Ordinario, Extraordinario, Infraordinario

José RiveroEl diccionario de la RAE fija hasta once acepciones para la voz Ordinario. Acepciones que van desde lo común, regular y lo que sucede habitualmente, hasta lo que no tiene grado o distinción en su línea. Sin olvidar otros sentidos laterales que dan cuenta de lo Bajo, basto, vulgar y de poca estimación.

Y de aquí la derivada de Ordinariez como asunto poco destacable y aún detestable. En otras vertientes lo Ordinario, señala a menesteres cotidianos, como lo dicho del gasto diario o de la comida. Gastos y dispendios que son los que a diario suele tener una persona en su casa. Hay otros Ordinarios, como recursos habituales y frecuentes; así lo decimos de un despacho. Como algo Corriente y con providencias de tramitación en los negocios. Incluso fijamos como tal al correo: Despachado por los medios y en los plazoshabituales, a diferencia, por ejemplo, del aéreo o del urgente. Que ya deja de ser un envío ordinario. Y ese carácter de la movilidad subyacente en los envíos ordinarios y en los correos ordinarios aletea en otros movimientos, como  el  del hombre que realiza encargos desplazándose regularmente a otro lugar. Incluso la última de las acepciones del diccionario español, extrañamente fija como tal ordinario al Arriero, cosario, recadero o carretero que habitualmente conducía personas, géneros u otras cosas de un pueblo a otro.

9788493655051Por contra el carácter de lo Extraordinario, radica en su excepcionalidad y en su rareza. Y por ello entendemos así a lo Fuera del orden o regla natural o común. También comporta lo Extraordinario, una especial adición o agregación sobre lo que lo antecede, esto es sobre lo Ordinario. Por ello se conceptúa como tal a lo Añadido a lo ordinario, como acontece con los gastos extraordinarios y con las horas extraordinarias. Incluso denominamos así al Gasto añadido al presupuesto normal de una persona, de una institución o de una familia, o al Plato que se añade a la comida diaria. El carácter móvil que ya tenía el sentido de lo Ordinario, no podía sino emerger ahora con los Extraordinario. Y así decimos del Correo especial que se despacha con urgencia. Es decir frente al carácter numerario de lo Ordinario, emerge el marchamo supernumerario de los Extraordinario.

Junto a lo expuesto con cierto carácter de visibilidad normal (ordinario, incluso) nos topamos con la designación más compleja de lo Infraordinario. Que obviamente, deberá de aludir a lo que se sitúa con anterioridad a lo ya visto como Ordinario. Incluso, por debajo de ello. Aunque lo relevante de lo Infraordinario es el conjunto de trabajos producidos por el escritor francés George Perec como una una colección de artículos  aparecidos póstumamente en 1989 y editados en España en 2008.

ANTHROPOS 34El paralelismo que pudiera surgir entre la Intrahistoria de Miguel de Unamuno y lo Infraordinario de Perec, podrá ser objeto de análisis y discusión en otro momento. Piénsese, por demás, que el autor vasco “comparaba  la Historia oficial con los titulares de prensa, en oposición a la intrahistoria como todo aquello que ocurría pero no publicaban los periódicos”. Y hoy esas realidades de prensa y periódicos están necesitadas de revisión profunda. El concepto de Intrahistoria había aparecido en el ensayo La tradición eterna, publicado como  parte del libro En torno al casticismo (1895). Pero baste observar los saltos producidos entre esas fechas de 1895 y de 1973, como para entender las sutiles diferencias entre ambas perspectivas. De igual forma que algunas de las cuestiones abordadas por Perec a mediados de los 70 han mutado hoy a otro concepto de cotidianeidad invisible.

ANTHROPOS 134-135Y así en el capítulo introductorio de Lo Infraordinario, ¿Aproximaciones a qué?, Perec da cuenta del propósito de su escritura: “dirigir la mirada a los sucesos cotidianos y nimios, en contraste con la espectacularidad de lo extraordinario con la que los medios de prensa intentan captar la atención del lector, y rescatar con su minuciosa descripción el poder de lo minúsculo y de todo aquello que perteneciente a nuestra cotidianidad, pasa inadvertido como una realidad trivial e insignificante”, según expone con tino Jorge Caneda. De ello dan cuenta las piezas incluidas en el trabajo. La rue Vilin, donde Perec describe pormenorizadamente la calle en la que pasó su infancia y que no resiste apenas el paso del tiempo. Doscientas cuarenta y tres postales de colores auténticos, son un conjunto de variaciones posibles de escrituras imitando los lugares comunes (los lugares ordinarios y hoy ya inexistentes) que se producen en las breves líneas escritas de las tarjetas postales, como recordatorio de un espacio y como memento de un tiempo. Otros ejercicios como Alrededor de Baubourg, Paseos por Londres o  Tentativa de inventario de los alimentos y líquidos que engullí en el transcurso del año mil novecientos setenta y cuatro, surgen entre la circularidad de la escritura propuesta por el Oulipo y la obsesión de Perec por los recuentos, enumeraciones, recensiones y censos.  Constituyendo algunas de las piezas un descenso desde las alturas, no a los infiernos del Dante, sino a la banalidad de lo cotidiano. Aunque quizás sea la pieza Still life/Style Leaf, la que produzca en el lector el vértigo del final como principio y del principio como final, al ¿confundir? Escribir con describir.  Y es que ya nos había advertido Perec en Especies de espacios que Escribir, era: tratar de retener algo meticulosamente, de conseguir que algo sobreviva: arrancar unas migajas precisas al vacío que se excava continuamente, dejar en alguna parte un surco, un rastro, una marca o algunos signos.

Georges-Perec-y-el-viaje-infraordinario-o-Sobre-aquellas-cosas-que-no-salen-en-la-tele-1-696x466Si Still-life alude al bodegón como género pictórico, de la misma forma podemos captar y capturar que Style Leaf menciona tanto un Estilo Vegetal, a lo Arcimboldo que construye realidades con elementos del reino vegetal; también el otro carácter del Style Leaf como estilo y encarnadura arbórea.  O si se quiere, también como una suerte de hojarasca o de vestido vegetal. Una hojarasca que igual visibiliza la hoja caída, como oculta otras presencias del suelo otoñal. La hoja, y nunca mejor dicho, como haz y como envés.

En suma como cita  José Morella, Georges Perec (París, 1937-1982), tal vez harto de la ordinariez de lo Extraordinario, nos propone interrogar a lo Infraordinario. Como en un intento por recuperar y materializar la acumulación de lo cotidiano, había realizado anteriormente con Tentativa de agotamiento de un lugar parisino.

Periferia sentimental
José Rivero

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5 COMENTARIOS

  1. Es bueno pararse a pensar por qué las cosas infraordinarias se convierten de manera «extraordinaria» en ordinarias.

    Y probar a ver si metiéndolas en el circuito de lo ordinario vuelven a convertirse en algo infraordinario que no salga de su agujero ni por algo extraordinario.

    Creo.

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