La manera más fácil de saquear a un país no es invadiéndolo, es destruyendo al Estado. Todo empezó en 1.991, cuando George Bush, padre, encargo a Paul Wolfowitz elaborar la estrategia de EE.UU. tras la caída de la URSS.
Wolfowitz había sido discípulo de Allan Bloom que, a su vez, lo había sido de Leo Strauss -filósofo alemán de familia judía, emigrado a EE.UU en 1.938- cuyo pensamiento se convirtió en el pilar fundamental de la estrategia de EE.UU en el mundo.
Strauss argumentaba que para poder ejercer el poder global, a EE.UU. no le interesaba la estabilidad, al contrario, era imprescindible fomentar la destrucción de cualquier tipo de resistencia a su poder mundial.
Por ello es fundamental configurar el mundo para que sea imposible el surgimiento de cualquier poder organizador excepto el estadounidense. En este sentido, Strauss se inspiró en los planteamientos geopolíticos británicos.
Es la puesta en práctica de la acción preventiva como forma permanente de evitar cualquier núcleo de poder capaz de minorar la supremacía de EE.UU.
No se trata de evitar el nacimiento de un poder equivalente, ni siquiera de un pequeño poder con ámbito de influencia reducido. Nada, absolutamente nada, debe hacer sombra al poder hegemónico.
El hundimiento de la URSS fue el momento idóneo para la aplicación de las teorías de Strauss, a través de su discípulo Allan Bloom: El comienzo de un siglo estadounidense mediante un nuevo orden mundial unipolar.
Este es el núcleo de la “teoría del caos” de Strauss: Generar un desorden caótico, absolutamente desestabilizador, intenso y duradero, que impida el nacimiento de ningún ente con mínima capacidad organizativa sin el consentimiento del gran “hegemón”
Por tanto, la fórmula no es la economía de mercado en un mundo de libre competencia; sino el caos deliberado y permanente. Tampoco se trata ya de poner gobiernos y sustituirlos por otros afines. Esa época terminó. Se trata de fracturar al objetivo (un Estado, un grupo social, económico, etc..) en fragmentos más pequeños, y enfrentarlos entre sí en una guerra de desgaste interminable.
De esta filosofía surgieron los principios de intervención humanitaria. El desarrollo de organizaciones supranacionales de diferente índole. La proliferación de ONGs de origen “espontáneo” con demandas interminables imposibles de saciar y, desde luego, el secesionismo; tanto en cuanto posibilidad real, como amenaza permanente; comportándose como una ONG insaciable más; con la fuga de recursos, energía y potencialidades de desarrollo que supone para el Estado y la nación que lo padece.
Como la pretensión es la destrucción del Estado hasta convertirlo si fuera necesario en un Estado fallido -aunque no siempre es necesario llegar a estos límites- una de las ideologías preferidas para fragmentar la unidad popular es el pacifismo. Las presiones pacifistas suelen reivindicar la reducción en gastos de defensa, inteligencia, etc., lo que termina por dejar indefenso a un país. En el mundo real, la libertad es la lucha por alcanzar el poder e imponer tus condiciones a los demás –como la definió el filósofo español Gustavo Bueno- Pensar lo contrario es de un idealismo autodestructivo. La teoría del caos utiliza los idealismos utópicos y los transforma en derechos potenciales, quebrando los valores sociales del grupo a neutralizar, bajo la excusa recurrente de lo nuevo, de la evolución social, y demás conceptos huecos, que nadie sabe lo que significan salvo que suenan bien.
El desarrollo de la teoría del caos es, en la práctica, la política oficial de EE.UU. Existe un entramado de poder articulado a modo de tela de araña dentro de la administración estadounidense cuyo único fin es asegurarse que esta política no sea modificada. Es lo que, en jerga utilizada por ellos mismos, se llama “Estado profundo”. Es transversal, atraviesa tanto a republicanos como a demócratas. Bush, Clinton u Obama no se apartaron de sus dictámenes.
