Pedro Mellado. Coordinador Provincial de Izquierda Unida.- Hoy es la víspera del día en el que puede que se suspenda la autonomía de Cataluña, o en el que se pudiera declarar la independencia en Cataluña. Coincide con el día en el que se cumplen 40 años de los Pactos de la Moncloa que precedieron a la Constitución del 78.
En aquellos momentos ni las amenazas militares, ni los atentados terroristas, ni la incertidumbre de caminar hacia un lugar desconocido impidieron dialogar y consensuar unas reglas de juego. Por tanto, se hizo por que se quiso, no porque fuera fácil.
Al margen de la necesaria autocrítica que se debe hacer hacia ese momento, es indudable que nos otorgó unas reglas de juego que fueron útiles, al menos hasta que España empezó a cambiar entorno a los años 2010 y 2011. Porque la situación en Cataluña es sólo uno de los problemas a los que nos enfrentamos, probablemente ni siquiera es el más importante, aunque sí el más emocional y de ahí su trascendencia.
La hucha de las pensiones se ha agotado en un momento en el que son el principal puntal de 900.000 familias españolas en “vulnerabilidad severa”, según los propios datos del Gobierno. El empobrecimiento generalizado provoca problemas para cubrir gastos básicos como son el gas o la electricidad. La corrupción en el partido del gobierno es insoportable, quedando ya suficientemente acreditada por vía judicial su trama mafiosa. Por no hablar de un Rey innecesario que recientemente ha abdicado motu proprio de su papel de árbitro conciliador tomando partido por uno de los bandos en conflicto ¿Es necesario o no hablar de hacia dónde nos dirigimos como país?
Sería bueno para España que todas las fuerzas políticas buscaran, o al menos intentaran, un nuevo pacto, que empezara por lo territorial en la cámara que nunca ha sido lo que debe ser: el Senado. Y que pudieran llegar a un acuerdo en el quepan todas las personas, de cualquier tendencia, y que nos pudiera durar al menos otros 40 años. Y extender el acuerdo sobre el tema territorial al resto de problemas que arrastramos. ¡Qué gran servicio harían a la patria!
Sin embargo vemos al partido en el gobierno en la dirección opuesta. Incluso, ante la posibilidad de un adelanto electoral promovido por el govern, niegan que se pueda reconducir la situación. Parece que su plan es suspender la autonomía pase lo que pase, sin ser conscientes de las importantes contraindicaciones de la medida. ¿Acaso alguien cree que después de suspender la autonomía la situación será de normalidad? ¿No creen que suspender la autonomía y convocar elecciones autonómicas desde un partido que es sexta fuerza política en la región va a ser problemático? ¿Y todo esto en un plazo máximo de seis meses?
Por su parte el PSOE ha renunciado a influir en el escenario político español en estos graves momentos, poniéndose detrás del PP. Incluso guardando silencio ante las amenazas del PP de suspender la autonomía de Euskadi, Navarra o Castilla – La Mancha. O ante las declaraciones monstruosas de Cristina Cifuentes diciendo que o se está con la Constitución o se está contra España.
Actualmente la situación es manejable, pero puede que a partir de mañana no. Hay que intentar rebajar el tono, y empezar a buscar consensos desde lo más básico. Puede parecer una tontería, pero el primer acuerdo que deberíamos alcanzar es semántico. Es imposible entendernos si las palabras tienen un significado diferente para cada interlocutor, y hoy términos tan importantes como “democracia” o “golpe de estado” no tienen el mismo significado para todos, y debería tenerlo para poder avanzar.
No se trata de convencer o buscar la unanimidad, sino de reelaborar unas reglas de juego que permitan convivir a todas las distintas formas de entender y de querer a España. Podemos refundar nuestro país como se hizo en su momento. Estamos incluso en mejor posición de poder hacerlo que hace 40 años. Sólo hace falta querer.
El PP no quiere arreglar esto. Así le va bien, y cuanto peor, mejor.
El que tiene que arreglar esto es el que lo ha roto.
Enhorabuena Mellado, demuestras que se puede ser de izquierdas y patriota. España tiene futuro con políticos así.
El diálogo no hay que exigirlo sino practicarlo, pero cumpliendo la Ley….
El diálogo tiene lugar antes de aprobar una ley, después, sólo cabe cumplirla.
La típica superioridad moral de la izquierda española. El desprecio al que piensa distinto y no te vota.
La hucha de las pensiones fue creada por José María Aznar López, un señor de izquierdas, en previsión de la venida de tiempos de crisis como los que vivimos.
La corrupción del partido del gobierno es insoportable, pero si hay que pactar con él para conseguir un asiento en el CGPJ o en la Caja Madrid de Blesa, se pacta. Más soportable es la corrupción del PSOE, por eso hemos gobernado y gobernamos en coalición con ellos.
Y como el rey ha abdicado de su papel de árbitro conciliador, tomando partido por el bando que defiende la Constitución, el Estatuto de Autonomía y la igualdad de todos los españoles, pues ya vamos nosotros a ocupar el puesto de árbitro conciliador y a tomar parte por los nacionalistas que discriminan a la mayoría de los catalanes y a ayudar a los oligarcas todopoderosos del nacionalismo catalán para que puedan seguir viviendo de la explotación y el saqueo del resto de España.
Son así.
Son así…de minoritarios, extremistas, insolventes y disolventes.
Cuántas ganas de que lleguen las elecciones.
Ahora no se cansan de citar la palabra España cuando llevan décadas repudiandola, porque las encuestas les dan unos pobres resultados.
La mentira es arma revolucionaria (Lenin).