La idea de que una persona posea unos valores humanos derivados de su oficio, es falsa, no es más que un tópico. Por más que una mayoría responda a ese tópico, son nuestras obras, individuales, las que nos califican como individuos. Por eso reniego del corporativismo, que acoge presuntamente – bajo el manto de la profesión – las presuntas bondades de gentes que carecen de ellas: curas pederastas, médicos sin empatía, profesores sin preparación, técnicos chapuceros, jueces prevaricadores, … policías o guardias civiles corruptos.
No sé en qué momento José Manuel Villarejo pasó de ser un comisario laureado a ser un “tipejo” contaminado por el olor de las cloacas del Estado. Da lo mismo: que su vocación de chantajista (potencial y peligroso) le viene de hace mucho tiempo, lo demuestra la publicación de conversaciones con distintas personas, grabadas a lo largo de los años sin consentimiento del contertulio. De esa manera, consiguió grabar en 2009 a la actual ministra de Justicia Dolores Delgado, atreviéndose a llamar maricón a Grande Marlaska, o a criticar el presunto comportamiento censurable de algunos jueces, vistos en compañías poco recomendables también. Un episodio incómodo, que avergüenza a quien injurió, y que a duras penas reconoce y justifica. Una espinita “políticamente incorrecta” que los adversarios políticos de la ministra quisieron convertir en una viga en ojo ajeno, para dañar la reputación del Gobierno con su reprobación (como en su día hiciera la oposición con el ministro Cristóbal Montoro, por ejemplo, tras la sentencia del Tribunal Constitucional, que consideró nula e inconstitucional la Amnistía Fiscal que hizo en marzo de 2012).
No era la primera vez que se publicaban grabaciones de Villarejo. Además de la que implicaba al Presidente de la Comunidad de Madrid,Ignacio González, en un asunto de corrupción (la simulación de la compra de un ático de lujo en Marbella), la escalada de las revelaciones más recientes comenzaba en julio de 2018 con la filtración de una conversación de Villarejo con Corinna (la amiga de Juan Carlos I) quien afirmó haber sido utilizada como testaferro por el anterior Jefe del Estado, el cual también cobraba comisiones por el contrato del AVE en La Meca. Como el Rey era inviolable, este asunto no tuvo mayor recorrido judicial y se archivó. Pero para limpiar el buen nombre del Rey Emérito, se afirmó que estas grabaciones eran editadas y, por tanto, falsas. Curioso, que solo se hayan editado éstas, de las muchas que van saliendo.
No se puede sino hacer conjeturas sobre las pretensiones o la autoría de la filtración de estas conversaciones. Villarejo lleva un año en prisión provisional. Si lo que pretendía era hacer chantaje para salir de la cárcel, publicando grabaciones que implicaban al actual Gobierno, o a la Corona, no parece que lo haya conseguido. Lo que me cuesta un poco más entender es por qué se filtran las grabaciones de las conversaciones de Villarejo con Cospedal y su marido, y por qué precisamente ahora. Aunque en este caso, lo importante no es esto, sino el contenido de dichas conversaciones, que no admiten comparación – ¡ni de lejos! – con las que ya he citado.
Que había razones para investigar al P.P. por delito de financiación ilegal, lo demuestra el hecho de que haya sido finalmente condenado. Para evitarlo, los responsables del partido recurrieron a toda clase de artimañas, unas legales, otras no tan lícitas.Las conversaciones de Cospedal con Villarejo, en 2009, demuestran la mendacidad de la Presidenta de Honor del P.P. en nuestra región, quien en público denunciaba una campaña de acoso policial contra el partido, mientras que en privado se dedicaba a instigar al sabotaje ilegal de la investigación policial y judicial en la trama Gurtel, pagado con dinero del partido (supuestamente, el dinero de los partidos es dinero público).Para colmo, el papel de peón que ha jugado el marido de Cospedal – quien por cierto aparece en los papeles de Bárcenas, por más que su esposa lo niegue –,empresario que se ha librado de ir a la cárcel en alguna ocasión anterior por la prescripción de otros delitos cometidos. No le correspondía a López del Hierro, quien no ostenta cargo ni responsabilidad alguna en el partido, colaborar en ninguna de las encomiendas que se le hizo a Villarejo. Pero ahí está también, informando a Villarejo de la conformidad del jefe de Cospedal con esta operación. Cospedal, sin manifestar rubor alguno, ha limitado su asunción de responsabilidades dimitiendo de la Ejecutiva del P.P., manteniendo su escaño en el Congreso, y con él, su aforamiento (que no será mal recurso, en caso de que pueda llegar a ser necesario) ¿Actuará la fiscalía?
¿Cuál ha sido la posición oficial del P.P. en este asunto? Pues la posición corporativa: cerrar filas en torno a persona tan emblemática hasta cuanto ha sido posible, callando, o hablando sin decir nada o recurriendo a eufemismos, restar importancia al contenido de las grabaciones, desvincularse de palabra de este tipo de actos, desviar la atención hacia sus adversarios considerando que éstos serán siempre más mezquinos, … lo de siempre. Ni siquiera en circunstancias como éstas asumen públicamente lo que es obvio, porque el mensaje que lanzan no menciona la falta en cuestión, para que no exista la menor oportunidad de perder electorado (y menos aún, a pocos meses de unas elecciones en Andalucía, y medio año para las municipales y europeas). Pero parece obvio que en el ámbito privado, también para la militancia, la actuación de la cúpula del partido ha sido, una vez más, vergonzosa.
