pública concertada. Al articulista le preocupa la exclusión de miembros de «familias humildes, racializadas o pertenecientes a minorías desfavorecidas» provocada por la educación concertada. Que los niños no puedan educarse en castellano, su lengua madre, en España, provocando un retraso en el aprendizaje, amén de conculcar uno de los más básicos derechos del niño, parece no preocuparle. Millones de niños españoles sufren ese problema.
Uno puede elegir el coche que se compra, dónde tomar un café, si come carne o pescado, pero no puede elegir la educación de su hijo. Eso queda para el Estado. No podemos elegir el colegio donde va nuestro hijo. El socialismo nos lo ha prohibido. Y lo ha prohibido porque si podemos elegir, normalmente elegimos lo mejor. Sucede entonces que los profesores vagos y los claustros indolentes de los malos colegios quedan en evidencia porque los padres no llevan allí a sus hijos.
La educación concertada no se reduce, por lo demás, porque es más barata que la estatalista y sus resultados académicos son comparables en calidad. En los colegios concertados no se excluye a ningún niño por razón de raza o posición social. Hay excursiones en colegios estatalistas (públicos, según nomenclatura del articulista) a las que tampoco pueden ir todos los niños.
Si le molestan los recortes, debería recordar a los causantes de los mismos y no repetir el sobado mantra de la derecha. El Castilla la Mancha los culpables de los recortes son Barreda y Bono y su ruina económica y de gestión. Con Page, hay que mandar a tu hijo con casco a clase, los techos de las escuelas se caen, pero el tipo se gasta un millón de euros en propaganda de la flamante ley de género regional.
La educación en España se la han cargado las políticas de izquierdas. Han sido las leyes de educación del PSOE las que han tenido mayor vigencia temporal. No ha sido la educación concertada la culpable de esta ruina social. Y lo peor es que los que más sufren la pérdida de calidad de la educación pública son los más humildes, pues el que tiene dinero se puede pagar una educación de calidad. La izquierda se ha cargado el ascensor social de las capas sociales más humildes.
Un artículo lleno de mentiras, que solo pretende sembrar el resentimiento, que unos le echen la culpa de sus desgracias a otros por el mero hecho de tener una ideología distinta o tener más dinero. Ni una palabra para la libertad de elección de colegio; ni una mención al despilfarro en televisiones públicas que podía emplearse en educación; ni un cuadro comparativo de la calidad de la educación en las distintas comunidades autónomas, no vayamos a enterarnos que en las regiones socialistas es pésima o que el País Vasco tiene mayor presupuesto en educación que el resto, fruto del privilegio nacionalista. En fin. Y paro.
Te equivocas, sí me preocupa que no se dé clase en Español. Sin ir más lejos en Madrid la extensión desaforada de las secciones bilingües y sobre todo el modo en el que se plantean, provocan que esté pasando en la Comunidad de Madrid algo parecido a lo que ocurre en Cataluña: que los alumnos sólo dan en español «lengua y literatura española». Un escándalo lo que hacen PP y Ciudadanos con las políticas lingüísticas.
Libertad de enseñanza. Claro. Pero para elegir entre un colegio público o uno privado. Que el Estado pague a los privados que meten a dedo a sus maestros, puro enchufismo, y que exigen pagos encubiertos como sabe cualquiera, que tienen menos alumnos desfavorecidos … Fin de la enseñanza concertad, que por cierto trajo el PSOE
Domínguez, la carta que has publicado es perfecta.
Que el PSOE usara la concertada-privada en los 80 tiene su lógica, pero que desde 1980 haya crecido de manera tan bestial, quitando recursos y hundiendo la pública, es algo inconcebible.
Al PP no le puedo reprochar nada, porque está claro que es su modelo, pero al PSOE se le debería caer la cara de vergüenza.
El argumento de la derecha de «yo llevo con mis impuestos a mis hijos donde quiero» es bastante infantil, y no merece la pena describirlo. Vivimos en una sociedad en la que la Constitución define claramente el modelo económico y social y, quien quiera que lleve a sus hijos donde le dé la gana, pero con su dinero.
Cuando alguien quiere conducir cómodo se paga una autovía, pero no deja de pagar impuestos por el mantenimiento de la red pública de carreteras. Pues igual.
Evidentemente, no se trata de nacionalizar ningún colegio privado, pero BASTA YA de mantener negocios privados con el dinero de todos.
Y, señores del PSOE, quieran un poco más a la educación pública.