Utopía americana

José RiveroLa película Suburbicon (George Clooney, 2017 con guión de los hermanos Coen) expresa entre otras cuestiones y asuntos cruzados, los ideales de vida americana derivados de la segunda postguerra mundial. Una postguerra que ve obligados cambios en esa sociedad, al pasar de una economía de guerra a otro modelo de economía civil, que debe producir una expansión del consumo interior para compensar la contabilidad productiva.

Unos ideales de vida que darían salida, por otra parte, al sempiterno modelo civil y político del American way of life, rastreable en múltiples películas de los años cincuenta como foco fundamental de la realidad en construcción; aunque en las más sagaces de esas películas, se quiebre la idílica sensación de felicidad y surjan sombras en el prado verde y en los reflejos metálicos de los autos fulgurantes.

7Us1l4wLQ0auZi5QxPw2jQEse modelo canónico del American way of life es visible en múltiples campos colaterales, campos que recorren la imagen exterior bendecida desde el Plan Marshall, y se miran en el espejo interior del cine de las comedias rosas y felices de un Hollywood que exportará a la deprimida Europa, esa felicidad rosa-chicle y enlatada que proporciona el capitalismo de cabellos rubios y dientes muy blancos.

Aunque en paralelo ese movimiento ascendente de la felicidad en la pantalla, aparezca acompañado por un movimiento descendente de signo contrario como fuera la Caza de brujas del senador McCarthy y una continuada e invisible Segregación racial. Esos iconos perdurables de una felicidad envasada en recipientes de aluminio y plexiglás comunican tanto la naciente publicidad asexuada de un pueblo vigoroso y sonriente, con los balbuceos de la Pintura Pop y de su equivalente musical. Y se asoman esas miradas del American way of life a otras múltiples ventanas: desde la expansión del consumo doméstico, al ámbito de la promoción inmobiliaria de ciudades extensivas. Un movimiento que según los estudiosos comienza en Los Ángeles en 1949 y se extiende por el bienestar del Sur templado y colorista, desde New Jersey a Florida. Y que sería denominado cono Googie architecture, en prolongación del café diseñado en un estilo desenfado e intrascedente por John Lautner en Sunset Boulevard de Los Ángeles. Y donde el optimismo por el futuro bebe de los inicios de la carrera espacial y de una energía nuclear limpia y barata.

OjI1PC4B_400x400Los anuncios de la promoción inmobiliaria, con que da comienzo Suburbicon, fijan el periodo de plenitud del negocio inmobiliario entre 1947 y 1959. Nótese por otra parte que ese periodo, es el que cae dentro de la mirada de Frank Capra en su película ¡Qué bello es vivir! de 1946, que proyectan en las televisiones todas las Navidades. Donde parte de la felicidad popular, aún no de clases medias y de Googie architecture, y de la bonhomía de George Bailey/James Stweart, se asienta en la ciudad de Bedford Falls y particularmente en Bailey Park. Conjunto de  viviendas populares y sociales, bien diferentes de los modelos tradicionales de las propuestas edilicias de la socialdemocracia europea de los años treinta.

the_truman_show_2Un modelo edilicio americano, con raíces en el New Deal de Roosvelt, pero que adquiere relevancia y peso tras el final de la Segunda Guerra mundial. Donde se abandona la vivienda urbana colectiva y se opta  por viviendas unifamiliares en el extrarradio de las ciudades. De aquí el nombre de Suburbicon  que alude justamente a esa posición de lo suburbial y al abandono de la ciudad tradicional y la búsqueda de paraísos artificiales. Nótese que la etimología del suburbio nace de lo que está por debajo de la ciudad, de la urbs, y ese es el nombre adoptado por la ciudad de Clooney-Coen. Donde se nos hace saber que ‘Habita el vecindario perfecto’ y donde igualmente ‘Los problemas desaparecen’. ¿Quién se resistiría a esa oferta de felicidad y de vecindario excelente?

