Cristina Cancho Moreno. Consejera Ciudadana de Podemos Castilla-La Mancha.- Tengo una amiga de procedencia peruana a la que quiero y admiro que suele comentar que le produce mucha gracia esa frase que utilizan algunas criaturas pequeñas para hacer chantaje emocional a sus familias: “Y si no… dejo de respirar”.
A esto mismo me ha sonado el plebiscito que mi partido, Podemos, va a realizar sobre la compra de su casa de mi Secretario general: “Si no me dejáis que me compre la casa dejo de respirar” (es decir, me voy).Lógicamente, ya sea a mi Secretario General, ya sea a mis criaturas, les digo que no cedo al chantaje y que pueden dejar de respirar cuando quieran… a ver si realmente lo hacen cuando ven que sus demandas no son satisfechas.
Durante estos días me he mantenido al margen de la polémica del chalet porque me parecía poco digno bajar la mirada a ese terreno tan personal cuando hay asuntos mucho más reprobables en la gestión del partido. Esta postura me ha costado alguna buena discusión con personas a las que quiero, pero, ya que el partido, mi partido, ha decidido socializar una decisión personal y particular como la compra de la futura casa propia y someternos a las inscritas e inscritos a este bochorno, me tengo que pronunciar.
Así pues, en esta consulta voy a votar NO. Considero que NO es lo que tenían que haber aconsejado a mi SG las personas que le rodean y quieren (aunque, claro, esto último es un suponer, porque cada vez estoy más convencida de que son quienes cobran y no quienes sobran los artífices de determinadas decisiones que guían los designios de este partido). En cualquier caso, NO es lo que tenía que haber pensado mi SG en el mismo momento en que se le presentó la posibilidad de la compra, pues la sola idea de una casa de tales características resulta sonrojante para las personas de un partido que desde su fundación ha predicado la coherencia ética entre la vida personal y los valores y principios que defiende en sus documentos ético y político.
Por otro lado, no dejo de preguntarme qué estarán pensando sus antiguas vecinas y vecinos del barrio donde antes residía en el Sur de Madrid: ¿acaso no se puede llevar una vida digna y criar a tu descendencia en ese barrio? ¿El ascenso social consiste en irse a vivir a Galapagar? ¿Hay que seguir haciendo el juego al mercado hipotecario y priorizarlo sobre el mercado de alquiler? ¿Hay falta de zonas verdes donde salir a pasear con tus perros y criaturas en el Madrid Sur? Ya lo decían las feministas de los años 70 y me lo recordaba otra buena amiga: “Lo personal es político”, y detrás de la compra de esta casa hay muchos mensajes políticos; entre ellos, uno que resulta devastador: queda implícita la idea de que los políticos no pueden vivir como la gente corriente aun cuando digan que quieren hacer política para la gente corriente.
Estoy convencida de que de esta consulta saldrá un Sí abrumador, pero Pablo, también estoy segura de que, aunque dejes de respirar, el partido, mi partido, un proyecto no personalista, colectivo y con principios, también respirará.
Para terminar y ya pensando en el futuro, SÍ a la escuela pública…lo digo por si a mi Secretario General le entraran dudas.