El presidente de la Diputación, José Manuel Caballero, ha destacado esta tarde la valía y trascendencia del legado gráfico del fotógrafo Manuel Herrera Piña en el transcurso del acto de presentación de un libro que presenta una selección de la obra del desparecido fotógrafo ciudadrealeño durante los años 50 y 60, que ha visto la luz gracias a la editorial de la institución provincial, la Biblioteca de Autores Manchegos (BAM).
Caballero ha dicho que se trata de un libro que se disfruta porque es cercano, ya que nos muestra los orígenes de nuestras familias a través de un objetivo y permite ver cómo se vivía en la capital y en la provincia en la postguerra. “Aquí hay mucha dureza y dolor, pero era la realidad”, ha dicho tras remarcar lo despacio que pasaba el tiempo entonces, lo poco que se avanzaba, circunstancia que nos proporciona una certera perspectiva del cambio trascendental que hemos experimentado, sobre todo desde la transición hasta la actualidad.
Ha ensalzado la visión profesional de Herrera Piña, quien, según ha dicho, realizaba su trabajo con la finalidad de informar sin sucumbir al sensacionalismo, pero contando con sus instantáneas la realidad, todo lo que acontecía. Considera Caballero que el libro constituye, en definitiva, un homenaje a los redactores gráficos de entonces, a los ahora llamados fotoperiodistas.
Estima, además, que no sólo es un libro de fotografías, sino que se puede considerar un auténtico tratado de sociología que nos muestra cómo se vivía en aquella época en la capital y en la provincia, las costumbres, los ritos y la participación de la sociedad en los acontecimientos de la época. “Nos dan mucha información las fotos de Herrera Piña sobre nuestros orígenes y a la vez nos hace interpretar mejor nuestro presente”, ha señalado.
Ha indicado, por otro lado, que lo mejor del libro es comprobar de forma fehaciente en las fotografías el esfuerzo que han hecho tantos hombres y mujeres de Ciudad Real capital y de la provincia para que ahora podamos tener una vida mejor.
El valor antropológico del nuevo libro de la BAM está totalmente acreditado y es uno de los motivos por los que el presidente de la Diputación ha anunciado que la institución provincial seguirá apoyando la digitalización del legado de Manuel Herrera Piña, así como una nueva publicación que nos enseñe cómo ha ido evolucionando nuestra tierra y sus gentes en otras épocas posteriores a los años 50 y 60, como en los 70, la transición y la etapa democracia.
Por su parte, Manuel Herrera hijo ha ilustrado a los presentes sobre el largo proceso de visionado y digitalización de la obra fotográfica de su padre. Ha agradecido la inicial colaboración de Globalcaja y, sobre todo, el apoyo constante de la Diputación, que comenzó siendo vicepresidente de Cultura Ángel Caballero, y continúa ahora con el vicepresidente David Triguero y con José Manuel Caballero al frente de la institución patrocinadora.
Herrera ha explicado que cuentan con 150.000 negativos en blanco y negro y otros tantos más en color sin cuantificar que se tomaron entre los años 50 y 90. De entre ellos se han seleccionado, tras una criba monumental, 190 fotografías correspondientes a las décadas de los 50 y de los 60.
Ha añadido que recuerdan a su padre pegado a una cámara de fotos, cariñoso, pero muy entregado a su profesión, que no entendía de días de la semana ni de horas en jornadas maratorianas, siempre apresurado por el cierre de las ediciones de los periódicos en los que colaboraba o por los requerimientos que le hacían desde las agencias de noticias. También fue nombrado redactor gráfico de TVE en la provincia de Ciudad Real.
La alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora, por su parte, tras compartir recuerdos que le evocan muchas de las fotografías, ha anunciado que Manuel Herrera Piña dará nombre a una calle de Ciudad Real por deseo expreso de los ciudadrealeños.
Por otro lado, Luis Palacios, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, ha explicado que en el libro la fotografía es algo más que un elemento que ilustra un texto, sino que pasa a ser parte del contenido porque habla por sí sola.
Ha comentado que fotografiar es colocar la cabeza, el ojo y el corazón en el mismo eje y que en este caso el trabajo de Herrera Piña interesa la fotografía como parte de una vida. Palacios ha añadido que en el libro hay todo tipo de referencias vitales que se centran en el franquismo porque es lo que inunda todo el ser y el vivir en España en las décadas de los 50 y los 60. Todas ellas son cruciales, según ha dicho, porque aunque fue una época dura para la sociedad, fomentan la identidad, lo que constituye una riqueza extraordinaria, un análisis antropológico y sociológico de mucho valor.