La inverecundia de nuestro gobierno no tiene límites. Resulta que niega la ayuda financiera a las comunidades autónomas si no firman un convenio que beneficia a las farmacéuticas. El Ministerio de Hacienda introduce este nuevo requisito obligatorio para autorizar los 10.276 millones del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) acordados para 2017 y destinados a Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha, Catalunya, Extremadura, Murcia y Comunidad Valenciana (eldiario.es, 26.11.2017).
Se trata de asegurar unos ingresos constantes a la industria farmacéutica a costa de los fondos públicos. Una forma es poner el freno a los fármacos genéricos para que las empresas del sector no pierdan comba económica y sigan con el aumento de beneficios. Así lo indica la organización de consumidores Facua al calificar la medida como un freno a la inversión en genéricos, además de hablar de “descarado chantaje de Hacienda y Sanidad a las CC AA para beneficiar a Farmaindustria”.
Por otra parte, el escándalo aumenta cuando conocemos que hace pocos días la compañía estadounidense Amgen, que busca la aprobación de una norma para sus medicamentos, paga a un grupo de parlamentarios de Ciudadanos, PNV y PP una visita a su fábrica en Dublín. La derecha nacionalista españolista y periférica se une en las cuestiones que le parecen importantes, sin tener en cuenta los intereses generales.
No Gracias, que trata de frenar el poderío sin fin de las farmacéuticas, se presenta en su página de Internet como “Organización civil independiente por la transparencia, la integridad y la equidad en las políticas de salud, la asistencia sanitaria y la investigación biomédica”. Es un proyecto de futuro puesto en marcha hace ocho años, un proyecto de resistencia frente a las farmacéuticas. Se dice que resistir es importante, pero no suficiente. Por lo que hay que elaborar un proyecto de futuro alternativo al de las farmacéuticas y los componentes de la organización lo intentan poco a poco.
Hace unas semanas el presidente de No Gracias, el médico de familia Abel Novoa, declara que “La burbuja biomédica es más peligrosa y dañina que la inmobiliaria o la financiera” (Noticias de Navarra, 8.10.2017). Afirma que entre el treinta y el cincuenta por ciento de los fondos dedicados a la sanidad pública están siendo ineficientes por diferentes motivos: incremento de la inequidad social, que limita la capacidad del sistema sanitario para mejorar la salud; medicina que utiliza cada vez más tecnología, muy cara pero no mejor; medicalización de la vida; medicina defensiva; modelo expansivo de la medicina sin límites, sencillamente porque procura gigantescas ganancias y poder.
La situación actual, continúa Novoa, implica un enorme coste de oportunidad para la sociedad: “lo que desperdiciamos en medicamentos, tecnologías e intervenciones sanitarias inútiles no podemos dedicarlo a otras políticas sociales que procuran más salud y, precisamente, más equidad: medio ambiente, alimentación, trabajo digno, viviendas habitables, educación, cultura, participación, modelo energético, etc”.
La apreciable labor de No Gracias se desarrolla cada vez con más influencia y mejor comprensión en una sociedad harta de dislates y prepotencia de las farmacéuticas. En esa línea, los días 23 y 24 de noviembre de 2017, se celebran las V Jornadas de No Gracias, en el Palacio de Exposiciones y Congresos Ciudad de Oviedo, con el título de Divergencias críticas en Biomedicina: Ciencia, política y sociedad. Los organizadores están libres de humos, en el argot médico, es decir, sin subvenciones de ningún tipo, cosa difícil en los encuentros de los sanitarios, en los que diversas aportaciones por parte de las farmacéuticas están a la orden del día.
Es evidente que ciencia y tecnología Biomédicas pueden ser herramientas muy útiles para las políticas de salud en cuanto a procurar unas mínimas y necesarias condiciones sociales, psicológicas y físicas. Pero el predominio de los intereses económicos sobre los científicos, profesionales, académicos o sociales reduce de manera clara su capacidad para mejorar la sociedad y disminuye su incidencia como instrumento de progreso.
España es el segundo país del Mundo que más fármacos consume y el primer país europeo en gasto farmacéutico. Los medicamentos puede tener efectos beneficiosos, aunque también otros no deseados. No obstante, la extrema medicalización de la sociedad, además de su elevado coste, tiene riesgos evidentes para la salud. Casi todo se medicaliza en nuestra vida cotidiana y demasiadas veces sólo por el negocio de unos pocos. Incluso, afirman algunos expertos, se inventan enfermedades para propiciar el consumo de fármacos.
