Un vecino de la capital ha remitido a este diario las siguientes instantáneas de la zona de juegos infantiles del Parque Juan Pablo II para advertir de que los riegos del montículo que preside este espacio provocan que choree barro y se acumule en el bordillo y el suelo.
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El verano es el mejor momento para practicar la fotografía.
Hay que fotografiar aquello que, personalmente, te llegue.
Por ejemplo, el ‘barro’. Ese material del que todos los hombres están hechos, aunque no del mismo molde, claro….
Contigo se acabo el molde….bacin.. mas que bacin…como se puede ser tan pelota… siervo
De momento, las leyes de la física funcionan, lo que no funcionaba era el intelecto de los Fernández Alba, diseñadores de este absurdo parque. Estos tíos nos colaron un hospital para caminantes blancos, un Conservatorio homenaje al Führerbunker y… este Parque.
El diseño del parque maravilloso, se quedó agusto el que diseño un montículo con tierra arcillosa…..si ahí mucha agua malo porque vuela y si ahi poca también malo porque se secan las plantas…… UN MAL DISEÑO.
es lógico y respetable que cada uno proteste por aquello que le moleste.
también respeto, aunque no acabo de comprenderlo, que un medio de prensa de cobijo a preocupaciones tan concretas y particulares.
y por último y con todo mi cariño: dejemos jugar a los niños con tierra y agua, aunque no sea lo más adecuado.
no hago este comentario con fin de crear polémica, intento que seamos un poco más flexibles con nuestro entorno y con quienes lo componen.
Cuando llueve mucho lo mismo pasa en el prado,es la ley de la gravedad.