César Muñoz Guerrero.- Tengo varias observaciones acerca del abandono del Partido Popular por parte de Francisco Javier Morales Hervás, quien informó del mismo en su perfil de Facebook:
(Sobre la utilización de esta red como medio de comunicación de los políticos con la opinión pública, y por el interés que pueda concitar al lector, remito a la tribuna que Laura Espinar, directora de Lanza, redactó el pasado viernes acerca del tema. Y, siendo estrictos con el uso del idioma, no se puede «ser afiliado al PP», sino «ser afiliado del PP» o «estar afiliado al PP», lo que se aplica a los adscritos a cualquier fila política).
Javier Morales hizo lo correcto cuando especificó que seguiría fiel a sus «principios, valores y convicciones». Aunque debería darse por hecho que dichas características son inherentes a su condición de individuo pensante, cuyas personalidad y educación son particulares y exclusivas, por desgracia no es así, pues otra de sus condiciones ha sido la de político y puede pensarse que dichos rasgos formaban parte exclusiva de su ya extinta condición de fedatario de una ideología concreta. (En este punto es preciso recordar que todas las agrupaciones intentan imponer su propia ideología —sean de la naturaleza que sean—, pues son pequeños vestigios del sistema y si a algo aspiran es a convertirse un día en sistemas con estructura propia y, por tanto, en autoridades.) De esa declaración se deduce que los «principios, valores y convicciones» que tiene los debe a su bagaje intelectual y a su experiencia particular, inquietudes atribuibles a su presunto carácter de persona curiosa, inteligente y culta; todas ellas aptitudes de las que carecen diversos cargos de responsabilidad, que, por cierto, no se desenvuelven ni mucho menos con la competencia y la capacitación de que Morales hizo y continúa haciendo gala en sus cometidos como funcionario público, en la actualidad de docente universitario.
Javier Morales —según informaciones que de él proporcionan, por ejemplo, el Servicio de Publicaciones de la Universidad regional o alguna noticia de este diario— tiene en su haber, entre otros méritos, una licenciatura con premio extraordinario en Historia y un doctorado con calificación cum laude en la materia; y ha excavado en yacimientos arqueológicos nacionales (por ejemplo, Alarcos) e internacionales (Francia, Italia y Marruecos).
En una entrevista que concedió a la emisora radiofónica Onda Cero, Morales manifestó su desagrado con la «corrupción» en el seno del PP después de haber «luchado por el partido mientras ha habido gente que se ha aprovechado» y de que dicho asunto haya generado una «mancha ante la cual quizá no hayamos sido capaces de ser contundentes». Asimismo, no ha sido hasta ahora blanco de ninguna sospecha por haber cometido abuso flagrante en su etapa como representante público, sospechas que, por cierto, sí se han confirmado en otros casos convirtiéndose en acusaciones. Es prudente evitar la tentación de adjudicar ciertos vicios a un político por el simple hecho de serlo, y que a este en concreto le son ajenos mientras no se demuestre lo contrario.
En la entrevista que se cita, Javier Morales mostró interés por los jóvenes y universitarios, con quienes declaró estar «constantemente hablando» por su trabajo «como profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha»; y dijo percibir un desinterés mutuo entre dicho sector de la población y el partido donde ha desarrollado su carrera hasta el pasado 14 de febrero. Siendo, en mucho tiempo, el único miembro del estamento local en declarar su explícita preocupación por la gente joven, si esta fuese verídica la juventud agradecería la existencia de algún político liberal o conservador (no todo va a ser ¿progresismo?) que ofreciese una alternativa al pensamiento panfletario, por llamarlo de alguna manera, cuya estrategia más común pasa por intentar colonizar con demagogia las mentes de los votantes.
Las identidades las forjan las personas, y la cualificación y la experiencia de Javier Morales, amén de los numerosos motivos detallados, lo autorizan en efecto a hablar con conocimiento de causa de los hechos que viene manifestando en diversos medios.
Algunos rumores achacaron la marcha de Javier Morales a su supuesta ambición de lograr un estatus político mediante la solicitud de un mejor destino, ante cuya negación por parte de la autoridad pertinente habría procedido a tramitar su desafiliación del Partido Popular. Tan lícito habría sido que cualesquiera candidatos se hubiesen postulado para un cargo —siempre que hubiesen poseído unos conocimientos adecuados— como que el partido hubiese preferido a uno u otro. Si todo ello hubiese sido así y aquel hubiese sido, en efecto, el procedimiento de Morales para solicitar una mejor posición es importante destacar que no habría incurrido en ilegitimidad. La opinión pública en general reprueba los abusos de los cargos irresponsables, pero si también censura las aspiraciones lícitas de las personas preparadas imposibilita que estas sustituyan algún día en el ejercicio de gobierno a los irresponsables que critica.
Estas observaciones están hechas acerca de un caso particular, de un político que ha mostrado una solidaridad —al menos mediática— con la gente joven y ha renunciado a un elemento de su vida pública que le aportaba una seguridad, ni más ni menos que la pertenencia a la formación que preside el gobierno español. Soy consciente de que ejerció muchas veces sus responsabilidades a las órdenes de gente que no llegaba a su altura profesional y académica, y si no se han nombrado propiamente dichas responsabilidades es porque se considera que el personaje tiene un valor propio, al margen de estas.
