El paraje de Cabañeros debe su nombre a las cabañas de los antiguos pobladores y es una muestra esplendorosa de la diversidad del bosque mediterráneo. Situado entre las provincias de Ciudad Real y Toledo, abarca una superficie superior a las 40.000 hectáreas, que proporcionan hábitat natural a casi trescientas especies de vertebrados. Allí, precisamente allí, en el llamado “serengeti” manchego, decidió emplazar un campo de tiro primero el gobierno de UCD y después el formado por socialistas.
Es una verdad a medias decir que el expresidente José Bono Martínez impidió la instalación de un campo de tiro en Cabañeros. Yo me inclino por la presión popular y las movilizaciones ciudadanas como elementos primordiales para evitar tal desmán, que, eso sí, hicieron tomar partido en contra al líder socialista. Por tanto, como se ha visto en el artículo de la semana pasada, fue en realidad la presión ciudadana la que impidió la ubicación en Cabañeros de un polígono de tiro. Pero es que, además, a la vez que el entonces presidente anunciaba la declaración del espacio como parque natural, avanzaba las próximas líneas de actuación. Y las negociaciones entre Bono y el Gobierno central implicaron necesariamente la aceptación por parte del primero de una instalación militar en la Región.
Por eso, pocos días después se hacía pública la decisión de establecer un campo de tiro en Anchuras, término municipal cercano a Cabañeros y de similar ecosistema natural. El 20 de julio un real decreto señalaba Anchuras como zona de Interés para la defensa nacional, concretamente el espacio comprendido en las coordenadas geográficas 4° 49,3’O/39º 26,7’N; 4º 53,1’O/39º 24,2’N: 4º 57,2’O/39º 27,4’N; 4º 53.4’O/39º 30,3’N. (BOE, 27.7.1988)
El mismo día 20, el gobernador civil de Ciudad Real, Joaquín Íñiguez Molina, convocaba al alcalde de Anchuras, Santiago Martín Campos, que había encabezado en 1987 la candidatura IND-1 (Agrupación de Electores Independientes de Anchuras), para hacerle saber la decisión gubernamental e intentar neutralizar la oposición del pueblo. Incluso, con viaje en helicóptero para ver en Madrid al ministro Narcís Serra. Pero el alcalde no se doblegó y, por el contrario, lideró un intenso movimiento de resistencia a la ubicación de las instalaciones militares, apoyado fundamentalmente por organizaciones ecologistas y por Izquierda Unida.
Íñiguez llegó a llamar «carroñeros» a los periodistas de la provincia tras la decisión del Ministerio de Defensa de instalar un polígono de tiro en Anchuras, pues la movilización aumentaba, como se puede ver en el folleto reproducido junto a este artículo, con un dibujo de Forges. Es sólo un ejemplo de la apasionada y honda oposición que se suscitó. Recoge los actos desarrollados en Anchuras a finales de mayo del año 1989 y contiene una larga relación de artistas, poetas y cantantes que se solidarizaron con esta reivindicación.
El Treviño manchego, así llamaba la prensa a Anchuras por aquellos años, pues es una isla de la provincia de Ciudad Real enclavada en la provincia de Toledo, se llenó de pancartas (por ejemplo, con la leyenda “Anchuras está viva, no nos matéis”). Y premió claramente su lucha, al obtener la Agrupación de Independientes de Anchuras (ADEIDA) por él encabezada cuatro concejales en las elecciones de 1991, por dos el PSOE y uno el PP.
Las municipales de 1995 fueron ganadas también por ADEIDA, con Martín a la cabeza, pero este fue desplazado de la alcaldía a pesar de haber obtenido 173 votos (3 concejales), frente a 145 (3) del PP y 52 (1) del PSOE, pues el candidato del PP fue elegido alcalde gracias al voto del concejal del PSOE.
Finalmente, tras la derrota electoral de los socialistas en 1996, el gobierno del Partido Popular zanjó la cuestión renunciando a instalar el campo de tiro en Anchuras. Dicha decisión se reflejó legalmente con la aprobación del decreto del Ministerio de Defensa 863/1998, de 8 de mayo (BOE, 23.5.1998) por el que se derogaba la declaración como zona de interés para la defensa nacional del espacio comprendido entre las coordenadas geográficas correspondientes al término municipal de Anchuras (Decreto 811/1988, de 20 de julio).
