Sánchez: Cuando la memoria falla

El actual presidente del Consejo de Ministros estuvo de viaje por Iberoamérica. Al pasar por Chile afirmó que se había hecho socialista cuando vio cómo asesinaban a Salvador Allende. El comentario se hizo viral por una supuesta incompatibilidad de fechas: D. Pedro nació en 1.972 y Allende murió en 1.973. Por tanto, con un año de edad era harto difícil que la cognición del jefe del ejecutivo diera para tanto. La gente está a la que salta y quizá no quiso entender que el bombardeo al Palacio de la Moneda fue grabado y cualquiera puede verlo con posterioridad y quedar impactado por el suceso.

El caso es que la muerte de Salvador Allende fue trascendental en la vinculación ideológica de nuestro presidente con el ideario del exlíder chileno. Allende era un marxista puro, no un socio-liberal al uso. Tras semejante afirmación, quizá a D. Pedro le faltó rematar la frase añadiendo algo así: Y me hice capitalista cuando a mi laureada esposa le crearon un puesto a medida en el Instituto de Empresa -hoy IE Business School, por ese papanatismo estúpido de alto grado, tan común de las antiélites patrias, comprometidas en fomentar más las causas del Palacio de Buckingham que las de su país, al que tanto deben-.

Al parecer Borrell hizo de introductor de embajadores. Y del Alcázar, presidente del IE y grande de España, seguramente buen conocedor de la importancia de tener a mano teclas útiles para abrevar de las ubres del Estado, decidió recibir de brazos abiertos a la esposa consorte de un socialista de la cuerda de Allende, especializada en conseguir financiación para entidades necesitadas de ella. En una palabra, Dña. Begoña es una conseguidora.  En círculos poco escrupulosos a eso lo llaman dar sablazos. Tampoco hay que tomarlo en sentido literal. Sólo como orientación.

¿Cómo es posible que la consorte de un “allendista” –marxista puro- ofrezca su talento a una entidad cuya pureza no está precisamente en el marxismo sino en el capitalismo más ortodoxo?

No tengo nada ni en contra del IE, ni de los admiradores de Allende, ni de sus visiones respectivas del mundo. Pero no está bien que nos tomen el pelo. Aquí todo vale.

Claro que después de que la revolución bolchevique fuera apoyada por los banqueros judíos Jacob y Mortimer Schiff, Otto Khan, Warburg, Olaf Asxhberg o la banca Khun-Loeb, entro otros, y que Stalin pagara sus tributos correspondientes “a la ayuda rendida por EE.UU. a la industria soviética antes y durante la guerra” –Informe de Averrell Harriman al Dpto de Estado en Junio de 1.944. Citado por Anthony Sutton en su obra Western Technology and Soviet Economic Development- lo de Dña. Begoña y el IE no pasa de ser un pelillo a la mar de esa larga lista de socorros mutuos, connivencias y maridajes de toda laya, consumados entre izquierda y derecha, mientras los seguidores de ambos se mataban por los rincones del orbe.

Quizá Sánchez crea que el IE es una terminal de la II o III Internacional, o la memoria le falle por tener demasiadas cosas en la cabeza. Pero que la memoria del jefe del ejecutivo necesita pasar la ITV desde hace un tiempo parece indiscutible ¿Cómo explicar, si no, su afirmación de que Soria fue la ciudad natal de Machado (2.015)? –“Desde la cuna de Antonio Machado, en Soria”-

Mejor pensar que se trató de un “lapsus memoriae”. De lo contrario estaríamos ante un nuevo y claro ejemplo de ignorancia de nuestras antiélites.

Después de las meteduras de pata de Adriana Lastra, si lo de Sánchez no es un fallo memorístico, que no lo dude el PSOE, debe reabrir alguna de sus antiguas Casas del Pueblo y dedicarla en exclusiva a la enseñanza de sus dirigentes.

Pedro seguramente ya no recuerde que la moción de censura que lo aupó al gobierno no se sustentó en un programa político -nunca lo presentó- sino en una cuestión moral.

La palabra regeneración, tan manoseada, conlleva una inyección de ejemplaridad muy difícil de cumplir. “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra” –dijo el Maestro- La hipocresía y el cretinismo se llamaron andana y fieles a la mejor tradición farisea, él y sus corifeos apuntaron a la paja del ojo ajeno y se pusieron unas Rayban de sol guais para ocultar la viga en el propio.

Mezclar política y moral es empeñarse en ejercer el poder a través de un campo de minas. Que se lo digan, si no, al Consejo de Ministros en pleno con la venta de bombas a la dinastía Saúd.

Si a Sánchez le gustan las moralejas, mejor imitar a Samaniego o a Iriarte.

Como accedió al poder sin un programa concreto y el híper puritanismo al que apeló para elevarse a los altares ya venía dañado de origen, D. Pedro, lo siento, aplíquese la falta de decencia de la que Ud. acusó a su predecesor y dimita.

El puritanismo es fundamentalista en esencia, y para no morir asfixiados por la cárcel que impone, sus promotores construyen vidas paralelas donde la hipocresía es la ley de hierro que preside su existencia. No hay nada peor para un puritano que le descubran la coartada. Por eso cuando en el Congreso le pidieron explicaciones sobre su doctorado, Sánchez volvió a olvidarse de sus reportajes corriendo con la perrita por los alrededores de Moncloa; se olvidó del aire zen con el que trataba de imprimir su mandato: Voz baja, gestos comedidos, tuits empalagosos…..Demasiada impostura. Y le salió el lobo bajo la piel de cordero.

¡Os vais a enterar! –espetó, apuntando con el índice a quien le interpelaba y afirmó que su tesis estaba colgada en Teseo cuando era falso. Posiblemente fue otro “lapsus memoriae”.

De pequeños, nuestros padres solían reprendernos cuando actuábamos así: “Niño, es de mala educación señalar a la gente”. Estoy seguro que D. Pedro no fue una excepción, pero su pésima memoria debió jugarle otra mala pasada. Al Sr. Sánchez, se le olvidaron hasta las normas de urbanidad más elementales. O ¿acaso fue la bilis? Hipótesis nada descartable. Detrás de un zen impostado suele esconderse un iracundo con disfraz.

Sr. Sánchez, en su momento, y varias veces, solicité desde esta columna la dimisión de Rajoy. También lo hice con Cristina Cifuentes. Ud. debe seguir el mismo camino. Alguien con tan mala memoria no puede estar ni un día más al frente del gobierno de España.

Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz