Sánchez, Torra y viceversa

El presidente del gobierno español se vio con un tal Torra, y éste se encontró con aquél. Torra elogió a su interlocutor por admitir que el desafío separatista es un “problema político” que necesita una “solución política”, y que España es una nación de naciones.

En vez de al idealismo alemán, Sánchez debería leer a Gustavo Bueno para entender qué es una nación y cómo se configura. Como miembro típico de la antiélite nacional, Sánchez trata de ocultar su desconocimiento hablando por boca de otros con nombres y apellidos bastante más difíciles de pronunciar. El principal problema de nuestras antiélites devenidas en dirigentes no es que no sepan, es que se niegan a aprender y desprecian el pensamiento de la gente de su país, lo que hace que estemos en manos de personas con un grado elevado de papanatismo ignorante.

¿Saltarse la ley a la torera es un problema político………?

Señor Sánchez, le podría presentar a unos cuantos españoles sin empleo ni prestación social alguna desde hace años que comen a duras penas de los paquetes de pasta, azúcar y galletas maría que recogen en los bancos de alimentos tras superar las pruebas de idoneidad, no vaya a ser que se lleven un paquete de más. Personas que hacen cola ante los asistentes sociales para conseguir vales de comida proporcionados por alguna Diputación después de esperar 5 meses a la resolución de su expediente. ¿Cómo se las apañaron para echarse algo a la boca durante el tiempo de espera? No se lo dirán, por dignidad o vergüenza. Imagine, por un momento, que alguna de ellas entrara en un supermercado y fuera denunciada por apropiarse de lo ajeno ¿La recibiría Ud. o dejaría que la ley siguiera su curso por saltársela a la torera?; ¿le suena? La situación de esta gente sí que sería un problema político. Mejor dicho, lo es; no estoy hablando en sentido figurado ¿Cuándo los recibimos, Sr. Presidente?

¿Se imagina lo que daría cualquiera de estas personas casi desnutridas y/o con problemas digestivos debido a la pésima alimentación, por recibir una pequeñísima parte del gasto dedicado a las embajadas de la Generalidad, o del FLA, o de un sistema de enseñanza dedicado a romper los vínculos entre los niños catalanes y del resto de España, sus compatriotas? Seguro que sabe Ud. de sobra la gente desempleada de larga duración que no teniendo ahora qué llevarse a la boca ha pasado su vida cotizando para sufragar contra su voluntad la fragmentación de su país ¿De verdad cree que puede obligarse a alguien a pagar impuestos para financiar el derribo de la casa común donde nació y se crió: España?

Estos españoles que apenas tienen para comer nunca serán recibidos por Ud., y que no se les ocurra tratar de saltar la valla que protege la residencia presidencial donde habita, porque Ud. sí conserva las concertinas lacerantes no vaya a ser que algún español de verdad se cuele en su búnker palaciego a pedirle una limosna. Por cierto, ¿qué haría si eso sucediera?

Desconozco en que quedará todo esto del secesionismo catalán –y los otros a la espera-. Por el bien de mi país y su nación deseo que no termine como el rosario de la aurora, es decir, tratando a España como a un rompecabezas con piezas de quita y pon.

La gente casi desnutrida ha cometido un error, un grave error: esperar pacientemente las migajas de este Estado mal llamado “social y democrático de Derecho” y cumplir la ley. Sí, no se escandalice.

Cumplir las leyes no tiene encanto. Da la impresión que fuera cosa de tontos, de pusilánimes, de gente sin sangre en las venas. La gente que cumple las leyes simplemente deambula por la vida. No merecen portadas en los diarios, ni titulares audiovisuales, ni, por supuesto, la consideración de la gente mal nutrida como un problema político que necesita de una solución política; eso no da postín, sobre todo porque a la prensa internacional le gusta parlotear de otras cosas al ritmo de la voz de su amo sin saber de lo que habla, pero conociendo muy bien cómo y sobre qué presionar.

Sr. Sánchez, ¿conoce Ud. a Unamuno? Sonar, seguro que le suena; leer…….Aunque su apellido es menos común que Bueno y eso debería ser un punto a favor, tiene un inconveniente: se pronuncia tal cual se escribe, y eso no encaja con la antiélite dirigente de la que Ud. forma parte.

La divisa de don Miguel era “la verdad antes que la paz”. Fuerte, ¿no es cierto? Los filósofos tienen esas cosas: la búsqueda de la verdad ante todo.
La paz basada en la mentira es un espejismo. En el fondo se trata de una guerra sin principio ni fin, pues vivir engañados no puede considerarse verdadera vida. Unamuno fue un guerrero de la paz.

No juegue con la verdad, Sr. Presidente.

Una humilde y pertinaz sugerencia: Antes de volver a mencionar que España es una nación de naciones y plantear la solución federal –o confederal- lea, por favor, a Gustavo Bueno y deje de aplicar las fórmulas del idealismo alemán, porque, Sr. Sánchez, fueron construcciones ideológicas exprofeso para justificar la unificación alemana del Sr. Bismarck. Extrapolar eso a España es una barbaridad intelectual por mucho que le insistan desde la socialdemocracia germana, la fundación Ebert y quién sabe si el propio George Soros. Si pretende entender España a través de los intereses alemanes y de otros, mal vamos.

Ya decía Julián Marías en “La España inteligible” que uno de los problemas de los españoles es que pretendemos entender a nuestro país recurriendo a la óptica de los demás, lo cual es un disparate cuyo resultado sólo puede ser la esquizofrenia, como poco.

Se dice que el propio Julián Marías le dio un consejo a Adolfo Suárez: “Nunca trates de contentar a quien nunca vas a contentar”. Seguir este camino después de la experiencia acumulada durante 40 años, Sr. Sánchez, no podrá calificarse de error, sino complicidad ¿Sabe lo que significa?

Me despido con un fragmento de una cita del gran Quevedo:

“Bien sé a cuántos contradigo………”

Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz