La sección sindical de CCOO en la factoría de Vestas de Daimiel planteará al comité de empresa una propuesta a negociar con la empresa para reducir de forma sustancial la alta tasa de temporalidad en la planta, cercana ahora al 50%.
“Hemos llegado a un punto de tensión y malestar laboral que no es bueno para nadie; por supuesto no para los trabajadores, ni para los eventuales y de ETT ni para los que tienen contratos estables. Pero tampoco para la propia empresa. Vestas no ahorra ni gana nada con esta situación, pero sí tiene mucho que perder porque el entorno de trabajo deja mucho que desear y la conflictividad repercute tanto en la implicación de los trabajadores como en la imagen de la compañía”, señala Francisco Javier Flores, responsable de CCOO en Vestas-Damiel.
De los casi 1.000 trabajadores con los que cuenta la planta, casi la mitad, 460, son temporales. “Temporales individualmente, porque la empresa, que cuenta con una bolsa de empleo de 700-800 personas, los va rotando se supone que en función de las necesidades de producción. Pero Vestas ha convertido ese trabajo temporal en estructural; de forma que, aunque cada trabajador esta unos meses y luego se cambia por otro, el número global de trabajadores eventuales permanece, más o menos es siempre el mismo.”
“Creemos que tanta temporalidad no está justificada, incumple a nuestro juicio lo establecido en el Convenio General de Química. Y de hecho, la Inspección de Trabajo ha forzado recientemente la incorporación a la plantilla, como trabajadores indefinidos, a una veintena de eventuales,” apunta por su parte David Vera, secretario general de CCOO-Industria en Ciudad Real.
“Pero es que además este nivel de eventualidad y de rotación no favorece la productividad, dificulta la organización del trabajo y, sobre todo, enrarece el clima laboral y daña las relaciones humanas y la propia imagen de la compañía”.
“Creemos que los hechos y los números demuestran que los gestores de la planta de Daimiel no están acertando con estas políticas de recursos humanos. y que es el momento de abrir un diálogo constructivo de la dirección con la parte social reconducir las relaciones laborales desde el respeto y la voluntad de cooperación y entendimiento.”
Entre “los hechos” que evidencian el pésimo clima laboral en Vestas-Daimiel, Flores enumera “el constante goteo de despidos, casi siempre sin causas justificadas: habitualmente la empresa lo reconoce así y abona las indeminzaciones máximas; pero incluso en la mayoría de los ocasiones en que se ha llegado a juicio, ha ganado el trabajador”.
A los despidos, que afectan sobre todo “a gente veterana, con una antigüedad de entre 5 y 9 años”, pero también a “todos los eventuales que pasaron a indefinidos a instancias de la Inspección de Trabajo”; se añaden “el elevado número de sanciones y otras medidas represoras”; las numerosas bajas por enfermedades laborales -que han provocado a su vez denuncias tanto ante la consejería de Empleo y la Inspección de Trabajo como ante la Inspección sanitaria de la Consejería de Sanidad… Todo ello pone de manifiesto el malestar generalizado, el clima de miedo e incertidumbre en el que se desarrolla el trabajo”.
En cuanto a “los números”, el responsable de CCOO recuerda que “en la reunión que tuvimos el año pasado con la dirección, quedó claro que a la empresa le resultaba más barato tener indefinidos que pagar a una ETT”
A todo ello se añade la buena marcha económica de la compañía y, sonre todo, que la carga de trabajo en la planta de Daimiel se mantiene prácticamente constante.
“Se mire como se mire, tanta eventualidad no tiene sentido. Vamos a proponer al comité de empresa -donde además de tres representantes de CCOO hay otros tres de CGT, mientras que CSIF, UGT y USO tienen dos cada uno- remitir a la empresa una propuesta para acordar un plan de reducción de la temporalidad, con el objetivo de dejarla al menos en la mitad en el plazo de dos o tres años, con la progresiva contratación indefinida de un número anual de eventuales”
La danesa Vestas Wind Systems, uno de los principales grupos eólicos mundiales, prefiere la contratación por una ETT para su fábrica de palas de Daimiel, Ciudad Real, la más importante de la compañía en España, que incorporarlos en plantilla. Es lo que llevan denunciando los sindicatos desde hace varios años. De los casi 1.000 trabajadores con los que cuenta, casi la mitad, 460, son temporales, de una bolsa de empleo de 700-800 personas que van rotando según las necesidades de trabajo. “Es ilegal tanta temporalidad porque tiene que estar justificada y no es el caso de lo que está ocurriendo durante años en esta fábrica”, señalan los responsables sindicales de CCOO, “no tiene ningún sentido tanta eventualidad”.
