Eusebio Gª del Castillo Jerez.- En sociedad actual, que el sociólogo alemán Ulrich Beck, definió como del riesgo, que es más reflexiva, más participativa, las personas quieren decidir sobre las cuestiones que conciernen a su vida, comentaba ayer Prado Sánchez Molero, enfermera, antropóloga social y miembro de Derecho a Morir Dignamente Ciudad Real, en la concurrida charla que impartió en la Biblioteca Pública de Estado de Ciudad Real.
La esperanza de vida es cada vez mayor. Esta circunstancia lleva aparejada una disminución de las muertes por enfermedades infecciosas y un aumentan de las crónicas y degenerativas, incrementándose la posibilidad de sufrir y hacer más difícil nuestro final.
La muerte, advertía Prado Sánchez Melero, es un tabú social: “parece que nadie quiere hablar de ello, ni el paciente ni familiares, ni a veces los profesionales sanitarios; pero hay que hacerlo, y del mismo modo que hacemos el testamento monetario para la familia, podemos redactar nuestro testamento vital”.
El testamento vital es un documento en el que una persona adulta y capaz mentalmente manifiesta su voluntad sobre los cuidados y tratamientos que desea recibir o rechazar en el caso de que, por el deterioro irreversible de salud, esta llegue a una situación en la que no pueda expresarse. Además, puede designarse a un representante, que será quien se cerciore y exija al personal sanitario que se respete la voluntad del paciente.
Tiene su origen en la Ley de Autonomía del Paciente de 2002 y posteriormente en la Ley de 2005 de Castilla-La Mancha sobre la declaración de voluntades anticipadas en materia de la propia salud, “que marca las obligaciones de los profesionales sanitarios”.
Este documento contribuye a “aliviar” la carga de responsabilidad a los familiares en los momentos finales del paciente y facilita la tarea a los médicos porque recoge los cuidados que queremos recibir y cuáles no. Por ejemplo, acerca de una sedación terminal, una sonda nasogástrica o una nutrición parenteral. Los sanitarios deben consultarlo y están obligados a cumplir lo que en él se recoja.
A veces, señala Sánchez Melero, las familias no se llevan bien o, con todo el cariño del mundo, “te tiene agarrado porque no quieren que te mueras”, pero “si has hecho un testamento vital en el que has manifestado que no quieres que, llegado el momento, prolonguen tu vida inútilmente, están obligados a cumplirlo. Sí que se recomienda a los sanitarios que consulten con la familia, que puede ser oída, “pero debe ser respetada la voluntad de la persona que ha hecho el testamento”.
Siempre que se esté capacitado mentalmente, El testamento vital se puede modificar, incluido el cambio de representante, o revocar. En todo caso, recalcaba Sánchez Melero, prevalece sobre lo escrito lo que el paciente manifieste verbalmente, pues se podría haber cambiado de opinión.
Según los datos recogidos a enero de 2018, en Castilla-La Mancha se han realizado en torno 6.600 testamentos vitales, que en nuestra región se denominan documentos de voluntades anticipadas. Existe un registro nacional donde los médicos pueden consultar si sus pacientes tienen hechas sus últimas voluntades. La Ley, insistía, “nos obliga a todos los profesionales sanitarios a cumplir lo que el paciente pida y esté dentro de la legalidad”. En cuanto al número de testamentos vitales según la población, Castilla-La Mancha se sitúa en el puesto 12 o 13 de las comunidades autonómicas españolas; Navarra, País Vasco, Cataluña y Comunidad Valenciana son las regiones con un mayor elevado porcentaje. Sea como fuere, destacaba, “está yendo para arriba”, y de momento son más mujeres que hombres las que dejan por escrito sus voluntades.
Se suele decidir realizar el testamento vital, comentaba, tras alguna situación que marque un cambio importante en la vida de la persona: la muerte de un familiar, de un amigo, una enfermedad propia, “algo que nos haga repensarnos”. El testamento vital “no es un mero formulario, es un documento reflexivo, mediante el que cada uno se pone delante de sí mismo y decide cómo le gustaría morir”. Porque todo el mundo quiere una muerte rápida, sin dolor y estar rodeado de los seres queridos en el momento final, “pero el concepto de buena muerte o de muerte digna es muy diferente, dependiendo de las situaciones personales”.