En eso apareció Trump
Ese payaso maleducado y lenguaraz, como no han dejado de pintarle desde que apareció en escena y, aun más, después de ser presidente electo, ha hecho cosas imperdonables para los instigadores de la teoría del caos: Ayudar a Rusia para terminar con la infame guerra de Siria. Permitir que en Iraq, sea el bando contrario al apoyado por Obama y la derrotada Hilaria, quien lleva trazas de alzarse con la victoria. Y, para colmo, se ha manifestado dispuesto a integrarse en la Ruta de la Seda patrocinada por China y llevar con Rusia una política de colaboración y distensión. En una palabra, Trump apoya la emersión de un mundo multipolar frente al unipolar defendido por el Estado profundo.
¿Qué ha pasado? Trump acaba de ser objeto de un pseudogolpe de Estado.
Las sanciones impuestas por el Congreso a Corea del Norte, Rusia e Irán han sido en contra de la política de Donald Trump. La acción presidencial ha quedado bajo la tutela del Congreso, donde una curiosa entente formada por demócratas y republicanos, pretende frenar la nueva visión que el actual presidente de EE.UU. trata de poner en práctica.
Cosas de ser un vasallo del imperio, aquí nadie osa hablar. Pero lo que acaba de ocurrir en EE.UU. es de suma gravedad.
El Secretario de Estado, Rex Tillerson, en relación a las sanciones aprobadas casi mayoritariamente contra Rusia, dijo:
“Yo creo que el pueblo estadounidense quiere que las dos potencias nucleares más poderosas en el mundo tengan una mejor relación (…) Ni el presidente ni yo estamos muy contentos con la forma en que procedió el Congreso con el proyecto de ley de sanciones, pero no podemos dejar que esto nos desvíe del tema de restaurar nuestras relaciones”
Mientras, inteligentemente, Trump invitó a las autoridades chinas a incorporar su programa de desarrollo de infraestructuras de la Ruta de la Seda a EE.UU. con el fin de ayudar a restablecer las infraestructuras y capacidad industrial del país, después de décadas de abandono y devastación, Chuck Schumer (senador demócrata por NY) pidió por carta al presidente la suspensión de “todas las fusiones y adquisiciones chinas en EE.UU.”
Como ya expuse en otros artículos relacionados con la nueva presidencia estadounidense, la victoria de Trump correspondía a la parte del sistema favorable a la economía productiva frente a la defensora de la economía financiera con base especulativa. Como algunos analistas han señalado, la alianza manifestada en el Congreso representa la unidad de los descendientes del Mayflower, defensores del mundo unipolar, protestante y blanco, frente a los descendientes de quienes fueron a EE.UU. en busca del sueño americano, y lo que piden es algo tan simple como un puesto de trabajo digno.
Como miembros de la alianza antiTrump se encuentran Israel y, cómo no, el Reino Unido; siempre muñidor entre bambalinas. Y ninguno tiene el menor interés en el sueño americano de quienes únicamente se conforman con trabajar con dignidad. La entente antiTrump no está interesada en el desarrollo industrial.
A Trump el tiempo se le va volando.
La doctrina del caos ha sido tan asumida por los poderes del sistema que puede llevarse por delante a otro presidente legalmente elegido.
Rusia, de momento, ha sabido diferenciar las medidas procedentes del Congreso con las acciones y políticas de Trump. Pero la política se basa en realidades.
Entretanto, la UE impávida. Recordemos que las sanciones establecidas por el Congreso contra Rusia las han hecho extensibles a todo el mundo, mundial. Es decir, todo el orbe debe acatarlas. La UE, también (y, por supuesto, España) Según la carta de la ONU esta clase de exigencias son ilegales.
Ya sabemos que quien manda, manda……..
Pero……. ¿no es una desvergüenza………?
No lo olvidemos:
Ya no se pretende invadir países, ni colocar a gobiernos títere. La nueva forma de control es sembrar el caos mediante la fragmentación popular -creada al efecto- que rompa la unidad de acción, y su enfrentamiento deliberado y permanente hasta la extenuación o hartazgo.
