Luis Mario Sobrino Simal.- Esta tarde en el Teatro de la Sensación minutos antes de comenzar la proyección de “La cifra negra de la violencia institucional”, un documental recientemente galardonado en la XVI edición del Festival de Derechos Humanos de San Sebastián y dirigido por Ales Payá, quien participó en un coloquio con los asistentes que llenaron la sala.
Alex Paya nos introduce en la cinta en el mundo de la violencia institucional desde el año 2000 hasta la actualidad con tres objetivos: visibilizar este fenómeno en los diferentes contextos en los que se produce; analizar la impunidad con la que se suelen cometer estas delitos; y, por último, enseñar al espectador ejemplos de las pequeñas victorias que va consiguiendo la sociedad civil.
Consciente del excesivo uso de la fuerza institucional, participó, relata, desde que era pequeño, en diferentes movimientos sociales. Hubo un momento en su vida que se dio cuenta del “absoluto desconocimiento” por parte de la mayor parte de la sociedad de esta realidad. Vivió, por ejemplo, desalojos violentos de gente pacífica relacionada con el 15M en Cataluña.
Preguntamos por el tiempo que le llevado reunir el material para hacer este documental, reconoce que “mucho más tiempo del que pensaba”. Es mi primera película, en la que comenzó a trabajar a finales de 2012.
Sobre sus proyectos futuros habla de un corto que recogerá material que no ha cabido en este documental. Se está trabajando, comenta, con varios colectivos para intentar abolir el uso de las pelotas de goma.
Amnistía Internacional y sus informes de los últimos años han tenido y tienen un gran valor documental, por ello esta ong se ha sumado a la labor de distribución de la película de Payá.
De hecho colaboran en prensa anunciando fechas de próximos estrenos de del documental que ya ha sido visionado de muchas ciudades de todo el Estado, “y lo que nos queda…”
Amnistía es una moneda con doble cara: lo que por una parte denuncia por otra calla
Ejemplos cuando se callaba ante los abusos penintenciarios del expresident Pujol o ahora que también mantienen la boca cerrada con ciertas guerras o paises
Funcionan todos por lo mismo: decir que el mundo va mal y seguir los directivos cobrando un inmenso salario
A este me hubiera gustao a mi verlo delante de los grises de Franco. A lo mejor cuando manden los suyos y haya manifestaciones en.su contra en plan mala leche no mandan ala policia porque la han disuelto. Cuanta postura!!
Existen muchos tipos de violencias que no se ven, como las institucionales, las económicas, etc.
Por eso, es importante visibilizar los modos en que se vienen ejerciendo estas violencias….
Muy triste lo que pudimos presenciar ayer en esta proyección. Mucho.
Es muy triste poder apreciar tan claramente el enorme poder del lavado de cerebro mediático que tiene hoy el Sistema.
Es muy triste que, después de hora y media de presenciar hechos que muestran el funcionamiento normal de una dictadura, la mayoría de los asistentes no pudieran asimilar algo tan obvio como que si eso ocurre en España es porque en España hay una dictadura.
Es muy triste que, sabiendo todos ya que la Constitución impide la independencia del Poder Judicial (algo básico como mínimo para aparentar que un Estado es democrático), la mayoría de los asistentes no pudieran asimilar algo tan obvio como que si tenemos una Constitución que impide la democracia es porque esa Constitución no es democrática, y en consecuencia, el sistema de gobierno que define esa Constitución, tampoco lo es.
Es muy triste que en un documental para hablar de la violencia institucional se ponga como paladín de la defensa de los derechos humanos a una señora que ocupa un cargo político relevante en el Régimen y que, bajo su mandato, actuando como eslabón del Poder Económico que es el que realmente gobierna, entre otras muchas perlas, permite el funcionamiento de una planta incineradora que causa mucho más daño a las vidas y a la salud de las personas que todos los antidisturbios juntos.
http://www.casmadrid.org/index.php/comunicados/435-carmena-cifuentes-la-incineradora-mata
Y es muy triste que organizaciones que supuestamente defienden los derechos humanos no denuncien no sólo los actos en sí, sino el motivo por el que estos actos ocurren, algo que es fundamental conocer para poder combatirlo.
Y es muy triste que esas organizaciones canalicen la reacción ciudadana hacia acciones y luchas que, tras años de desgaste y sacrificio, al final sólo van a conducir a maquillar el Régimen otro poco más y a que la violencia institucional se haga de otra manera.
Claro que, como dice T., si Amnistía no callara lo que calla, ni tendría los recursos que tiene, ni sus directivos cobrarían lo que cobran. Es lo que tiene ser el Organismo Oficial del Régimen para las Denuncias de Violaciones de Derechos Humanos.
Muy triste.