Con motivo del Día Mundial de la Esquizofrenia, que tiene lugar este 24 de mayo, las principales entidades de salud mental de España se han unido para solicitar a la Administración más recursos para redefinir el abordaje de la psicosis, una enfermedad mental que afecta a más de un millón de españoles. En Castilla-La Mancha 60.944 castellano-manchegos padecen psicosis y 20.314, esquizofrenia.
La petición está recogida en el Posicionamiento por la implementación de programas de intervención temprana en Psicosis, una propuesta que incluye 17 medidas concretas para mejorar la detección y la atención temprana de la psicosis con la finalidad de mejorar el pronóstico de estas personas y asegurar una mejora en su calidad de vida.
Los datos disponibles demuestran que la intervención temprana mejora el pronóstico clínico y funcional. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la conveniencia de un abordaje precoz y preventivo dirigido a las poblaciones de alto riesgo. Tal y como indica el Dr. Celso Arango, vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) y Coordinador Movimiento REthinking: “Es fundamental implementar en los primeros meses o semanas desde la detección de los síntomas, un plan integral y multidisciplinar de medidas terapéuticas destinadas al tratamiento de las personas con psicosis, que permita mejorar su pronóstico futuro[iii],[iv]”.
Se estima que en España el tiempo transcurrido entre la aparición de síntomas y el primer contacto terapéutico puede superar los 2 años en los pacientes con esquizofrenia.[v] En el caso de Castilla-La Mancha, según Proyecto VOZ, un estudio que recoge de forma directa la opinión de 5.205 personas con esquizofrenia/psicosis y su entorno más cercano, un 44% de los pacientes castellanomanchegos considera que el tratamiento médico no llegó en el momento adecuado, un 44% el tratamiento psicoterapéutico y un 31% los programas de rehabilitación y talleres1.
El Posicionamiento por la implementación de programas de intervención temprana en Psicosis quiere ser un punto de partida y consenso para diseñar una actuación coordinada entre la Administración y los profesionales sanitarios. El documento recoge medidas como la importancia de implementar Programas Formativos de Prevención y Detección Temprana de la psicosis dirigidos a profesionales de educación, atención primaria y los servicios sociales o la relevancia de asegurar un tratamiento integrado, intensivo e individualizado para las personas con un primer episodio psicótico o la atención a las necesidades de sus familias, entre otros.
Las entidades firmantes consideran que el Posicionamiento es una oportunidad única para avanzar decididamente en la necesaria transformación de los modelos de prevención y atención temprana de las psicosis y otros trastornos mentales en personas jóvenes. Dr. Benedicto Crespo-Facorro, Catedrático de Psiquiatría Universidad de Cantabria y Coordinador Movimiento REthinking, precisa: “Por este motivo, estamos trabajando para que la nueva Estrategia Nacional de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud incluya estas medidas y que después tendrán que adaptar cada una de las Comunidades Autónomas”.
Consecuencias personales y familiares de intervenir tarde en psicosis
La psicosis empieza habitualmente entre los 15 y 30 años, una etapa de formación educativa o desarrollo profesional, y limita notablemente las oportunidades para lograr una cualificación laboral y, en consecuencia, para obtener un empleo estable y de calidad[vi]. Debido a que el primer episodio psicótico aparece en jóvenes, las personas con psicosis tienen tasas de desempleo 7 veces superiores a la población general, con repercusiones graves sobre la autoestima y la capacidad para construir una vida propia.[vii]
Otro de los puntos fundamentales en el cambio de paradigma del abordaje de la psicosis es redefinir el papel de familiares y entorno (cuidadores, amigos, etc.). Según un informe elaborado por la Federación Europea de Asociaciones de personas con Enfermedad Mental (EUFAMI, por sus siglas en inglés), revela que en Europa hay aproximadamente 10 millones de familiares que cuidan y apoyan a diario a sus allegados con un trastorno mental grave, como la psicosis. Los familiares emplean su rol de cuidador durante una media de 16 años, aunque en muchos casos lo hacen de por vida. Dedican al cuidado de sus familiares con esquizofrenia un promedio de 23 horas a la semana, cifra que equivale a un trabajo a tiempo parcial[viii].
Proyecto VOZ concluye que el estado de salud de los cuidadores es igual de malo que el de las personas con esquizofrenia. Concretamente, un 40% de los castellanomanchegos encuestados considera que su estado de salud es malo: un 20% lo valora como ‘Regular malo’; un 12% como ‘Malo’ y un 18% como ‘Muy malo’1.
La Directora de la Asociación Madrileña de Amigos y Familiares de Personas con Esquizofrenia (AMAFE), Ana Cabrera: “Las familias no pueden quedar al margen de los planes para la mejora de la intervención de la psicosis. Es fundamental crear programas específicos para atender las necesidades de las familias, que ayuden tanto al tratamiento de la persona con psicosis como a colaborar con las cargas familiares”.