Después de ver cómo sufren sus familiares, con esas agonías tan duras, cada vez más gente decide hacer testamento vital. En este último año se han redactado casi doscientos en nuestra provincia. “Vamos a una sociedad más reflexiva y más decidida a tomar las riendas de su vida”, aseveraba esta enfermera y antropóloga social.
Quien esté interesado en dejar por escrito sus voluntades anticipadas debe dirigirse a las delegaciones provinciales de Sanidad, también puede hacerlo en los hospitales de Alcázar de San Juan, Puertollano, Valdepeñas. En el caso de que alguien no se pueda desplazar, puede llamar a la delegación y pedir que acuda el funcionario público a dar fe de sus decisiones.
DMD
Derecho a morir dignamente defiende “el derecho de toda persona a disponer de su propia vida, de una forma libre y legal, para que pueda decidir los modos y medios para finalizarla”. También intenta favorecer el derecho de todas las personas con enfermedades terminales a tener una muerte en paz y sin sufrimiento. Esta organización nació en 1984 y es un movimiento ciudadano por la muerte digna.
Si el Derecho a morir dignamente defiende “el derecho de toda persona a disponer de su propia vida, de una forma libre y legal, para que pueda decidir los modos y medios para finalizarla”.
…Una muerte digna lo englobaría todo, desde el no sufrir un ensañamiento terapéutico hasta la eutanasia activa (suicidio asistido).
A mí el uso de eufemismos (muerte digna) no me gusta nada. La muerte no es ni digna ni amable es trágica, y si algo tiene que ser digno es la vida.
El «dejarse morir» del enfermo y que los médicos hagan todo lo que está en su mano (que es lo ético y profesional) hasta que la familia tome la última decisión, que por lo general es escuchar a los médicos y rezar por un milagro, hasta que el fin llega por sí sólo (y sin forzarlo) ES LO NORMAL Y GENERAL EN ESTOS CASOS.
Soy reticente a admitir la juridicidad del testamento vital pues imposibilita su revocación en caso extremo. Quién se atreve a interpretar la conciencia de un enfermo en estado terminal. Yo no lo haría. Y sí quiere luchar y no puede expresarlo??
De la vida no se dispone. No es digno.
Pero vamos, que es un tema tan trascendente que cada uno tendrá su opinión y experiencia.
La ciencia no puede tener tampoco la última palabra, pues puede equivocarse. Y tener una fe ciega en ella me parece infundado.
Hay casos en los que un feto o una persona están científicamente sentenciadas y luego pasa que el feto acaba convirtiéndose en un niño normal o la enfermedad acaba desapareciendo.
Soy testigo de ambas cosas. Mientras hay vida hay esperanza.
No me queda la menor duda de que la sociedad ya es lo suficiente madura e independiente de las religiones que quieren imponer algo sobre lo que no tienen ningún poder LEGAL de decisión.
Quienes pertenezcan a religiones que imponen el sufrimiento, ellos sabrán.
El resto de españoles (en un estado aconfesional) tenemos el derecho a una muerte digna, con el menor sufrimiento posible. Tenemos derecho a que el Estado no disponga cuando, cómo y en qué condiciones vamos a morir. No solo el enfermo terminal, la familia y amigos que le acompañan y sufren un momento tan delicado.
Así es que, es el momento de cambiar las cosas y que las religiones se metan en los asuntos de sus «asociados», no de la sociedad en general.
Para muestra los dos comentarios de «comisario obseso» de arriba, imponiendo a los demás lo que hay que hacer. Parece que estamos en el siglo XV.
He argumentado sin dar ningún argumento religioso.
Que seas un gilipuertas y eso no tenga remedio, es tu problema.
Has insinuado que se debe hacer lo que TU consideras normal y general en estos caso: «Dejarse morir y que la familia reze por un milagro»
Y esa frase me suena a: «toca aguantar la agonía y REZAR por un milagro, que la eutanasia está PROHIBIDA para todos lo españoles porque para algunos es PECADO»
Apelar que «rezen por un milagro» no es dar un ¿argumento? religioso. Buen intento pero no cuela.