Ciudades repetidas y repetibles, formadas por seriadas viviendas unifamiliares que mantienen una identidad repetitiva y serial, en la definición de una cadena de habitantes-consumidores iguales en sí mismos. Cadena funcional de viviendas clónicas por dentro y por fuera, con televisores descomunales, que se colmata en el exterior del automóvil como nuevo icono del bienestar móvil y rodante, con las carreteras de acceso y los aparcamientos como extremidades articuladas. Y que se eleva simbólicamente en el Mall o Centro comercial y otras veces se pliega en los cementerios abiertos y en los pequeños templos comunitarios.

localizacion-pelicula-eduardo-manostijeras-vecindario-antes-ahora-voodrew-7Ciudades que ya nos han sido mostradas en otras películas que tienen su desarrollo cronológico en esos años propios de la Googie architecture y que describen el lugar común de la utopía propuesta. Desde la temprana El show de Truman, de Peter Weir (1998) y la ciudad artificial de un estudio de televisión, Sea heaven que finge ser una ciudad verdadera; hasta Eduardo manos tijeras de Tim Burton (1990) y rodada en Tampa, Florida. Todo ello emerge puntualmente en otras realizaciones significativas como Revolutionay road de Sam Mendes (2008) o El árbol de la vida de Terrence Malick (2011) entre otras muchas que se podrían citar. Para evidenciar como el cine fue visto en esos años del American way of life, como una autentica Fábrica de sueños y máquina de fabricar utopías.

Periferia sentimental
José Rivero

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10 COMENTARIOS

  1. He visto la película, que no está mal. Por cierto, y al hilo de lo que dices, también habría que hablar de los opuestos procesos de gentrificación que, por ejemplo, empiezan a ocurrir en el barrio del Perchel, por caso. Empieza a llenarse de solares para construir viviendas pijas un barrio considerado desde antaño de los más humildes, pero ahora situado cerca de la universidad y bastante céntrico.

  2. Que envidia me ha producido siempre ese tipo de urbanismo, con tanto verde y tan abierto.
    Aquí nos seguimos conformando con planificaciones ridículas y hacinamiento, primero por el éxodo masivo de la gente olvidada durante décadas de sus pueblos a las ciudades, y luego por el manejo de políticos-constructores en maximizar rendimiento de sus terrenos y sobornos.

    • Ojo que la ciudad extensa solo sirve para usar más combustible en desplazamientos. Y para multiplicar los servicios básicos.

      El término intermedio es lo que vale. Un día me lo demostró Diego Peris.

      No es necesario hacer colmenas, pero las urbanizaciones son mejores que las adosadas.

      No?

      En cuanto a lo que dice A.R. no es más que la inexistencia de una política urbanística en la ciudad. Desde años atrás.

      Los que hemos vivido en EEUU y visto cómo son las ciudades…uff, no sé…qué coñazo de coche. Prefiero las ciudades europeas.

  3. He tenido la oportunidad de ver la película y creo que muestra la imagen absurda que se ideó para tratar de engañar de algún modo al ciudadano medio de los EE.UU., haciéndole creer que sería mucho más feliz en un entrono así.
    Aunque puede recordar a la infravalorada película ‘Las verdes praderas’ (1979) de José Luis Garci.
    También hace hincapié en el racismo de la sociedad americana por aquel entonces en ese último punto.
    Lo que está claro es que, aunque el hombre dejó sus cuevas y chozas de hierbas, nunca debe perder el contacto con el mundo natural y sus raíces…..

  4. Renuncio de buena gana a un adosado con jardín, lo cambio por esos pisos medianamente espaciosos en pleno centro, en el Manhattan de las películas de Woody Allen, con sus paredes pintadas de tonos cálidos , forradas de estanterías rebosantes de libros, con cenas entre amigos cultos . El centro de las grandes ciudades, donde se cuece la vida cultural medianamente interesante. Y donde se compra en pequeñas tiendas gourmet.
    Las urbanizaciones, con viviendas clónicas, están matando el dinamismo de las ciudades y pueblos de mediano tamaño. Sus habitantes se limitan a hacer barbacoas los domingos, comprar en grandes superficies y darle la espalda a la ciudad y engordar como cerdos. Parecen extranjeros en su propia ciudad. ¿Jardín ? Sí, para trabajar como un desgraciado cuando podrías estar pasando un buen rato con los amigos.

    • Cuidado, en esos «apartamentos» de Central Park, tienes que hacer una solicitud a la comunidad y que te acepten, previa presentación de una cuenta corriente con muchos ceros a la derecha.

      Aquí, por el contrario, en el centro de la ciudad, como es el triángulo de las tres plazas, lo que se cuece es la basura que dejan en el suelo los usuarios de los bares al aire libre. Poca cultura se ve.

  5. Para mí lo ideal con niños, espacios verdes y abiertos cercanos a casa (es mi caso), y con los niños fuera de casa, lugares céntricos y cercanos al meollo del ocio, teatros, sitios históricos…

    En Ciudad Real, se pueden razonable mente las dos cosas. Magnífica comunicación con Madrid.

    Para mí que vivo en Madrid, lo mejor de Ciudad Real es que todo está generalmente cerca para pasear, ir de compras y tomarse algo. Una maravilla vivir en el centro. Es mi opinión.

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