Eusebio Gª del Castillo Jerez.– El ilustrador y diseñador gráfico Peo Carrió, fundador del estudio que lleva su nombre, ha ofrecido esta mañana en la Escuela de Arte Pedro Almodóvar de Ciudad Real la charla “¿Con qué objeto? Procesos creativos”, enmarcada en las Duodécimas Jornadas de Diseño organizadas por este centro educativo.
Pep Carrió ha animado a los alumnos a que peleen por sus sueños, a que intenten buscar un camino propio en una profesión “que no es fácil, sino de largo recorrido”. Les ha recomendado “que no se apunten a las fórmulas inmediatas” y que afronten cada proyecto “como un viaje y una oportunidad”. Hoy en día, añadía, un diseñador tiene que pensar que su trabajo puede llegar a cualquier lado, y no cerrarse al ámbito nacional. “El talento te puede llevar a sitios muy interesantes”, decía.
Además, ha hecho hincapié en que no esperen a que los llamen, aconsejándoles que se conviertan generadores de sus propios proyectos. Precisamente sobre su trabajo más personal (ha remitido a la web del estudio para conocer su vertiente profesional) ha centrado la ponencia, relatando como actividades aparentemente intrascendentes, como realizar collages con revistas antiguas y naipes, dibujos en cuadernos o la recopilación de fotografías antiguas y restos de madera en la playas le han servido para realizar obras posteriormente publicadas y premiadas y que después han servido como recurso para su trabajo profesional.
Momentos antes del inicio de la conferencia, a la que han asistido decenas de alumnos hasta llenar el salón de actos de la Escuela, Carrió comentaba que los años de la crisis han sido muy duros para el diseño y los ámbitos creativos “porque de lo que primero prescinden las empresas es de la parte de imagen”. La democratización del sector, señalaba, ha llevado a que se lleguen a proponer precios “muy tirados”. Ya no hay unos baremos de referencia sobre el coste las cosas, el precio de un logotipo puede ser “una barbaridad o algo nimio, y las empresas se aprovechan”. En todo caso, matizaba, a la larga se demuestra que si detrás de un trabajo no hay un profesional, si no está bien planteado, acaba por generar problemas. Clientes que en su día se apuntaron al low cost, apuntaba, “han vuelto a nosotros porque no han encontrado soluciones”.
Su estudio, concluía, se caracteriza por su trayectoria en el sector editorial y el ámbito cultural y por “cuidar mucho” los proyectos. “Primamos la calidad frente a la cantidad, para llevar de la mano un buen proyecto y hacerlo crecer con nuestros clientes, que suelen ser bastante fieles”, remachaba.
Es absurdo admitir que se va a una Escuela de Arte para descubrir el genio.
Pretender que el alumno descubra el mundo a su antojo y capricho, sin haberse capacitado previamente para ello con una base de conocimientos mínimos, sería una ingenuidad.
Y es que quien pretenda cultivar una disciplina artística, sin inclinación natural, pierde el tiempo….