Un instrumento musical es lo que sirve para hacer música. Pero aunque la voz sea el medio más arcaicode hacer música, equipararla a un instrumento meparece una simplificación práctica pero engañosa. Básicamente, un instrumento es un artilugio capaz de sonar a distintas alturas (caso distinto es el de los instrumentos de percusión de afinación indeterminada, como la pandereta, que no viene al caso); tocar un instrumento consiste en adquirir la habilidad para alcanzar o combinar notas oalturas con precisión y con variedad de recursos sonoros. Incluso la propia manera de aprender – sea de oído o por partitura – consiste en saber qué “hacer” para ejecutarlas notas, en sucesiones y duraciones determinadas, y controlando permanentementela calidad del sonido del artilugio.En el canto no se acciona ningún elemento externo; el sonido y las notas los crea uno mismo en su propio cuerpo. Eso lo cambia todo.
Cuando se hace sonar un instrumento musical, podemos observar externamente cómo reacciona el cuerpo al emitir el sonido, entender cómo se ha producido el sonido y corregir lo que no sea conveniente (una tensión muscular, una colocación determinada de los labios, de los dedos, etc.). Con objeto de tocar mejor y sufrir menos lesiones, los instrumentistas aprenden a reconocer cómo reaccionan sus propios músculos. Los cantantes deben hacer algo similar a los instrumentistas(además de vigilar el diafragma al respirar, como hacen todos los instrumentistas de viento), pero en el interior de su cabeza, no solo con la garganta. El sonido depende tanto de las cuerdas vocales como de los resonadores (o sea, los espacios que recorre el aire y los lugares por donde vibra). Al igual que en todos los instrumentos, la técnica consiste en la forma de controlar nuestro cuerpo para lograr una forma deseada de ejecución. Explicar la técnica vocal,lo que sucedeinvisiblemente, no es nada fácil; en consecuencia, la compatibilidad y lacomplicidad (en este sentido) entre el maestro de canto y su aprendiz debe ser máxima. De lo contrario, será muy complicado sacar del aprendiz el máximo rendimiento.
Cualquiera puede cantar, porque todos tenemos voz; pero cantar bien requiere técnica. La técnica vocal tiene tres partes básicas. Primero, el control de la sonoridad, donde interviene todo lo que se apuntaba anteriormente para lograr potencia, timbre, claridad en la pronunciación, etc. A pesar de que cada uno de nosotros tiene una voz única que le identifica como una huella digital, la técnica del Bel Canto consigue un modelo homogéneo de canto en todas las voces (como en los instrumentos, donde las diferencias entre marcas o modelos son muy sutiles). Y aunque haya otras formas de cantar, cualquier cantante aprende o intuye qué debe hacer para cuidar su voz y controlar su canto.
Después, el control del registro (que podría entenderse como el ámbito de extensión de grave a agudo y su calidad de emisión)que ojalá fuese tan sencillo como definir las voces por su delimitación. Por ejemplo, Soprano es la voz femenina de registro más agudo. Pero según el resultado o su potencia en los distintos registros, se puedecalificar comoDramática, Spinto, Lírica, Ligera,Coloratura… Como digo, es un mundo muy diferente al de los instrumentos, que no cambia nunca de nombre, por mucho que alcance la nota más extrema que uno se imagine.
Por último, la entonación, que podría entenderse como la presentación reconocible de las notas.Una buenavoz, además de tener calidad sonora, ha de dar en todo momento la entonación justa, pues de lo contrario, termina desafinando y produciendo desajustes con el resto de instrumentos o voces con las que pueda intervenir; cuando eso pasa, da un poco de vergüenza ajena. Por eso se acostumbra a ir acompañada de instrumentos, que vayan dando referencias al cantante, bien porque toquen lo mismo, a unísono, bien porque haya referencias armónicas. Y por eso, un cantante debe desarrollar muy especialmente la habilidad de escuchar a sus acompañantes, habilidad tan necesaria en todos los músicos como el puro aprendizaje técnico individual. Con respecto a la relación entre el canto y distintos tipos de armonía, me gustaría mucho hablar de ello, pero no me parece oportuno extenderme más en este artículo, por lo que queda pendiente para otra ocasión.
La idea de que los cantantes no son músicos está muy extendida, pero es falsa. Si para aprender a tocar un instrumento, aparte de leer (que no es indispensable), hay que hablar de notas, de distancias entre las mismas, de armonía, de medida … para cantar, mientras se controle la técnica y se entone bien, no se necesita nada de lo anterior; sencillamente porqueel cantante no hace música con ningún artilugio. Se puedeaprender una canciónpor pura imitación; incluso interpretarla siempre de la misma manera. Sin embargo, lo que diferencia a un simple cantante de un músico/cantante, es que éste últimotiene una formación musical similar a la de los instrumentistas. Hace tres siglos, los cantantes de ópera – como Farinelli –aprendían composición para ornamentar sus cantos.Aunque no toquen ningún instrumento, los cantanteshacen música;ypara progresar como músicos, necesitan instrucción musical, como cualquier instrumentista(incluyendo la disciplina de tocar algún instrumento, aunque sea a un nivel básico). De la misma manera, cualquier músico instrumentista debería recuperar la sensación de cantar, porque en el canto, en el fraseo de cualquier forma de canto, está el origen mismo de la música que hace.
Antonio Fernández Reymonde
Ruido Blanco
Como es de costumbre, un didáctico e instructivo artículo.
En esta ocasión, ha dado usted en el quid del asunto: el ‘fraseo’. Esa forma particular de tocar un instrumento, de cantar, de entender la música, su estilo y su alma.
Es cierto que debemos romper nuestro prejuicios respecto al canto y comprender que todos podemos aprender a cantar correctamente. Es algo fundamental aunque uno sea instrumentista….