Se levantó el de Portoplano y se dirigió al recinto abierto-cerrado de la aldea-ciudad-pueblo-barrio, y sentado empezó a degustar su café-té-tila-poleo, para intentar, mientras tanto, observar e incrustar la realidad en un círculo de palabras.
– La vida ética es una suma de lo bueno que realizas, menos lo no-bueno o malo que realizas, menos lo bueno que deberías haber hecho y no lo has hecho.
De aquí se deriva, que nos engañamos en las apariencias, porque una persona, puede hacer mucho bueno-bien, pero también haber construido mucho malo, o mucho que debería de haber hecho, que era su deber, no lo hizo. Por lo cual el resultado y suma al final es más pequeño.
Otra persona, aparentemente no ha hecho mucho bueno, pero ha realizado menos malo, y ha dejado menos de hacer lo que debería hacer. Esta persona, que parece no ha hecho mucho bueno, al final, ha hecho más que la primera.
X = B – M – NH.
Es decir, una persona equis, en cuanto a la moralidad de la bondad-no bondad de lo que ha realizado, sería lo bueno-bien que ha hecho, menos lo malo-mal que ha realizado, menos lo que debería haber hecho de bueno y no ha hecho.
Esto parece muy difícil parcelar y analizar, y lo es, pero si concretizamos no es tanto. En los trabajos, en las comunidades de vecinos, en otras realidades sociales, muchas veces, nos engañamos, personas que aparentemente hacen menos, al final hacen más, porque no traen tantos problemas como otros, que quizás, otros construyen mucho, pero al final, si se resta lo no-bueno que hacen…
– Los humanos, la mayoría a los que quieren y estiman, no valoran en la justa medida, lo malo o lo no bueno que hacen, y a los que no quieren y no estiman, no valoran en su justa medida lo bueno que realizan.
– El tiempo te enseña que hay personas, que por razones conscientes o semiconscientes o inconscientes, necesitan tener algunas personas, a la que odiar o tener rencor o maledicencia. No sé si será para encontrar un equilibrio interno, y si no disponen de esas personas, se buscan enemigos y adversarios.
– La mayoría de personas tienen empatía hacia otras personas, necesitan estimar y querer a otras personas, pero hay también humanos, que necesitan tener adversarios o enemigos, necesitan odiar y tener rencores y polémicas y confrontaciones. Evidentemente, no practican esa forma de ser con todos, pero si con algunos. Por unas razones, pequeñas o medianas o grandes. Siempre tendrán una excusa, en vez de quitar hierro a la realidad y a los temas, lo echan, añaden polémicas-maledicencias-controversias-rencores-dislates, etc.
Siempre se encuentra alguna situación para la polémica, y que ésta acabe en rencor y odio, animadversión, etc. Y si no se encuentra, se crea.
– Hay personas que sienten la necesidad de hablar mal de otros, de tener maledicencia, quizás, para de alguna manera proyectar sus errores o limitaciones o maldades en otros, y así, ellos o ellas no sentirse tan mal.
– Se envidia negativa y perniciosamente, no solo el que otro tenga más bienes que tú, sino todo lo que consideramos bueno o es un bien, sea cultura, sea tener hijos, sea tener más belleza, etc. Ciertamente cada uno envidia cosas diferentes. Pero lo peor de la envidia es que empiezas a hacer y desear mal al otro, a la otra persona que tiene algo que tú no tienes, por ejemplo, entre adolescente altura o belleza, ser una persona más alta que otra, y entonces, pueden llegar hasta crearle mobbing.
– Todo el día se nos bombardea con cien o mil realidades-necesidades-metas, que no tenemos, y que es muy difícil que materialicemos, porque es imposible que todo el mundo pueda tener todo, incluso el que tenga muchos bienes de fortuna, le faltarán otras cosas. Y entonces se va creando un rencor hacia la sociedad, se va inflando las necesidades interiores que al paso del tiempo, va dándose cuenta el individuo que no podrá satisfacer. Y las necesidades son ilimitadas en el ser humano.
De ahí, nacen profundas insatisfacciones-frustraciones, que pueden concretizarse en opciones sociopolíticas, a veces, no moderadas, no posibles, sino radicales.
– Duermes tranquilo, y sin necesidad has pisado-menospreciado-vilipendiado-criticado-ninguneado a otra persona, que no te ha hecho nada. Duermes tranquilo o tranquila, lo que deberías plantearte es si “has vendido el alma al mal”, y ya ni siquiera eres consciente del mal que haces, mucho mal sin necesidad, sin necesidad de defenderte necesariamente.
Porque no es que te hayas defendido del mal de otra persona, sino que tú, sin necesidad, ni causa justa, has producido un mal a otra persona, tengas quince o treinta o cincuenta o setenta años.
– Existen ideas y conceptos que son más verdaderos y otros que son menos, ideas y conceptos que son más verdaderos-bondadosos que otros, y otros que son menos.
– Todo el mundo lleva una o varias cruces, una o varias frustraciones graves o uno o arios traumas graves, o uno o varias heridas graves, procura que tus heridas no causen otras heridas-traumas-sufrimientos-penas-cruces a otros. Eso es la verdadera moral, no hacer mal a otra persona, porque a ti te lo causarán… Porque una cosa es defenderse del mal y otra cosa es crear mal, sea con la lengua, con los actos, con los deseos, etc.
– Cada ser humano está condenado y sentenciado a llevar sus alegrías y sus penas por dentro y por fuera.
– Si te controlarás la lengua, te evitarías muchos males a ti mismo, muchos males a los demás. Si te controlarás la lengua y la utilizarás para el bien y la bondad, y no para el mal y la maldad.
El de Portoplano, sorbió su último trago-líquido, dejó el dinero en la mesa. Se levantó, miró hacia los camareros los hizo una sonrisa y les dijo adiós, y marchó entre las calles-casas esculturas-instalación de la vida-existencia, para volver a su lugar de origen, para continuar con los deberes-derechos rutinarios, y para continuar, como siempre dándole vueltas, intentando recoger en una red algunas de las interconexiones cerebrales, en forma de ideas-pensamientos-palabras-enunciados.
