Emiliano García-Page.- Presidente de Castilla-La Mancha.- Desde hace varios años, hoy, 23 de junio, conmemoramos el Día Internacional para la Administración Pública, que las Naciones Unidas instauró para reconocer la contribución del servicio público a la sociedad y a su desarrollo.
Una contribución que es especialmente reseñable en el caso de nuestra Comunidad Autónoma, una tierra que, debido a su extensión y a la dispersión de la población, requiere de elementos de cohesión, que hagan crecer un sentimiento de pertenencia al proyecto común, desde Yeste hasta Brihuega.
En esta labor, la Administración regional debe tener un papel de integración y liderazgo, impulsando el avance de Castilla-La Mancha, a través de unos servicios públicos de calidad, eficaces e inclusivos. Porque una Comunidad Autónoma con una sanidad moderna, con una educación de primer nivel y con unos servicios sociales que llegan a todos sin excepción es una región de la que nos podemos sentir orgullosos.
En este avance de los servicios públicos, son los empleados de la Administración los colaboradores imprescindibles, que los posibilitan cada día, construyendo un vínculo inseparable entre el desarrollo de su carrera profesional y la mejora en las prestaciones que se ofrecen a la ciudadanía.
Por eso, hoy me gustaría que fuera el día del agradecimiento al esfuerzo, compromiso e interés de cada uno de los empleados públicos que trabajan en Castilla-La Mancha, ya sea en las entidades locales, en la propia Administración regional o en las instituciones del Gobierno de España en la región, por construir una Castilla-La Mancha punta de lanza en desarrollo económico, en prestaciones sociales, en igualdad y en garantía de derechos.
Me vienen a la cabeza multitud de ejemplos cotidianos, auxiliares administrativos, policías o docentes con quienes trato a diario, pero permitidme que esta vez dedique, especialmente, este reconocimiento a dos personas; a Elena de la Cruz, que justamente hoy celebraría su cumpleaños, y al médico que desde hace unos días lucha por sobreponerse a la agresión que sufrió mientras ejercía su trabajo en Camarena.
Ellos son un magnífico reflejo de la vocación de servicio público y, como muchos de nuestros agricultores, con sus labores de labranza, se afanan y han contribuido a obtener una copiosa cosecha, la nuestra, la de una región con presente y con futuro, sobre la base de la Constitución española, que este año cumple su 40 aniversario.