Y dicen más. “Desde hace seis meses ya ha habido más de 35 despidos de personal en plantilla de forma intermitente y su trabajo está siendo sustituido por trabajadores de ETT sin ninguna razón objetiva que dan lugar a sospechar que se deban más a temas personales que laborales”, señalan, “ninguno de los despidos que hay y ha habido, salvo casos puntuales, han tenido un carácter justificado. En todos los casos, la empresa ha abonado las indemnizaciones y la mayoría de veces que se ha llegado a juicio ha ganado el trabajador”.
Según las cartas que la empresa ha enviado a los despedidos, las causas se deben a “bajo rendimiento y desidia para ejecutar su voluntad”, añaden. Los despidos junto al elevado número de sanciones y otras medidas represoras, coinciden con que “la mayoría de despidos es gente veterana, con una antigüedad de entre 5 a 9 años”, dicen, “se pueden especular los motivos, cuantos más años llevas, mayor posibilidad de contraer ciertas dolencias y es que muchos de ellos han sido los que en más ocasiones han tenido que acudir a la Mutua por problemas de salud”. Por todo ello, se han puesto numerosas denuncias en inspección sanitaria de la Consejería regional.
El año pasado, ante esta complicada situación, los sindicatos se reunieron con la empresa donde se concluyó que les resultaba más económico tener indefinidos que pagar a una ETT para cubrir las necesidades laborales de la fábrica, “y por eso, de esa mesa de negociación se contrataron a 35 eventuales, pero justo fueron los mismos que han despedido posteriormente, qué casualidad”, denuncian los sindicatos.
“La planta de Vestas es la industria más potente que existe en la comarca de Daimiel e incluso en todo Ciudad Real por lo que hay mucho miedo a que se lleven estas instalaciones de la provincia y empeore la situación laboral de la zona”, continúan los sindicatos, “así que han conseguido que haya mucha división y conflicto entre los propios trabajadores, entre ETT y fijos, entre fijos veteranos y nuevos, entre compañeros de turnos, entre los del grupo inferior y superior… por lo que está siendo aún más complicado defender los derechos de los trabajadores”.
Por eso piden un empleo estable, una seguridad en el trabajo, y “que la gente no tenga tanta incertidumbre en la fábrica, ya que se ha demostrado que merecemos tener una estabilidad y que la empresa nos garantice el empleo”.
Pese a que Vestas apenas ha tenido éxito como proveedor para los ganadores de las subastas de renovables, solo ha vendido 86 MW para Gas Natural Fenosa Renovables, los sindicatos aseguran que “la situación de la empresa es buena, hay mucho trabajo, cada vez nos meten más producción, más carga de trabajo, pero no hay mejoras a cambio, solo despidos”.
El sindicato Unión Sindical Obrera .denuncia la alta precariedad en el empleo de la planta de la empresa danesa Vestas Wind Systems, una de las principales empresa del sector eólico a nivel mundial, que año tras año aumenta la plantilla en la contratación de temporales a través de una ETT para su fábrica de palas de Daimiel, Ciudad Real, la más importante de la compañía en España, que prefiere este tipo de contratación a incorporarlos en plantilla, haciendo un uso abusivo de las condiciones laborales. Es lo que lleva revindicando este sindicato desde que formamos parte del Comité de Empresa, denunciado en numerosas ocasiones.
Este sindicato pone en conocimiento el despido abusivo de trabajadores veteranos sin motivos justificados, que la empresa alega como falta de motivación y baja productividad, en trabajadores que llevan más de cinco años dando un rendimiento cada vez más exigente por el aumento en la carga de trabajo. Estos despidos injustificados llevan encubierto el temor de la empresa a sufrir enfermedades de tipo profesional que últimamente han dado la cara en las continuas bajas laborales, como alergias de tipo profesional.
El modelo económico no puede ser el de la mano de obra barata y temporal. Es fundamental derogar, de manera total, la reforma laboral de 2012….