Es que esperar el cambio a mejor de la situación del enfermo tiene que ser forzosamente un acto religioso??
Es que yo digo que haya que rezar para ello?? O más bien describo lo que hacen muchísimas personas??
Y si lo hacen…qué relevancia legal tiene eso? NINGUNA.
DESCRIBIR UNA SITUACIÓN COMÚN (rezar o esperar un cambio de diagnóstico inesperado) NO ES ARGUMENTAR ES NARRAR LA REALIDAD.
A TÍ todo lo que es religioso te suena a Franco e imposición…por qué será…porque quizás aún no sabes en qué año vives??
No intentes razones con él. Es un boot ruso… a órdenes de Reig Plà.
Pero qué razones sois capaces de emplear…NINGUNAS.
Os dedicáis a querer ver la quinta pata al gato para desacreditarme, pero NO PODÉIS porque además de malos sois unos cafres.
La Ley 41/2002, de 14 de noviembre, reguladora de la autonomía del paciente, así como su equivalente en la Comunidad de Castilla La Mancha, la Ley 6/2005, de 7 de julio, sobre la Declaración de Voluntades Anticipadas y el Decreto 15/2006, de 21 de febrero, del Registro de Voluntades Anticipadas de Castilla La Mancha, suponen, entre otros avances, un paso definitivo en el difícil camino hacia la muerte digna.
En España, hay nueve Comunidades Autónomas con una legislación que recoge los derechos del paciente en el último tramo de su vida (Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Galicia, Madrid, Navarra y País Vasco).
Pero ninguna de las Leyes contempla la eutanasia o el suicidio asistido ya que el Código Penal los tipifica como delito.
Otra cosa es que se reconozca el derecho a decidir sobre la eutanasia.
En Europa, la muerte digna está permitida en Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Suiza, Gran Bretaña, Italia, Alemania, Noruega, Suecia, Hungría y República Checa.
La eutanasia es legal en Holanda, Bélgica y Luxemburgo. Mientras que el suicidio asistido está permitido en Suiza, Holanda, Bélgica y Luxemburgo.
La mayoría de los médicos que trabajan con enfermos terminales coinciden en que España necesita una nueva Ley que garantice una muerte digna a todos los pacientes.
Se trata de respetar los derechos de las personas en este trance, así como los deberes del personal sanitario que los atiende.
Todo lo que se haga será poco para que la muerte digna, que deseamos y que nos esforzamos en regular, sea una realidad.
Es muy necesario dotar a España de una buena Ley básica de muerte digna, que no existe, para que se exija su práctica en condiciones de igualdad y sin discriminación de ninguna clase.
Del Partido Popular reaccionario no hay que esperar nada y tampoco de los liberales del siglo XIX.
Y es que morir es el arte más íntimo….
Vuestro partido debería avanzar hacia la libertad personal para dejar de vivir cuando uno se encuentra en una fase terminal, donde solo hay sufrimiento y la Ciencia ya no puede hacer nada más.
Demostrad que no sois como estos de la derecha rancia y las religiones que creen que todo debe estar bajo su paraguas.
Considero que alcanzar la ‘libertad de morir’ sería ensanchar las libertades. Vivir y morir dignamente…..
A estas alturas de los siglos, el derecho a morir dignamente o más aún, el derecho a morir libremente, no debería ser tan complicado.
Cuidado con legalizar el suicidio.
El suicidio no necesita ser legalizado. Es algo que puedes hacer cuando te dé la gana. A diario lo hace mucha gente.
Aquí se habla del derecho a morir dignamente en un hospital sin sufrir innecesariamente.
Me indigna que la Declaración Universal de Derechos Humanos no recoja el derecho a una muerte libremente elegida. Son los rescoldos de la obediencia de todo Estado al mandato de las religiones en este tema. Y esclavos somos de los malditos dioses.
Por cierto, una cosa existe en tanto existe su opuesto. Donde el derecho a morir se cercena, el derecho a vivir desaparece con él, convertido en un imperativo……