Eusebio Gª del Castillo Jerez.- Una planta móvil para el tratamiento de suelos contaminados con lindano y el Desarrollo de aerogeles de PVA dopados con nanoarcillas para su uso en construcción son los proyectos de Marta García Braojos y Laura Gómez Daza, dos estudiantes del campus ciudadrealeño que han resultado galardonadas con el Premio AQUONA al mejor trabajo fin de carrera del título de Ingeniero Químico relacionado con el tratamiento de aguas y el Premio REPSOL al mejor trabajo sobre Ingeniería de Procesos, respectivamente.
Los trabajos de estas dos egresadas han sido seleccionados entre una docena de proyectos para unos premios dotados económicamente con 600 euros cada uno.
Lucha contra el lindano
El crecimiento de la producción agrícola en las últimas décadas se ha traducido en un aumento del uso de pesticidas. El hexaclorociclohexano, más comúnmente conocido como lindano, es un pesticida organoclorado perteneciente al grupo de contaminantes orgánicos semivolátiles persistentes. La exposición a esta sustancia supone un alto riesgo para la salud humana y otros organismos vivos debido a su alta toxicidad, ya que fue declarado como altamente cancerígeno y teratogénico en 2015. En España, el lindano ha sido la causa de una de las mayores catástrofes medioambientales de Europa, concretamente en la localidad de Sabiñánigo (Huesca), donde la empresa Inquinosa enterró los residuos tóxicos procedentes de la fabricación de este pesticida en vertederos municipales, provocando la contaminación del suelo así como las aguas del río Gállego, afluente del Ebro, situado junto a la antigua fábrica.
El trabajo firmado por Marta García Braojos se ha centrado en el desarrollo y estudio económico de un tratamiento de suelos contaminados con pesticidas organoclorados, en este caso con lindano, combinando dos tecnologías de descontaminación. La primera, explica, es el lavado del suelo, que consiste en extraer parte del terreno contaminado y hacerlo pasar por una masa de agua. El lindano, apunta, es insoluble en agua, por lo que se añade al líquido un compuesto que lo atrae para separarlo de la tierra. A continuación, el agua con el lindano se somete a electrólisis, haciendo pasar la corriente de agua a través de una celda electroquímica que le aplica energía, con lo que se consigue degradar el lindano, que se divide en otros compuestos no contaminantes, perdiendo así sus propiedades tóxicas.
Cuando se comprobó que esa combinación de técnicas era eficaz, ya que en las muestras empleadas se había conseguido degradar hasta un 70% el lindano presente en el suelo, se realizó un estudio económico para conocer lo que costaría eliminarlo en la zona afecta tierras aragonesas. Aunque el resultado es “elevado”, algo más de 200 euros por tonelada de suelo tratado, “no hay ninguna otra técnica que sea tan eficaz actualmente”, asevera Marta García.
Un aislante con excelentes propiedades mecánicas
El elevado gasto energético de los sistemas de calefacción y refrigeración que se produce en los edificios y la preocupación por el calentamiento global debido a las emisiones de CO2 a la atmósfera ha conllevado a la búsqueda de aislantes térmicos que mejoren la eficiencia energética en edificios. Entre los nuevos materiales desarrollados que poseen mejores propiedades destacan los aerogeles, sólidos con muy baja densidad, buena capacidad aislante y excelentes propiedades mecánicas.
Para sintetizar estos aerogeles, comenta Laura Gómez, se empleó la matriz de un material orgánico y se añadieron como dopantes unas nanoarcillas. Esto hacía mejorar sus propiedades mecánicas y hacerlos más resistentes. A la vez, añade, se compararon con otros aerogeles realizados con nanofibras de carbono, comprobándose que el material mejoraba. No obstante, puntualiza, es costoso de producir a causa de la energía eléctrica necesaria para fabricar este compuesto. Por delante, añade, queda optimizar el proceso para tratar de reducir el consumo energético.
Una carrera con salidas profesionales
Finalizado el grado, las dos estudiantes se han matriculado en el Máster en Ingeniería Química para continuar sus estudios en la UCLM. Ambas valoran positivamente la experiencia de este trabajo fin de carrera. Marta García señala que, aunque eligió la rama de procesos entre optativas del grado, optó por probar en otro campo para su proyecto y así conocer nuevas técnicas para completar su formación. Por su parte, Laura Gómez destaca que en la investigación es necesario trabajar con mucha constancia y emplear más tiempo para obtener resultados que en los exámenes.
Coinciden al relatar que eligieron estudiar Química por sus salidas profesionales, ya que “abarca una gran parte de la industria”. Una vez que concluya el máster, Laura se plantea embarcarse en el desarrollo de una tesis en ámbitos como las energías renovables o los nanomateriales. Marta tratará de hacer las prácticas en una empresa del extranjero «para mejorar el inglés, abrirse puertas y ver cómo se trabaja en otros sitios”. De ahí su idea es dirigirse al mercado laboral, aunque no descarta el doctorado.
Enhorabuena a las dos estudiantes.
Entre las titulaciones de Ciencias, Químicas se sitúa en primer lugar en el número de nuevos contratos laborales.
Mucha suerte….
Mujeres investigadoras, ciencia y proyectos técnicos encaminados a la mejora del medio ambiente, ese es el futuro, no en casa con la pata quebrada, como quieren los acémilas recalcitrantes y rancios. Que, por cierto, en Europa se acercan al 50%. Ojo con esto, chicas investigadoras. Vuestro trabajo no es solo hacer proyectos, sino luchar por el acceso en igualdad a la I+D+i.
Dos grandes talentos, me alegro mucho de su éxito gracias a su esfuerzo y dedicación. Espero que este pais les de grandes oportunidades y sepan impulsar y valorar a estas jóvenes investigadoras con un futuro muy prometedor en innovaciones y desarrollo.