El acusado de violencia de género, violación y amenazas a su novia menor, F.A.A., maltratador reincidente de Daimiel, ha acusado a los padres de esta de mentir porque «no quería que tuviera una relación con ella y me tenían amenazado» y ha afirmado que «jamás la he obligado a nada» y que si no hubiera sido por ellos «hasta el día de hoy estaría con la chica». Unas afirmaciones que ha realizado durante la celebración del juicio que ha tenido lugar en la Audiencia provincial de Ciudad Real, según recoge Europa Press.
El joven de 23 años, que se enfrenta a una pena de 44 años por los delitos de violencia habitual en el ámbito familiar, amenazas graves condicionadas y no condicionadas, detención ilegal, dos agresiones sexuales, tres delitos de violencia de género, un delito de integridad moral –trato degradante– y coacciones a una menor, ha negado punto por punto las acusaciones por la que se le está juzgando y ha arremetido contra los padres de la menor, a los que ha acusado también de echarla de casa en reiteradas ocasiones y de tener que ir a recogerla para que no se quedara en la calle porque «la chica quería estar conmigo».
Unos hechos que se remontan a 2015, cuando F.A.A. inició en Valdepeñas una relación con la menor –que entonces tenía 17 años– que se prolongó durante tres meses y se caracterizó por el uso «reiterado y habitual» de la violencia física –bofetadas, mordiscos, empujones y tirones de pelo– y psicológica «con el exclusivo propósito de someter, anular y doblegar» a la joven, buscando así su aislamiento, según se recoge en el escrito de la Fiscalía.
LA JOVEN MANIFIESTA QUE ESTABA «ATERRORIZADA»
Por otro lado, la joven una y otra vez ha puesto de relieve el miedo que siente hacia el acusado y que llegó a un punto que «dejaba que me hiciera lo que quisiera porque estaba aterrorizada». Además, ha reiterado cómo, el 11 de octubre de 2015, F.A.A. –que tiene tres sentencias firmes de juzgados de Ciudad Real, Daimiel y Granada por violencia doméstica y amenazas– la obligó a entregarle su móvil en el coche y, tras comprobar que había mantenido conversaciones con chicas y chicos, la agredió y acabó diciendo que la iba a matar si no le daba 300 euros.
Al día siguiente, ha narrado, fue a buscarla a Valdepeñas y, como se negó a marcharse con él, la agarró del pelo, levantándola de un banco y le dijo: «Te vienes por las buenas o por las malas», tras lo que la arrastró hasta su vehículo, en el que se la llevó y siguió agrediéndola, llegando a clavarle en reiteradas ocasiones un destornillador en la pierna, además de agredir a un amigo que la acompañaba en el parque.
Cuando el hombre la llevó hasta su casa de Daimiel, la obligó a beber su orina tras decirle «o la bebes o te mato» y la siguió golpeando hasta que consiguió que fuera a la Guardia Civil a decir que se había marchado con él por propia voluntad después de que la familia de la chica denunciara su desaparición. «Pensé que esa era mi última noche», ha dicho, añadiendo que temió por su vida.
La joven también ha narrado dos agresiones sexuales que sufrió, ya que, según ha apuntado, «prefería que se acostara conmigo a que me pegara». La primera de las violaciones de la menor se produjo entre el 27 y el 30 de agosto de 2015, coincidiendo con las fiestas de Villanueva de los Infantes, cuando en el coche del acusado, F.A.A. la golpeó hasta que consiguió que le hiciera una felación mientras él la grababa con el móvil, amenazándola con difundir el video si hacía algo en contra suya. Finalmente, la violó.
La segunda de las violaciones a la menor se produjo próxima a las fiestas del Vino de Valdepeñas –que se celebraron entre el 31 de agosto y el 8 de septiembre de 2015– cuando en el coche de él, F.A.A. obligó a la menor a practicarle una felación y la violó.
Por otro lado, los peritos han confirmados que las lesiones que presentaban la joven se corresponden con las causas narradas en los hechos. Además de certificar que el relato de los hecho es «consistente y coherente» y que la joven presenta un «grado máximo de ansiedad y de afectación», por lo que admiten que ha sufrido un cuadro de violencia de género.
El juicio se retomará el próximo 3 de mayo por petición de la defensa por no poder estar presentes en la sesión varios testigos propuestos por esta.