Ramón Aguirre*.- El actual padre de la Navidad, Papá Nöel, tuvo desde su más tierna infancia muchísimos amigos y en su pueblo natal del Polo Norte se llevaba muy bien con todos sus paisanos. No obstante, había un chico que le odiaba, llamado Faulter, Faulter Finnegan. Además, Finnegan odiaba la Navidad y odiaba enfermizamente a Daddy Christmas. Sin embargo, Nöel pensaba que con el tiempo, Faulter cambiaría su forma de pensar y algún día disfrutaría como todos ellos de la Navidad.
A medida que Nöel crecía, su popularidad se iba también incrementando, así como el odio y los recelos que Finnegan sentía hacia el joven Nöel. Faulter se convirtió en un ser totalmente despreciable y deseaba terminar con la fantástica reputación de Papá Nöel, al que todos adoraban.
Los años pasaban y Faulter pensaba, un día tras otro, como terminar con el amor y con los buenos sentimientos que su enemigo recibía por parte de todo el mundo conocido. Unas navidades, Finnegan “El despreciable”, como era conocido ya para siempre, debido a su amarga displicencia, y junto con la colaboración de los elfos y de los duendes de mal corazón, expulsados del Reino de la Felicidad Verdadera, pretendía derrocar de su posición al Padre de la Navidad y acabar de paso con las Fiestas Navideñas, que todos los niños del planeta esperaban con ilusión.
Decidieron que la mejor forma de fraguar su venganza, sería robando los juguetes que todos los niños del mundo recibirían el día de Navidad antes de despertarse. De este modo, los niños odiarían a Papá Nöel porque pensarían que se había olvidado de ellos y no tendrían con qué jugar y divertirse en las fiestas navideñas.
Estos eran los planes de Faulter Finnegan “El ladrón de juguetes” y sus colegas los elfos y duendes malvados. Santa Claus, como también era conocido Nöel, estuvo todo el año construyendo los juguetes con el apoyo de sus magníficos aliados, los duendes y elfos de la Amistad y recibió un montón de cartas procedentes de todas partes del mundo, como venía siendo habitual en estas fechas del calendario.
La Nochebuena llegó y Santa Claus se subió en su trineo donde los renos estaban ya preparados, flotando y dispuestos a emprender su largo viaje por todo el globo. Nöel estaba muy orgulloso pensando en la felicidad de todos los niños que se despertarían emocionados con los maravillosos juguetes que él les había construido con tanta ilusión y generosidad.
Pero Faulter Finnegan y sus ayudantes estaban retirando de todos los lustrosos zapatos los regalos que Santa Claus iba colocando con gran felicidad y espíritu navideño. Santa regresó a su hogar en el Polo Norte muy feliz y pensado en el buen trabajo que había realizado. Estaba orgulloso un año más, pero no sabía ni podía imaginar lo que realmente estaba sucediendo. Fue unos días después cuando empezó a recibir millones de cartas, procedentes de los cinco continentes, de niños que le preguntaban por qué se había olvidado de ellos y no les había llevado sus juguetes a ellos y a todos sus amigos.
Nöel se sintió realmente mal y se puso muy triste. No sabía el motivo por el cual todo esto había sucedido. Santa Claus se puso a pensar cómo solucionar el problema y se acordó de la leyenda de los “Tres Reyes Magos de Oriente”, que hacían un trabajo similar al suyo y sin dudarlo les escribió para contarles lo que había ocurrido.
Santa pensó enseguida que todo aquello sólo lo había podido maquinar el malévolo Faulter Finnegan y sintió pena por él. Entonces, con todo ya aclarado, los “Tres Reyes Magos de Oriente”, acompañados de la fabulosa compañía de
Papá Nöel, dejaron los regalos esperados a todos los niños que volvieron a recobrar la alegría y sus padres les explicaron la jugarreta que Faulter Finnegan (El Ladrón de Juguetes) le habían gastado a Santa Claus y consiguieron que el magnífico “Espíritu de la Navidad” volviera a renacer en sus corazones y un año más fueron muy felices con sus juguetes, sus amigos y sus familias.
Cuando Faulter Finnegan despertó el seis de enero encontró un montón de carbón junto a sus botas… Lo tenía merecido.
Feliz Navidad – Merry Christmas – Bom Natal
Joyeux Nöel – Buon Natale – Fröhliche Weinnachten
*Ramón Aguirre es profesor y escritor de Puertollano, tiene publicados los libros: Sueños de Ultratumba, Lágrimas de Fuego, Mitos de Insomnia, En el Límite del Silencio y su reciente novela El pueblo de Nilyaé.
BLOG DEL AUTOR: www.abrazandolaniebla.blogspot.com