La realidad que hoy vivimos en las tierras de La Mancha es “una herencia directa” de las órdenes militares

Luis Mario Sobrino Simal.- El salón de actos de la Biblioteca Pública del Estado acogía ayer la presentación de “Órdenes militares y construcción de la sociedad actual (siglos XII-XV)”, un libro por Raquel Torres Jiménez y Francisco Ruiz Gómez, que aborda el estudio de las órdenes militares y su contribución a la construcción de la sociedad occidental como agentes dinamizadores de los cambios sociales operados en el conjunto del Occidente medieval en los siglos XII-XV.

Estos procesos, explicaron sus autores, son observables preferentemente en los espacios de frontera y definieron las líneas de avance y retroceso de aquella sociedad. Los estudios reunidos en esta obra son fruto de la colaboración durante cuatro años de un grupo amplio de investigadores especialistas en la historia de las órdenes militares durante el Medievo procedentes de distintas universidades españolas y extranjeras como Francia, Portugal e Israel, lo que en aquellos tiempos se conocía como Territorios de Ultramar.

Las órdenes militares en un tema muy cercano para los que vivimos en Castilla-La Mancha, comentaba Francisco Ruiz, aunque no tan conocido como podría pensarse. Raquel Torres destacaba que, desde sus inicios, estas instituciones tenían la singularidad de la doble dimensión religiosa y militar. Algunas partían de una congregación religiosa que posteriormente asumía funciones militares, como fue el caso de la Orden de San Juan de Jerusalén, en Tierra Santa, y otras de una hermandad de caballeros que protegían el Santo Sepulcro que hacían votos religiosos. Esta fórmula encajaba en los siglos XII y XIII en el ideal de una cristiandad combativa y expansiva frente al Islam, que fue decayendo, aunque las órdenes militares pervivieron como agentes señoriales muy poderosos.

Ruiz ha subrayado la importancia del legado patrimonial y cultura que dejaron en La Mancha las órdenes militares. En algún caso material, como los castillos o los pueblos del Campo de Calatrava; pero también un legado cultural, una tradición que se puede observar tanto en las prácticas religiosas como en otras costumbres que afectan a la vida social. “La realidad  que hoy vivimos en las tierras de La Mancha es una herencia directa de lo que hicieron las órdenes militares, las instituciones del pasado que siguen estando presente de forma indirecta en el momento actual”, afirmaba Ruiz.

Fueron muchas las órdenes militares que, con distinta suerte, convivieron durante la Edad Media, las originarias de la península ibérica, Calatrava, Santiago, Alcántara y Montesa tuvieron “un buen desarrollo y expansión territorial, además de una potencia económica y militar muy importante”, concluía Torres.