Rehúso expresamente que estas valoraciones se interpreten como manifiesto de apoyo a ninguna ideología política, asociación social o institución pública, ni siquiera a las que hayan contado, cuenten o puedan contar en el futuro con Javier Morales. Esta nota se circunscribe a sus actuales circunstancias, en las cuales se encuentra liberado, según entiendo, de cualquier afiliación que no sea la profesional de docente asociado a la Facultad de Letras de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Si de algo debe servir el escrito es para subrayar su valía, que constatan quienes de diversas formas lo han acompañado a lo largo de su trayectoria, poco usual dentro de la política y la cultura de la región. Únicamente él, a título individual y en el momento de independencia en que se encuentra, puede vislumbrar en el texto un atisbo de defensa hacia su trabajo. A cambio se espera coherencia en su actuación, sabiéndole consciente (como doctor en la materia) de que la historia solo puede avanzar.
Cualquier persona con ambición política, y a la vista está que Morales la tiene y no poca, resulta incómoda si le acompañan virtudes como la formación intelectual, la personalidad propia que huye de opiniones prestadas, disponer de una profesión y una trayectoria profesional conocidas, capacidad para conectar con las gentes, sea cual sea su pelaje, ciertas dotes para la innovación que permia salir de los rediles trillados… Ese tipo de individuos no son bien recibidos en cualquier formación política, se les hace el vacío para que se cansen y ellos solitos se vayan, o directamente se les tiende alguna emboscada para que abandonen el barco. Simplemente, estorban.
La base de todo está en que ponen al descubierto las enormes carencias, el escaso nivel de la media del resto, su mediocridad, pobreza intelectual y moral, carencia de convecciones y el terror que le tienen a que nos demos cuenta de lo poquito que valen, por eso les encanta rodearse de asesores y otros aduladores varios para sentirse más seguros.
Pero, que no se crea Morales que en Ciudadanos va a encontrar cosa distinta, estos chicos tan pendientes del marketing político, mantienen los vicios ancestrales de la vieja política, multiplicado por dos. No creo que al gallito Fernández-Bravo le haya hecho mucha gracia la noticia del posible fichaje de Morales por Ciudadanos. Permaneceremos a la espera.
Y ENRIQUE BELDA???
Un texto muy bien redactado pero, si Morales va a seguir con los principios, convicciones y valores que ha tenido estos años, y que le han llevado a tener un cargo institucional en el Gobierno de Cospedal y estar afiliado al mismo partido que ese tal M. Rajoy ¿De verdad no es esa una mochila demasiado pesada? Pongo la mano en el fuego de que este tipo tiene nada o menos de corrupto, pero, amigo, dime con quién vas…
Por otro lado, formación es muy importante, fundamental, y en su caso es excelente (por cierto, funcionario público) pero también lo es la experiencia y el respeto absoluto a lo público cuando quieres trabajar como responsable de una institucion pública. Su partido, el que ha abandonado, ha destrozado España. Y él era afiliado y cargo público. Y si se va a Ciudadanos, va a un sitio donde lo liberal choca frontalmente con lo público.
De cualquier manera, que se preocupe la sociedad culiparda, que como Morales hay varios -no muchos- y no tienen ninguna mochila pesada. Que se preocupe más la sociedad culiparda de que esos que podrían no tener mochila, no tienen cabida en los partidos tradicionales. Porque ahí lo normal es ser palmero.
Morales, creo que tu camino está en la docencia y la investigación, no te quemes más. Saludos y respeto.
Cualquiera puede cambiarse de partido sin problema. El problema son las razones exhibidas. No se las cree nadie. Huelen a oportunismo. A falta de decencia política.
Si dices que te vas porque no puedes prosperar políticamente, satisfacer tus ambiciones en un proyecto que crees positivo para tu ciudad pues me parecería estupendo. Pero descubrir ahora lo de la corrupción (¿le hemos escuchado declaraciones de hace tiempo sobre esto, sobre su líder nacional?) o que el partido es un pozo de personalismos. Por favor. Me da igual el currículum cuando su comportamiento huele a mentira y oportunismo en aras de sus ambiciones.
Decía D. José Luis Borges que el tiempo es la materia de la que hemos sido creados.
Aunque hay que tener en cuenta que no todos los tiempos son iguales.
En esta ocasión, debemos darle tiempo al tiempo….
Su primo Jorge Luis también era muy brillante. Un escritor muy original.
Vaya texto planfetario del afiliado «al» Sr. Morales. Esto huele a jugada de cambiarse a Ciudadanos…..fiel a los principios de medrar al precio que sea.
Al pobre hombre no paran de hacerle la autocrítica. A Rosa Díez habría que quemarla en la hoguera. Albert Rivera era afiliado de UGT.
Albert Rivera era afiliado al PP
https://www.elconfidencial.com/amp/espana/2015-04-11/los-documentos-que-prueban-que-albert-rivera-se-afilio-a-nuevas-generaciones_757566/&ved=2ahUKEwjc-LmDsrTZAhWIUhQKHeGmBLIQFjAAegQICRAB&usg=AOvVaw17e44yXxJTW0O0GJng6ud0&cf=1
Mi opinión ya la he dicho muchas veces: ocho años de cargo público máximo por persona, pues el sacrificarse por los ciudadanos y amar tanto a la patria debe ser estresante y agotador(jajaja), y pasados esos años a su casa y a su trabajo anterior, el mismo. Por lo tanto ¿cuánto le quedaría a este señor de mamandurria?…a partir de ahí me da igual dónde milite.
Otro estupendo trabajo de César Muñoz.