Colectivo Estudiantil de Ciudad Real.- Estamos a mediados de octubre y la llamada “cuesta de septiembre”, que coincide con la famosa “vuelta al cole”, ya ha pasado. Por eso, en el Colectivo Estudiantil de Ciudad Real consideramos que es el momento perfecto para hacer recapitulación, revisar los tickets de compra y sacar algunas conclusiones. Y es que, a quien más le afecta el estrés postvacacional es al bolsillo de muchas familias que se ven obligadas a hacer un abultado desembolso para adquirir materiales, libros y ropa, teniendo solo en cuenta lo más básico.
De hecho, según estadísticas del INE sobre el gasto destinado a la “vuelta al cole”, las familias manchegas se gastan de media unos 790 euros, los cuales suponen una cuantía más que superior a lo que se podrían permitir si tenemos en cuenta los salarios y condiciones laborales vigentes. Una cifra que representa el 3,2 por ciento de los ingresos medios que gasta un hogar al año. A nivel nacional, la vuelta al cole ha costado a las familias unos 869 euros de media, una cifra que representa un 2,98%, siendo, por supuesto, diferente según el centro donde matriculen a los hijos e hijas de las familias. En el caso de los colegios públicos, la factura representará el 1,99% del total (580 euros) y en los privados, el 2,78% (812 euros). Ni qué decir tiene que, pese a esta notable —además de disparatada e intolerable— subida del gasto escolar, las rentas de las familias han caído un 8,7% debido a los escasos y abusivos salarios que percibe la clase obrera en nuestro país.
La despreocupación total del Gobierno Regional por la educación pública y, consecuentemente, un precario sistema de becas —si bien han aumentado los beneficiarios de éstas, han disminuido las cuantías que reciben— no solo mantiene vigente esta problemática, sino que permite que siga acrecentándose. La progresiva mercantilización de la educación, que lejos de ser combatida por el actual Ejecutivo Regional del PSOE ha sido acrecentada durante toda su legislatura mediante la infrafinanciación de la escuela pública, supone una barrera más para los estudiantes más humildes y sus familias. Un ejemplo claro de ello es la privatización de las residencias universitarias del anterior gobierno de Cospedal, medida que a día de hoy ni ha sido revertida, ni se tiene intención de que lo sea, y que supone una reivindicación histórica del Colectivo Estudiantil. Otro ejemplo claro y más reciente, es el de la construcción del colegio concertado “Karol Wojtyla” en la localidad de Seseña, Toledo, y que pone de manifiesto que en muchos lugares la educación concertada ha ocupado el terreno de la educación pública —en la urbanización de El Quiñón, en la que se ha construido recientemente este centro concertado, tan sólo coexiste con él un colegio público— ya casi despojada de ayudas y recursos. Por lo tanto, algunas familias no tienen otra opción que llevar a sus hijos a las escuelas concertadas y eso supone un gasto y sacrificio mayor para que sus hijos puedan acceder a un derecho fundamental como es la educación.
De esta manera, los hijos e hijas de la clase trabajadora son despojados de la oportunidad de adquirir una educación de calidad que les permita decidir libremente su oficio en un futuro. Así nos encontramos con la contradicción de una educación pública que lejos de ser garante de los derechos es excluyente y segregadora, y que discrimina a las clases sociales bajas. Por ello, necesitamos una educación plenamente gratuita para las clases populares sin que la vuelta al cole les suponga una traba económica. Por ello, desde el Colectivo Estudiantil de Ciudad Real seguiremos plantando cara a los sucesivos ataques a la Educación Pública y no cesaremos en nuestra lucha por una Nueva Educación, científica, gratuita e inclusiva.
