El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha recordado hoy que el Gobierno de España cuenta con todo su apoyo institucional ante el desafío independentista catalán, a pesar de haber podido discrepar con la forma en la que se ha afrontado esta cuestión. A su juicio, lo relevante es que haya un cierre de filas “claramente institucional” y que el Gobierno de Rajoy pilote un proceso “que tiene que ser inteligente y serio”, sabiendo que detrás “estamos los demás”.
Así lo ha indicado este lunes en el toledano Palacio de Fuensalida, sede de la Presidencia regional, durante la firma de dos convenios de colaboración con la Asociación de la Empresa Familiar de Castilla-La Mancha.
Preguntado por los periodistas sobre su opinión ante una hipotética aplicación del Artículo 155, el presidente castellano-manchego ha subrayado que “no se pueden hacer proclamas radicales en la calle, firmar manifiestos muy claros en los salones de los parlamentos y ser ambiguos desde otro punto de vista en las instituciones”, y ha pedido al Ejecutivo central que no imite la ambigüedad del presidente de la Generalitat catalana, Carles Puigdemont.
“Si no estuviéramos hablando de un tema muy serio, resultaría casi cómico”, ha lamentado García-Page, antes de insistir en que “ya que no están acomodándose a la legalidad, al menos debieran acomodarse a la seriedad”, porque el nuestro “es un país serio y no se puede tomar el pelo a la gente, tampoco a los ciudadanos de Cataluña”.
Por otro lado, García-Page ha indicado que al Gobierno de España le pide que tenga claro que hay un corto y un largo plazo, “y que, a corto, el país debe responder ante un desafío antidemocrático y anticonstitucional, que afecta a los derechos de todos los españoles”, para lo cual va a contar con toda la lealtad institucional del Gobierno de Castilla-La Mancha.
Igualmente, ha considerado muy importante distinguir a la sociedad de los políticos irresponsables, porque “hay gente de muy buena fe que se ha dejado llevar por una dinámica muy irresponsable, y hay gente en Cataluña que vive una realidad que no es la verdad”. Todo ello, ha finalizado el presidente, va a requerir “más tiempo, más constancia, mucho consenso y el mayor diálogo posible entre todas las fuerzas que creemos en la Constitución y en la democracia”.