En fin, además de una visita a la página de No Gracias, se puede ver la sección de Sanidad de la Fundación Ciudadana Civio, organización independiente y sin ánimo de lucro que vigila a los poderes públicos, informa a los ciudadanos y presiona para lograr una transparencia real y eficaz en las instituciones.
Allí se pueden leer noticias como estas: “Las farmacéuticas españolas gastan más en médicos que alemanas e inglesas juntas”, “Los hospitales públicos recibieron 18 millones de las farmacéuticas en 2016 en donaciones, patrocinios y pago por servicios” u “Ocho de cada diez euros que las farmacéuticas gastan en médicos son opacos”. Con la primera se indica también que en 2016 destinaron 181 millones entre pagos directos a médicos (honorarios por servicios) e indirectos (inscripciones a congresos, viajes…), frente a los 109 de Alemania y los 58 de Reino Unido. Así estamos.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
Con la salud no se juega. solo por eso ya demuestran su inmoralidad y, por qué no decirlo, su maldad pura e intrínseca. Si alguien carece de la vergüenza para dimitir por ello no es que sea un político coherente, es que es una mala persona y un mal para la sociedad.
Lo mismo pienso yo.
Un aspecto de esa maldad, de esa fundamental maldad del PP, está en este artículo de Millás sobre el caso del acoso sexual que sufrió una concejala del PP por parte no solo del alcalde del PP de Ponferrada, sino por todo su partido (incluidas las mujeres), que se puso a favor del alcalde. ¿Por qué? Porque el que manda siempre dice la verdad, a su manera de ver, solo por eso, por ser el que manda:
https://politica.elpais.com/politica/2017/12/07/actualidad/1512651694_079653.html
Vergonzoso.
Amén Isidro.
Escandaloso. Y escandalosa también, por qué no decirlo, la excesiva medicalización de la sociedad española. El duelo, ese tiempo de dolor por la muerte de un ser querido, siempre que no traspase límites temporales excesivos, lo hemos convertido en depresión y , por ende, en recetas contra ella. Y así con todo.
Artículos de este calado y como los dos siguientes del gran Millás, te reconcilian con la especie humana y dignifican determinados diarios que se han vuelto infumables, como El País.
https://elpais.com/elpais/2017/12/07/opinion/1512645996_286233.html
https://politica.elpais.com/politica/2017/12/07/actualidad/1512651694_079653.html
¿Moderando este comentario?¿ Por qué? ¿Se insulta, se infama, se calumnia, se veja a alguien?
El primer artículo lo leí anoche, está en la línea de Juan José Millás: humano, la empatía hecha arte. El segundo es una reedición casi exacta del que escribió el mismo autor hace unos cuantos años. Lo recuerdo muy bien porque me lo pasó, en edición impresa, mi novia de entonces, muy concienciada contra el acoso sexual. Sorprende , años después, que se hable de los años en que se produjo el CASO NEBENKA como de la prehistoria. Ya se había producido el cambio de siglo, España estaba instalada en la modernidad desde décadas anteriores, o eso decían. Pero ese caso dejó patente una cosa que duele: la sociedad española en su conjunto, no sólo los máximos responsables de la omertá, es decir el PP, dejó para la historia un retrato deplorable. Y mucho me temo que queda mucho camino por recorrer. Todos responsables.
Es cierto que el aumento del consumo de fármacos indica que la consciencia de enfermedad y de incapacidad para resolver determinadas situaciones es muy grande.
Si nos duele la cabeza, un calmante. Si nos molesta el estómago, un antiácido. Si pierde mi equipo de fútbol, una ‘pastillica’. Si el niño suspende matemáticas, una ‘pastillica’. Si vence la letra del piso, una ‘pastillica’.
Es decir, la enfermedad como tal no existe. Sin embargo, existen medios y recursos gratuitos (dieta apropiada, hábitos convenientes, adecuada canalización de energías vitales, hidroterapia, fitoterapia, etc., etc.) que reducen notablemente el número de enfermos y el presupuesto de los productos químicos recetados para sus tratamientos.
Y es que olvidamos lo que decían los sabios, ‘tiene más importancia tratar la causa que la consecuencia’.
En cuanto a las farmacéuticas, ya sabemos que su negocio es el principal obstáculo para nuestra salud. Es el beneficio empresarial por delante del derecho a la salud. Es poco humano poder curar una enfermedad y no hacerlo por no ser un negocio rentable. Tal vez, esta industria esté interesada en mantenernos enfermos.
