Esta mañana continuaba, a cargo de especialistas de la Universidad de Zaragoza, la actividad de recreación histórica sobre la Batalla de Alarcos en el cerro donde se desarrolló la épica contienda que enfrentó a almohades y cristianos en 1195. En la jornada de hoy se han explicado aspectos sobre la organización previa a la famosa batalla, el desarrollo del combate y algunos eventos posteriores, como el final de Pedro II de Aragón quien, al igual que Alfonso VIII en Alarcos, cometió el error de no esperar refuerzos, y feneció, tras participar activamente en la Batalla de las Navas de Tolosa, tratando de tomar Muret (Francia) en 1213.
O cómo Diego López de Haro, Señor de Vizcaya, quien después de la derrota en Alarcos rindió el castillo a medio construir a los invasores al cabo de un breve asedio, no cumplió el pacto para el rescate de una veintena de caballeros que dejó como garantía en manos del enemigo.
Además, los expertos han comentado las principales diferencias entre la caballería pesada cristiana, configurada para cargar y abrir brecha en el centro de la defensa enemiga, y la caballería ligera almohade, mucho más ágil y diestra en desorganizar la formación rival utilizando arcos y flechas.
Por otra parte, se ha dedicado un taller a mostrar la vestimenta, las armas y las pesadas y cuantiosas protecciones que utilizaban mandos militares y nobles de ambos bandos. En concreto, uno de los recreadores se ha vestido como lo que vendría a ser un general andalusí y otro, al estilo castellano, de Alfonso VIII. Como no podía ser de otra forma, la actividad ha concluido a espadazo limpio para mostrar las técnicas de combate de la época, que, alejadas de las espectaculares escenas cinematográficas de duelos a espada, se basaban, más que en otra cosa, en tratar de derribar al oponente.
En el recuerdo encontramos el significado a muchas de las realidades cotidianas de nuestras vidas.
Y es que hay que recrear la historia para comprender el presente….