Fundación Repsol trae a Puertollano la obra de teatro ‘La comedia de las mentiras’, una obra escrita por Pep Antón Gómez y Sergi Pompermayer, basada en textos de Plauto y en el que la protagonista es la mentira, como recurso dramático, para hacer reír. Una alocada historia de enredos y mentiras alrededor del amor, que se estrenó en verano en el Festival de Teatro de Mérida y llega al Auditorio de Puertollano el sábado 11 de noviembre a las 21.00 horas de la mano de Fundación Repsol .
El precio de las entradas es de 10 euros y la recaudación íntegra se destinará al proyecto de acogida, apoyo y acompañamiento a familias en situación de vulnerabilidad y peligro que desarrolla Cáritas en Puertollano. Un programa en el que de enero a septiembre de este año han sido atendidas 184 familias.
‘La comedia de las mentiras’, es una historia en clave de humor, de enredos y mentiras, un vodevil grecolatino, dirigido a todos los públicos. El popular actor Pepón Nieto es el protagonista de esta obra, en la que interpreta al esclavo Calidoro, testigo de excepción y narrador de todos los enredos, en los que se verá implicado y tratará de mediar, para buscar un final feliz a todas las historias. Junto a él figuran en el reparto actores muy populares como María Barranco, Canco Rodríguez y Paco Tous.
Las entradas se ponen a la venta este jueves 2 de noviembre y se pueden adquirir en la taquilla del Auditorio Municipal en horario habitual y en el servicio de televenta del Auditorio www.globalentradas.com
La comedia de las mentiras
Se trata de una obra de Pep Anton Gómez y Sergi Pomermayer, a partir de la obra de Plauto Atenas. Dos hermanos, Hipólita y Leónidas, están enamorados. Ella de un joven llamado Tíndaro, él de una joven llamada Gimnasia, que, sin embargo, es… flautista. Pero ni Tíndaro ni Gimnasia son las parejas que el padre de Hipólita y Leónidas, un avaro recalcitrante, comerciante de vinos, paños y liras, desea para sus hijos. Actualmente, se encuentra de viaje de negocios. Y ha dejado a cargo de la casa a su hermana Cántara, la tía solterona que lleva más de cuarenta años esperando a Filemón, su amor de juventud, que un día salió a comprar higos y ya no volvió.
Hipólita quiere fugarse con Tíndaro, no sin antes conseguir la dote que su padre se niega a pagar. ¿Cómo conseguirlo? Mintiendo. Leónidas quiere fugarse con Gimnasia porque un tal Degollus, general macedonio, la ha comprado para su uso y disfrute, y pretende llevársela. ¿Cómo conseguirlo? Mintiendo.
Calidoro, esclavo para todo, que ha cuidado y ha visto crecer a los dos hermanos, que, como dice él mismo «sólo le ha faltado darles la teta», se ve obligado a ayudarlos. ¿Cómo? Mintiendo.
Mientras tanto, Cántara, después de tantos años de abstinencia, se echa el mundo por montera y se enamora de un jovencito llamado Titinio, que en realidad no se llama Titinio, porque Titinio miente. Y aparece Degollus, que tampoco resulta ser quien dice ser, porque, claro, él también miente.
Y a todas estas mentiras, sumémosles muchos piratas, y un viejo llamado Póstumo, y a Tiberia, siempre fisgona y rabiosa, y una madre misteriosa, que no se sabe muy bien qué fue de ella, y unos cuantos chipirones, y peras, muchas peras, y los maravillosos versos de Safo, y todavía más mentiras. Mentiras todas ellas urdidas para que la sangre no llegue al río y triunfe el amor. Ah, y para que Calidoro, pobre, no acabe recibiendo los palos como siempre. Aunque, ya se sabe que, siendo esclavo, no va a ser fácil.