Cabría pensar si esta reacción corporativa es exclusiva del P.P. No lo creo. Ahora ha sido el P.P., pero pasa con todos, desde Vox hasta Podemos (que ni siquiera tiene afiliados, sino inscritos). No es de extrañar que el nivel de afiliación de los ciudadanos en los partidos políticos sea tan bajo, ni que la ostentación de la militancia política resulte sospechosa en quien la practica – con independencia del sesgo político: el corporativismo de los partidos pone en entredicho (injustamente) la honorabilidad de todos sus miembros.
Pares y nones
Antonio Fernández Reymonde
Cualquier forma de corporativismo exagerado es negativa. Pero, quién vigila al vigilante…..
Una señora, fiscal de la Audiencia Nacional, que conoce de la existencia de una red de prostitución creada para chantajear a jueces, políticos y demás altos cargos del Estado, y no lo denuncia como es su obligación, sino que afirma «Éxito garantizado». Una espinita “políticamente incorrecta”, que diría el articulista.
«…curas pederastas, médicos sin empatía, profesores sin preparación, técnicos chapuceros, jueces prevaricadores, … policías o guardias civiles corruptos». Se le olvidan al articulista los sindicalistas que roban a los trabajadores, los feministas que se van de putas o los etarras que son concejales. Olvidos probablemente fruto del corporativismo de la izquierda.
Tal vez también se le olvidan los franquistas frustrados que están dispuestos a tomar las armas contra la Memoria Histórica……
Un comentario que demuestra el corporativismo de la izquierda.
Señor Censor, su comentario no es discrepante, sino que tiene mala fe.
Me parece obvio que los oficios referidos son una muestra simplona de oficios comunes, alejados de cualquier atisbo político, y por eso no se habla de concejales o sindicalistas. Por eso, no alcanzo a entender qué oficio es el de feminista, aunque sí parece deducir que mi artículo es «fruto del corporativismo de la izquierda». Una vez más me descalifica en lo personal, pues cuando no me acusa finamente de falaz, me acusa de hipócrita (como en esta ocasión). En fin…
En cuanto a la escala de gravedad de los asuntos que se citan, parece que para usted, salvo el de la ministra (¡y menos mal – no sea que deje de citarlo, siendo tan corporativo como soy!), no le interesa o le parecen graves ninguno de los demás. O sea, que si se ve a unos magistrados en un club de alterne, se supone que ha de tratarse de una «red de prostitución creada para chantajear», del que lógicamente se sabrán datos para la investigación… Me parece una conclusión poco verosímil, pero bueno, allá cada uno con sus suposiciones.
Creo que usted no escuchó el audio de la hoy Ministra de Justicia,y en los momentos de grabación, FISCAL con obligación de perseguir el delito:
https://www.google.es/amp/s/www.elconfidencial.com/amp/espana/2018-09-24/audios-delgado-villarejo-garzon-relacion-comida_1620009/
Pero ya sabemos, que una debe dimitir, y la otra no. Es digna ministra de justicia.
Otra albóndiga intragable de la izquierda. Otra más.
Estimado Angel Manuel:
He seguido su consejo, he pinchado el enlace y he oido todos los audios [sound cloud] que aparecen. En ellos, aparte de que podría decirse que se oye más a Garzón que a Delgado, y aparte de que es una sarta de chismorreos, con escaso respeto hacia los que se critican, o con quejas sobre procedimientos judiciales (por cierto, con cierta lógica – ¿cómo es posible pedir a un juez que se haga cargo de una instrucción contra dos piratas que están a punto de ser arrestados, cuando ya se hallaban efectivamente arrestados?), no encuentro que en ningún momento se hable de tramas de chantaje alguna, que haya que perseguir.
Sobre los prostíbulos y la manera de chantajear el responsable, Villarejo, estaba contándolo delante de un juez y una fiscal de la Audiencia Nacional.
Es como si almuerzo con un defraudador de IVA me lo cuenta, no hago nada y luego me nombran Ministro de Hacienda.
Villarejo parece que es uno de los pilares de la política española. Porque esto no es una anécdota. Ya en tiempos de Rubalcaba se hablaba de la guerra de dossieres.
Una gran pena. Ante la ineficacia, la poca inteligencia, la soberbia, la falta de empatía, la ausencia de interés en el futuro de España de muchos políticos, lo que queda es embarrar y tener bien espiados a los otros para tener poder.
Cospedal podrá cantar misa, pero la han pillado con las manos en la masa, y lo que ha hecho es para acabar ante un tribunal. Ahora que ya no es aforada, la Fiscalía debería investigarla. Al igual que la Ministra, que por muy buena que sea, también estuvo con este ser que todo lo que toca lo convierte en mierda.
Está claro que la política española necesita un giro de 180 grados, y no parece que en este momento, en el Congreso, haya gente capaz de hacerlo.
Mientras tanto, esa web Moncloa seguirá vertiendo lodo maloliente sobre todos nosotros.