El Día de Acción de Gracias

Últimamente se habla bastante de supremacismos. Es muy difícil superar al alcanzado por los “blancos, anglosajones y protestantes”, los célebres “wasps”.

¿A qué punto de degradación ética puede llegar una sociedad, cuando es capaz de celebrar institucionalmente una masacre humana? Los “wasps” tienen una especial habilidad para hacerlo sin movérseles un músculo y, además, convencer al mundo entero de que la celebración es caritativa y feliz.

Ayer jueves, se celebró, un año más, el día de acción de gracias en EE.UU.

Es junto con Navidad y Halloween la fiesta más cinematográfica del mundo. Una reunión amable y familiar. Las familias suelen creer que conmemoran la llegada de los viajeros del Mayflower a Cape Cod (en la actual Massachusettes) La realidad es mucho más cruel.

Lo que de verdad se conmemora es la matanza de los indios pequotes.

Se suele creer que los puritanos eran un grupo religioso pacífico que navegó a tierras americanas huyendo de las guerras religiosas en Inglaterra.

Los puritanos eran calvinistas, y sufrieron, como los católicos, las persecuciones por no cumplir la ortodoxia anglicana. Una característica del calvinismo es la importancia que la predestinación tiene en su credo. Algo común en todo el protestantismo, pero que en Calvino y su doctrina adquirió especial preponderancia.

Mientras para el catolicismo el libre albedrío es consustancial al hombre y serán sus actos los que decidan su salvación, para el calvinismo la salvación de los hombres la decidió Dios antes de la Creación, fruto de su total soberanía sobre el ser humano. Mientras para el catolicismo todos somos objeto y sujetos de salvación, para el calvinismo sólo unos elegidos -de manera predestinada- podrán salvarse.

Los seguidores de Calvino le preguntaban cómo averiguar individualmente si formaban, o no, parte del grupo de los elegidos. Calvino respondía que el bienestar, el éxito alcanzado en la tierra era señal de haber sido elegidos para la salvación eterna.

La tan elogiada ética protestante del trabajo tiene su origen en esa búsqueda incesante del éxito terrenal (al menos del no fracaso) como señal divina de formar parte de los elegidos. La dialéctica elegidos frente a no elegidos, representada en las señales terrenales correspondientes: éxito frente a fracaso, han impregnado la filosofía “wasp” (ser un fracasado en la vida es lo peor que puede sentir un verdadero “wasp”; su fracaso es síntoma de condenación eterna) Por eso, los tripulantes del Mayflower no tuvieron pudor alguno en masacrar mediante engaños a los indios pequotes y celebrar cada una de sus matanzas con una comida de acción de gracias. Era lo natural, se salvaban los vencedores, se condenaban los vencidos, ya que no todos estaban llamados a la salvación.

Los calvinistas han hecho gala de que para ellos es inconcebible la mentira puesto que es un pecado mortal ¿Cómo llamaríamos al hecho de hacer pasar matanzas premeditadas, por virtuosas comidas de unos pobres viajeros que llegaron sanos y salvos después de un largo periplo? ¿Despiste, quizá? ¡No! Se trata de una más de las burdas mentiras con la que los “wasps” han venido intoxicando a un mundo adoctrinado como nunca antes.

Como las matanzas eran varias y variadas y las celebraciones de acción de gracias tan numerosas como aquéllas, el bueno de Lincoln concentró todas en una única festividad: el cuarto jueves de Noviembre de cada año.

Esta filosofía de unos elegidos frente a los demás es similar a la del judaísmo y el pueblo elegido de Israel. No es de extrañar la alianza natural entre ambos supremacismos.

Se cree que estamos en un mundo occidental laico, sólo porque la idea de Dios desaparece a velocidad de vértigo de la opinión pública. Falso, nunca las doctrinas de las religiones supremacistas han estado más presentes mediante el judaísmo, el protestantismo y las filosofías dominantes impregnadas de ellos: la competitividad y el progreso continuo caiga quien caiga. El catolicismo, la única que defiende la salvación de toda la especie, ya juega en segunda división, y se ha replegado voluntariamente.

Si no eres judío ni protestante estarás fuera de los niveles privilegiados. No hay sitio para todos. Al menos así piensan y actúan con toda determinación al respecto.

Detrás se esconde el desprecio y el racismo de cómo definieron a ciertas naciones de Europa: Los PIIGS: Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España.

Todas naciones de tradición católica. Qué casualidad, ¿no?

No, no lo es. Es la apisonadora inmoral, falsa, mentirosa y especializada en banderas falsas: la “judeowasps”

Esa que hoy domina el mundo Occidental. Esa que año tras año celebra el Día de Acción de Gracias ocultando el motivo de tal celebración.

Por cierto, ¿dónde están las asociaciones indigenistas, las mismas que gritaron de gusto al eliminar la escultura de Fray Junípero Serra en California, por fundar misiones? En dónde andarán estos parásitos que viven de las subvenciones, sin las cuales tendrían quizá serias dificultades para llevarse un mendrugo de pan a la boca. Pero bueno, si existen, que ejerzan. Ah, entendiéramos, aquí también hay elegidos, y los “wasps” son intocables.

Bien, pues ya sabemos a quienes debemos enfrentar y vencer.

Nos va demasiado en ello.

Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz
mlastramuniz@hotmail.com