Ahora, se desincentiva la búsqueda de tratamientos más económicos como los que suponen los medicamentos genéricos.
Y es que la relación entre los gobiernos y las farmacéuticas siempre ha sido insana…..
Por cierto, olvidaba felicitar a D. Isidro por el artículo….
Lo que está claro es que la crisis ha acabado para quien le conviene, la economía ha crecido en desigualdad, no se garantiza que el trabajo asegure Derechos ni ingresos suficientes, y se abandona a una parte muy importante y cada vez mayor de la población.
Es verdad que el final de esta crisis adivinaba un cambio de modelo de lo socialdemócrata a lo neoliberal.
Veremos el final de esta historia si no repite las grandes barbaridades del siglo XX por iguales razones.
Una crítica feroz a la sanidad pública. Ineficiente, derrochadora, corrupta. El articulista se viste hoy de neoliberal. Ver para creer. El próximo artículo, que sea para criticar la educación pública. Los motivos son idénticos. Coherencia obliga. Lo veremos defendiendo el capitalismo. Al tiempo.
La Sanidad española tiene mucho que criticar, pero infinitamente más que defender.
Solo desde la pobreza intelectual se puede mantener el principio de no protestar cuando las cosas no están bien. Por ejemplo en los congresos que se ganan a la Coreana en el PP.
Hay que críticar las listas de espera, la falta de atención a inmigrantes, el hacinamiento en algunos servicios, la antigüedad de algunas instalaciones etc etc. Y hay que hacerlo para que las administraciones se pongan las pilas y no deriven casos a la sanidad privada. Quien quiera hospital privado que se lo pague.
No quieras confundir al personal, Censor. Que el que escribe el artículo no tiene un pelo de demagogo. Y tú lo has entendido perfectamente.
El gobierno le quita la pensión a una persona con el 91% de invalidez y encima le obliga a devolver 12000 euros:
https://www.facebook.com/egaaltrapo/videos/1767715126855845/
A ver qué dicen los peperos de esto.
Aprovechando el hueco, les recuerdo que la reforma de la “ley mordaza” cumple un año bloqueada en el Congreso.
PP y Ciudadanos salvan de momento la ley emblemática de la mayoría absoluta.
Art 20 de la Constitución a la basura.
Así es que, no vayamos a protestar mucho de los robos de las farmacéuticas que nos disparan las pelotas al ojo.
Encuentro algo demagógico el artículo. Las farmacéuticas cumplen una importante función social. El hecho de que busquen el beneficio no las descalifican, son empresas e invierten mucho en investigación. Y contratan a mucha gente.
Otro asunto es el abuso de consumo de medicamentos y la labor comercial de los visitadores médicos. Todo abuso hay que erradicarlo o limitarlo.
Centralizar la contratación con las farmacéuticas es una medida racional y debida para limitar el gasto farmacéutico. Una única posición negociadora por parte de las Administraciones Públicas refuerza el abaratamiento de la contratación.
La Sanidad debería revertir al Estado central. Redunda en la igualdad sanitaria de los españoles y en la eficiencia en el gasto sanitario.
Tenemos una población envejecida gran consumidora de servicios sanitarios y medicamentos.
Los médicos constituyen demanda inducida para la Sanidad Pública.
Ya es hora de que la demanda sea estudiada y medida puenteando a los médicos (mimados por la industria farmacéutica).
Los medicamentos podrían ser suministrados en menores dosis para no acumular botiquín.
Al capitalismo si abusa hay que limitarlo desde los consumidores. Nada de demanda inducida.
El mayor demagogo de todos los foros, no solo de este, el mayor manipulador que ha habido nunca. El que, aun sabiendo que ha metido la pata hasta el corvejón , se mantiene en sus trece para tener la última palabra, acusa a Isidro de demagogia en un artículo documentado y sensato como pocos. Para echarse unas risas, si no fuera porque tanta malicia no cabe ni en el cuerpo de Romay.
Será que me estoy volviendo de izquierdas??
Y además de descalificarme, algo más??
O sólo eso. Porque yo he dicho por qué me ha parecido demagógico.
Ahora te toca a tí rebatirme, si sabes.
Porque insultar ya sabemos que sí…izmierdista.
Es lo más fácil.
Espero.
Si acusas de malicioso a alguien, da tu ejemplo.
Contrargumenta.
La maldad es altamente contagiosa entre los imbéciles.