Las municipales de 1999, con resultados similares a las de 1995, tuvieron como consecuencia la vuelta de Santiago Martín a la alcaldía gracias al pacto de ADEIDA con el PSOE. Y a partir de 2003 hasta 2015, ya con Martín y los suyos en la órbita socialista, se repiten resultados en cuanto a número de concejales, cuatro para el PSOE y tres para el PP. Santiago Martín continúa en la alcaldía de Anchuras después de tantos años. Cabañeros y Anchuras siguen manteniendo su ecosistema tradicional, mientras que la necesidad perentoria de instalación militar se logró parar gracias a la movilización.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
Treinta años de naturaleza, ejemplo y perseverancia…
Si hemos de ser honestos y buscar nombres propios allende los miles de defensores anónimos que tuvo, aquí va la nómina básica:
– Los fotógrafos Antonio Rozalén y José Manuel Reyero, que, tiempo antes de ocuparse la finca de Cabañeros, visitaron la zona para recabar información y material gráfico que serviría para organizar las protestas.
– El periodista Benigno Varillas, que, desde la atalaya de la revista «Quercus», dió cobertura del asunto por toda España.
– Junto a los anteriores, el pintor Fueyo, que diseñó el cartel y emblema de Cabañeros: «La defensa de España empieza por la naturaleza», blasonado por dos buitres agazapados al paso de un caza, con el que se empapeló el centro de Madrid y todos los pueblos de la zona para dar a conocer el disparate.
– El cátedro de biología de la Universidad de Alcalá de Henares, Manuel Peinado, que elaboró, a petición de la Dirección General de Medio Ambiente del Mº de Obras Públicas, el informe fundamental para la valoración ecológica de la finca (sólo dos vertebrados faltaban en Cabañeros para representar toda la fauna ibérica: el oso y la cabra montesa, amén de la abundante flora relíctica, sin parangón en la península, como los bosques de laurisilva, cuyos únicos testimonios sólo se encuentran aquí y en el PN de la Caldera de Taburiente, La Palma, Canarias).
– José Jiménez, primer director del Parque Natural de Cabañeros, buen conocedor de la zona, que peleó ha. por ha. con los propietarios de las fincas en las primeras negociaciones.
No continúo porque la lista se haría muy extensa a la par que incompleta (Juan Manuel Hernández, Fernando González Bernáldez, Rafael Sanchez Ferlosio, que fue durísimo con Narcís Serra, Juan Manuel Pallarés, Eduardo Aznar Sainz, Luis Atienza, Jesús Casas, Francisco Serrano, Fernando López Carrasco, Francisco Nieva, Buero Vallejo, Antonio López, Luis Pastor…) así que ruego me disculpen los que me dejo en el tintero.
Respecto a Bono, él mismo ha dicho en reiteradas ocasiones que apenas si había oído hablar del asunto del campo de tiro y que ni siquiera conocía la zona, lo cual no quita para reconocer que, desde su toma de investidura como presidente autonómico en la iglesia de San Pedro Mártir de Toledo en la que un grupo de ecologistas desplegó la pancarta «Bono, salva Cabañeros», se comprometió con su defensa oponiéndose a su propio partido, lo que, también hay que decirlo, le sirvió para incrementar su popularidad y situar a la zona en particular y a Castilla-La Mancha en general en el mapa de España. Y me consta, por amigos míos que le han hecho de guía, que es un enamorado de Cabañeros y de toda la comarca de los Montes de Toledo y de Ciudad Real.
En cuanto a Anchuras, el problema fundamental fue la dilación en el tiempo desde que se conoció la idea de instalar allí el campo de tiro hasta su definitiva derogación: diez años. Diez años que quizá para el gobierno central no supusiera ningún trauma (los asuntos de palacio van despacio), pero tiempo de sobra para que entre los vecinos de Anchuras surgieran rencillas que aún hoy día no se han resuelto del todo.
Se os olvidan por mencionar a los cientos de ecologistas, antimilitaristas, insumisos, jovenes altruistas que fueron los que convivieron con las vecinas, de os olvidan sus pintadas, concentraciones, pancartas…venidos de toda españa.
«Cabañeros para las cabras, no para los cabrones»
Siempre se ignora a los mejores.
Conseguir que cabañeros fuera un parque y no un campo de tiro no se debe solo a estudios de despacho o acuerdos politicos, pero vamos, si es por medallas os damos tambien las nuestras, que no sabemos donde se cuelgan
Porque nosotras, los movimientos sociales seguimos caminando, esta vez en direccion a las barcenas, o contra la ley de caza, o contra la venta de armas, o a favor de los refugiados…
Saludos
Mi comentario no va por ti isidro, reconoces varias veces en el articulo donde cayo el peso del conflicto.
Gracias por traer esta informacion que nos recuerda que si nos unimos lo conseguiremos todas las veces que haga falta
Te equivocas conmigo, Fulanito de tal. Echa un vistazo a los comentarios de la 1ra parte, de la semana pasada, y sabrás por qué he traído esa nómina de nombres propios, todos ecologistas, por otro lado.