Cada 29 de mayo, almagreños, amantes del teatro de la cultura y de Almagro celebran la fecha de reapertura del Corral de Comedias. La recuperación del edificio ha marcado el desarrollo de una ciudad que desde entonces, vive bajo el cobijo de este lugar considerado máximo exponente de lo que fue el Siglo de Oro. Ayer, 29 de mayo, autoridades, vecinos y visitantes se sumaron al acto oficial que pudo celebrarse en el mismo Corral de Comedias, a pesar de la tormenta caída poco antes, el 64 aniversario.
El concejal de Cultura, Pedro Torres, fue el encargado de comenzar el turno de intervenciones. En nombre de la escritora almagreña, Manolita Espinosa, que no pudo asistir por motivos de salud, leyó sus palabras escritas en las mencionó los 50 años del poema que escribió sobre el Corral de Comedias que se puede leer en su zaguán. Definió al Corral de Comedias como el “ágora de la palabra” a través de los siglos. Y compartió su deseo de que la voz del teatro nos acompañe siempre. A continuación, el director del CELCIT, Luis Molina leyó el citado poema “Voz y alma del Corral de Comedias”.
Por su parte, el representante del Ateneo de Almagro, Francisco del Río, incidió en la necesidad de cuidar, mimar y buscar lo mejor para el Corral de Comedias. “El Corral de Comedias es el monumento de Almagro, que nos identifica en España y en el mundo (…) es el único teatro del siglo XVII que sigue cumpliendo la función por la que fue construido: Ser Teatro”. Por esta razón, hace 20 años el Ateneo y el CELCIT comenzaron su andadura para conseguir que sea declarado Patrimonio de la Humanidad. Del Río pidió al Ayuntamiento que no desista en su empeño.
En este sentido, el alcalde de Almagro, Daniel Reina, dijo que su Equipo de Gobierno sigue trabajando por incorporar el Corral de Comedias a la lista de candidatos a ser proclamados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su intención es que se pueda conseguir antes de que finalice la actual legislatura. “Hay que seguir poniendo en valor al Corral de Comedias”
El acto, con más asistentes que otros años, estuvo amenizado por dos alumnas de la Escuela de Música de Almagro que interpretaron dos piezas al principio y al final.
Sobre el Corral de Comedias
El Corral de Comedias de Almagro fue construido en 1628 por Leonardo de Oviedo a partir de una remodelación del antiguo mesón del Toro. La reforma consistió en la construcción de un tablado, mientras que en las crujías restantes, donde se ubicaría el público, se imitó el esquema compositivo de la Plaza Mayor. El patio era utilizado como lugar de acceso al resto de las dependencias que rodeaban su entramado de madera, tanto cuando se utilizó como espacio escénico, como cuando fue mesón. Después, al convertirse en posada de las comedias, las diferentes estructuras fueron cubiertas para el mejor aprovechamiento de un espacio que fue segregado horizontalmente por las propiedades colindantes. El Ayuntamiento compró su patio. Tras sucesivas restauraciones, en la actualidad funciona como teatro y acoge una intensa actividad, no solo durante el Festival Internacional de Teatro Clásico.
El por aquel entonces alcalde Julián Calero defendió su reapertura y restauración tras el hallazgo un par de años antes, cuando se derrumbó un muro de yesería que cubrían las galerías del primer piso del mesón de Toro. Solicitó 30.000 pesetas de subvención a la Diputación Provincial de Ciudad Real para adquirir el inmueble, ya que “se trata de un Corral de Comedias quizá único en España y en buen estado de conservación”. Dos meses después el gobernador civil de Ciudad Real, José María del Moral, informaba de la inmediata restauración del Corral de Comedias. Durante su restauración, se encontró una baraja de naipes completa de 1725, al derribarse una antigua chimenea en uno de sus mechinales llenos de paja (huecos). Las cuarenta cartas estaban bien conservadas y rodeadas de paja.
El Corral de Comedias está distribuido en varias partes: el zaguán, la alojería, el patio, la cazuela, los aposentos o galerías y el tablado. Como curiosidades, el patio se ocupaba por los hombres de clase más baja, ya que si tenías más dinero pagabas algo más, podías sentarte en gradas bajo los soportales; la cazuela- el primer corredor frente al escenario se ocupaba por las mujeres que accedían por una entrada diferente que los hombres, ya que la relación entre ambos sexos no estaba permitida y las personas con mayor poder adquisitivo tenía su sitio junto al escenario. A modo de palcos a la derecha e izquierda del escenario a su misma altura, veían las obras que se representaban en un lugar privilegiado.