Unas 300 encajeras procedentes de un total de 23 pueblos de la provincia de Ciudad Real se dieron cita en el Paseo del Cristo De Torralba de Calatrava para participar en el vigésimo segundo Encuentro de Encajeras.
Organizado por el Ayuntamiento torralbeño, el evento sirvió para poner en valor este laborioso trabajo artesanal y para que las propias participantes pudieran intercambiar impresiones, admirar la calidad y originalidad de los trabajos realizados por otras compañeras y disfrutar en común de la pasión compartida por los bolillos.
Entre las participantes, predominaron las mujeres mayores, pero también pudieron verse algunas niñas y jóvenes que se están adentrando en el mundo del encaje siguiendo el ejemplo de sus abuelas o madres y que manejan los bolillos a la perfección.
La concejal de Cultura, Eva Santos, junto al concejal de Urbanismo, Jesús Naranjo, recorrieron las diferentes mesas contemplando el trabajo realizado por estas artesanas del encaje.
Eva Santos resaltaba la importancia de “mantener, conservar y potenciar estas tradiciones, que forman parte de la cultura y costumbres de nuestra tierra” y agradeció a la Asociación de Encajeras de Torralba de Calatrava “su contribución y su aportación para seguir ensalzando y enriqueciendo la cultura torralbeña y ciudadrealeña a través de este arte y para que este encuentro sea todo un éxito cada año”.
El encuentro, que fue seguido por multitud de personas que quisieron admirar este arte, también contó con pequeñas tiendas y puestos especializados para que las encajeras pudieran adquirir utensilios y material necesarios para este arte.
En el encuentro quedó patente que el encaje de bolillos no se limita sólo a hacer pañuelos, sábanas o toallas, sino que existe una gran variedad de artículos que se pueden elaborar con esta técnica, como marcapáginas, vestidos, velos o trajes de novia, entre otros muchos.
Tras el encuentro, se sortearon entre todas las participantes productos donados por establecimientos comerciales torralbeños y por el Ayuntamiento. Además, se obsequió a cada una de las encajeras con un regalo y una merienda.