El Gobierno de Castilla-La Mancha cuenta en la actualidad con más de 74,2 millones de euros en avales depositados por empresas mineras que operan en la Comunidad Autónoma. Desde 2015, se han ejecutado 10 avales, en las provincias de Albacete, Ciudad Real, Guadalajara y Toledo, lo que supone haber invertido más de 560.000 euros en recuperar nuestro patrimonio natural.
Este verano está previsto continuar con la rehabilitación medioambiental de huecos mineros, con el comienzo de la restauración de cinco huecos más en las provincias de Cuenca y Toledo, por valor de más de más de 120.000 euros.
El Pacto por la Recuperación Económica de Castilla-La Mancha establece una línea de actuación que versa sobre Ordenación y Medio Ambiente Minero y Apoyo a la modernización del sector. Por ello, a principios del pasado mes de junio nació la Mesa de la Minería, a la que fueron convocadas 26 entidades entre asociaciones representativas de esta actividad en la región, los agentes sociales, la Universidad de Castilla-La Mancha y otros departamentos del Gobierno, para recoger las demandas del sector y trazar conjuntamente las líneas de desarrollo futuro.
En la Mesa se presentó el Código de Gestión de Prácticas y Actuaciones Ambientales en las actividades mineras de Castilla-La Mancha, un documento resultado de un profundo análisis de las repercusiones medioambientales que las actividades relacionadas con el sector minero producen durante su fase de explotación, en el que se recogen propuestas sobre la gestión de prácticas ambientales en minería, analizando la actividad desde el principio hasta el final, dirigidas a mejorar el rendimiento productivo, reduciendo los impactos ambientales que la actividad genera, y haciéndola medioambientalmente compatible.
Castilla-La Mancha es, junto con Cataluña, la única Comunidad Autónoma que se preocupa por eliminar el impacto medioambiental que deja la minería, ejecutando los avales de las empresas que no han restituido la zona en la que han intervenido, y llevando a cabo las obras necesarias tendentes a rehabilitar dichas áreas.
Compatibilizar medioambiente y actividad minera
Si bien es cierto que en los últimos tiempos la actividad minera está generando una creciente contestación social, la sociedad castellano-manchega y el Gobierno regional están sensibilizados con el cuidado y respeto del medio ambiente, que está poniendo de relieve cuáles son los límites del ejercicio de la actividad económica en general y, de la actividad minera, en particular.
En la actualidad, no se podría vivir en una sociedad del siglo XXI, sin la minería. Sin los áridos, por ejemplo, no se podrían construir carreteras ni viviendas o rehabilitar las existentes. Sin la minería metálica, la tecnología de teléfonos móviles, tabletas y ordenadores no existiría; y muchos sectores basados en tecnologías punteras, como el de las energías renovables, el aeronáutico o el de las TICs, no tendrían oportunidades de futuro.
De ahí que el Gobierno del presidente Emiliano García-Page trabaje para compatibilizar el cuidado del medio ambiente y los avances y necesidades de las tecnologías del siglo XXI. De hecho es un sector que tiene notables efectos indirectos, por cada empleo en la minería se crean dos empleos en otros sectores.
El número de explotaciones mineras de la región y la facturación de éstas se redujeron casi a la mitad a lo largo de la crisis. Su producción vendible pasó de 60 millones de toneladas a poco más de diez. Y el empleo que genera, de más de 3.100 puestos de trabajo a 1.400.
Una pérdida que se está empezando a revertir. Hoy en día en Castilla-La Mancha se cuenta con un 5 por ciento más de explotaciones de este tipo desde 2015, que han aumentado un 19 por ciento su producción vendible: hay 278 minas en activo, que producen más de 12,1 millones de toneladas de producto vendible, que supusieron la facturación en 2015 de más de 120,3 millones de euros y más de 1.400 puestos de trabajo.