El cortometraje sobre el personaje de Shertat, de la cultura popular saharaui, está viajando por el mundo desde su presentación en Almagro International Film Festival, ya que se presentó el pasado 8 de septiembre simultáneamente en dos festivales, en el IX Festival de Cine Ciudad de Bogotá en Colombia y en el III Festival Internacional de Cortometrajes de Cuenca.
El film de Díaz y Vielsa se ha proclamado finalista en Lisbon Film Rendezvous en Portugal, que arranca el próximo 28 de septiembre en el Lisbon Art Center & Studios. El festival dirigido por Ricardo Franco ha apostado por una selección de cortometrajes con identidad, artísticos y con ideas poco convencionales huyendo de la perfección o el virtuosismo muy presente en festivales comerciales, algo que según los directores de Shertat, “coincide con el formato de nuestro cortometraje, donde jugamos con una técnica stop motion que en algunas tomas parece defectuosa en su ejecución, con la intención de dotarlo de un carácter primitivo, además de innovar articulando el personaje a tiempo real”.
Shertat es el símbolo de los defectos humanos, él los tiene todos. Todos desprecian sus defectos pero se ríen de sus aventuras; en las que siempre sale mal parado. El guión original de Julia Díaz, parte de un cuento suyo en el que Shertat, glotón empedernido, ve la oportunidad de comer mucho y bien cuando llega un envío de comida. Con premeditación y alevosía decide robar todo lo que puede y recorre la distancia hasta donde se almacena la comida.
Presentación en el FiSahara
Los directores han estado en contacto con la dirección del FiSahara, donde desean presentar el cortometraje en la próxima edición del Festival Internacional de Cine del Sahara, dado que es la primera vez en la historia que el personaje de Shertat es representado en cine.
La propuesta de poner en escena a un personaje de la literatura oral saharaui, lleva consigo dos propósitos fundamentales; valorar la riqueza literaria oral de un pueblo que sostiene con templanza la tristeza y la injusticia de ver ocupada su tierra, y que aún en las condiciones más difíciles sigue construyéndose y aportando a la comunidad internacional su energía y sus conocimientos ancestrales; y favorecer la comunicación entre los pueblos y la competencia intercultural.