Jesús Millán Muñoz.- La Gran Guerra, 1914-1918, la madre de todas las guerras, la última guerra, ya sabemos que ni fue la última, ni la más grande, y aunque el argumento inductivista de Popper, del famoso cisne o pavo de Navidad, no es totalmente demostrable, no es totalmente científico, lo que si podemos decir-expresar es que las guerras, al menos hasta el día de hoy, desdel Neolítico es una de las realidades humanas, podríamos catalogarla de epidemia o uno de los jinetes del Apocalipsis.
Es obvio y evidente, que ante todos los acontecimientos mundiales, de hoy, de la Península Ibérica, de ayer, tendremos que plantearnos este tema y esta cuestión, y en la modestia de mis palabras y argumentos, quizás indicar algunos puntos que puedan servir de reflexión sintética:
– Igual que existen programas de investigación mundial sobre docenas de temas, necesarias dichas búsquedas, creo que es absolutamente esencial que a nivel mundial, se creen programas de investigación para intentar descubrir concepciones, teorías, prácticas de la guerra, y de la evitación de la guerra, en todas sus formas y maneras.
– Se han superado muchas epidemias biológicas, que han costado docenas o cientos de millones de muertes a la humanidad. Pues lo mismo, podríamos con esperanza e, incentivando el estudio en este tema desde todas las metodologías de todos los saberes.
– Aunque la guerra justa o la defensa justa es un concepto necesario y justificado, teniendo en cuenta todas las condiciones o variables, que la filosofía ha ido desarrollando a lo largo de los siglos. Sin menoscabo del concepto de guerra justa, como último recurso, no podemos olvidar y obviar las enormes injusticias, sufrimientos, angustias y muertes, que todas las guerras provocan. Con consecuencias para millones o docenas o cientos de millones de personas, para la generación que asiste o sufre dicho acontecimiento y para las siguientes.
– La necesidad de organismos internacionales, en el actual contexto sociopolítico mundial, que permitan erradicar la guerra, antes de que estallen pongan paz y sosiego, pongan medidas para evitar las guerras. Por tanto Organismos Internacionales bajo el paraguas de la ONU u otros organismos podrían y deberían tener la función de la búsqueda de soluciones para que no estallen las guerras, y si lo hacen, detenerlas lo antes posible.
– Caminar hacia una Autoridad Mundial, un Estado Mundial, para que se consiga dicho fin, en paz y en tolerancia y de mutuo acuerdo, de tal modo, que los casi doscientos Estados actuales, se vayan federando unos con otros, en paz, para formar unidades mayores, y terminar en pocas décadas en uno o en tres o cuatro Estados Mundiales.
Ciertamente ante este tema existe una enorme dificultad, demasiados seres humanos, debido a sus ideologías, filosofías, culturas, religiones, lenguas, etnias, etc., no quieren vivir y existir bajo un mismo Estado con otras comunidades de seres humanos.
– En las diversas clases o tipos de guerra, las consecuencias hoy son enormemente trágicas, pero incluso en el escalón superior o NBQ, la humanidad tiene el poder tecnológico de autoextinguirse a si misma, porque ahora el ser humano tiene el poder de la propia aniquilación total.
Guerras de tipo regional, o convencional, que pueden empezar por un motivo o por otro, pueden terminar en la máxima escalada de guerra o NBQ, con consecuencias impredecibles e imprevisibles, pero si llegar al límite final.
El panorama es tan grave, que es absolutamente necesario, que no solo haya institutos de investigación sobre la defensa, como existen, sino que todas las metodologías científicas y departamentos de todos los saberes contribuyan al estudio de este fenómeno.
– No olvidar que en el transcurso de los conflictos los seres humanos siguen siendo personas humanas, por lo cual, siguen siendo objetos y sujetos de los derechos humanos esenciales y fundamentales, y ni siquiera los acontecimientos de las guerras, nada, ni nadie, los pueden erradicar o negar o no cumplir dichos derechos humanos. Especialmente la población civil, debe ser objeto de un trato exquisito, a y en todos los sentidos.
– La obediencia ciega y obediencia ciega a la autoridad, en caso de conflictos no puede ser una norma moral aceptable. Nadie puede después atarse al argumento de la obediencia ciega, porque conocemos las consecuencias que dicho principio ha tenido en el pasado.
Los prisioneros, los heridos, las personas civiles que no son combatientes, deben ser tratadas con todo respeto y con todos sus derechos.
– En las guerras, cuándo en muchas ocasiones, se cae en “espacios y tiempos de anarquía legal”, o de “autoritarismo del poder, por parte de personas en determinadas situaciones, de miembros intermedios del poder”. Los estados y las sociedades, tienen que tener mucho control, sobre personas, que en cierto grado son psicópatas o psicópatas integrados en la sociedad, que en tiempos de desorden, anarquía social, de libertad de procedimientos, de fácil utilización de actos violentos y de la muerte. En esa situación los poderes legítimos tienen que tener mucho cuidado de limitar los poderes de dichas personas. Se suele decir, que existe en la población potencialmente un uno por ciento de psicópatas, que la inmensa mayoría en tiempos de legalidad y vigencia de ésta y de paz, se medio controlan, aunque no totalmente, pero en tiempos de conflictos se descontrolan.
– Bajo ningún concepto religioso, ni ninguna revelación se puede admitir la autoridad en y de Dios para asesinar y matar a otra persona, o para justificar una guerra o un conflicto armado, sea un acto de guerras desiguales o sean guerras convencionales o sean guerras mundiales, sean actos de terrorismo o sean guerras nucleares.
– Una moralidad teórica correcta y una práctica moral correcta, por parte de individuos y colectivos y grupos, sociedades y Estados es uno de los instrumentos para evitar guerras. Porque al final, las guerras nacen en los corazones-carnes-mentes-cerebros de los seres humanos.
Analizar y estudiar que factores, variables, causas, ponderaciones, sistemas hace que las realidades sociales, culturales, ideológicas, económicas transforman una enfermedad grave social o de otro tipo, termine en una guerra o conflicto armado, pasando por fases sucesivas.
¿Qué pasos se pueden ir dando, o se van dando o se han ido dando a lo largo de la historia, par terminar en un conflicto armado o en otros? ¿Y así de ese modo, intentar que el nuevo conflicto futuro o posible o previsible, sea debido a la secesión de un Estado, el caso, por ejemplo de la guerra norteamericana de secesión, sea debido a dos sistemas ideológicos o culturales o económicos, o religiosos o étnicos que siempre están debajo de los motivos últimos del conflicto armado de dos tribus-ciudades-sociedades-comunidades-Estados terminen en un conflicto armado…?
La historia ha mostrado hasta la saciedad, que primero un pequeño conflicto termina en una guerra; segundo, que se van poniendo las piedras y hechos y acontecimientos e ideas, para que al final estalle un conflicto armado o grave, sea de un orden o de otro; tercero, que una guerra parece que se sabe cuando empieza pero no se sabe cuándo termina; cuarto, que puede parecer que va a ser débil y liviana, y puede terminar con enormes dramas…
La paz es la madre y el padre de todos los bienes y de todas las riquezas, la no-paz, la guerra es la madre y el padre de todas las desgracias y sufrimientos y penas y angustias y… ¡Al final, con la guerra se puede obtener un fin buscado y se pierden diez…! ¡Por favor ruego a las autoridades de todo tipo que no llamen al jinete del Apocalipsis de la guerra! Paz y bien.