¿Qué hacer?
En esta etapa, tomar consciencia de lo que de verdad está pasando. Hablarlo, divulgarlo, debatirlo con raciocinio. Sin esa toma de consciencia es imposible hacer nada. Y tarde o temprano llegará el momento de la verdad.
Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz
mlastramuniz@hotmail.com
PD: Os dedico una tema del grupo Caos: El vago
https://www.youtube.com/watch?v=zMGupBc9CJQ&index=2&list=PLmCpZF6_BogGLnIL6YlqDqVmpFvZaPkHk
Políticamente incorrecto y por tanto real, me encanta.
Ojalá un día nos conociéramos y me pudiera citar sus fuentes. Gustavo Bueno también lo es mía.
Espero que haya disfrutado o siga disfrutando de sus vacaciones.
En una semana viajaré a Cataluña. Hay que darse prisa antes que se levante la frontera, aquella tierra me chifla.
Escríbeme al correo mlastramuniz@hotmail.com. Una buena conversación con un café con churros, o lo que sea, siempre serán bienvenidos.
Interesante y veraz artículo.
Aplicando la teoría del caos a la ciencia política y la sociedad, esta situación de caos debe llevar a un nuevo orden político y social, a una situación de equilibrio.
Ocurrió en la Ilustración para acabar con el oscurantismo religioso de la Edad Media y ocurrió también con las revoluciones liberales del siglo XIX para acabar con el poder despótico de los gobernantes.
Nos pueden seguir distrayendo de la realidad con discusiones menores. Sobre todo si nos dejamos enredar.
Pero si no aprendemos a fijarnos en el fondo de lo que está sucediendo a nuestro alrededor, si no usamos la gran fuerza que puede dar actuar en común y defender lo que son derechos básicos que nos corresponden, estamos abocados a un futuro de descontrol y caos.
Si no controlamos con nuestro comportamiento, además de con nuestros votos, lo que hacen los políticos elegidos por ese pueblo que, según dicen, es soberano, estaremos dejando una mala herencia a quienes nos sucedan.
No es pesimismo. Es necesidad de mirar de cara lo que está ocurriendo. Y actuar en consecuencia con lo que vemos.
Y es que el caos es tan incontrolable como aliado que lo mismo puede elevarte o hundirte.
Ya sabemos que si alimentamos el caos todo puede ser posible. Al fin y al cabo, el poder es una ilusión. No es tanto el control real que tienes, sino el que haces creer a la gente que tienes.
Lo universal es el caos. El truco está en encontrar a una persona que esté a la altura del caos……
Los que aspiran a la consecución de su mundo único orwelliano controlado por ellos, de verdad, nadie en su sano juicio puede apoyarlos porque es que su hoja de ruta va encaminada a satisfacer sus intereses y consolidar sus privilegios y todo ello a costa del perjuicio y penuria de la mayoría de la humanidad ya que se trata de que solo una élite minoritaria está tenida en cuenta en dichos planes y los demás como si de una cena se tratase pues no están invitados, <> no? pues si claro… sería difícil porque representan menos del 1%; pero fuera de esto ¿y Donald Trump es mejor? Pues evidentemente no, hechos son amores y no buenas razones, baste ver las actitudes injerencistas que el señor Trump ostenta contra Venezuela mostrando así que le es del todo indiferente el concepto del respeto a la soberanía nacional exponiendo cosas tan indignas como la siguiente:
-«Si el presidente Maduro realiza una Constituyente el 30 de julio, Estados Unidos tomará fuertes acciones económicas» (http://www.telesurtv.net/news/EE.UU.-amenaza-con-fuertes-sanciones-a-Venezuela-si-se-realiza-la-Constituyente-20170717-0048.html),
¿Cual es la diferencia entre unos y otros? Son en realidad dos facciones de un mismo mecanismo, de una misma matriz, pertenecen al mecanismo único de los capitalistas que aspiran en este caso a que sea EEUU el que lleve la voz cantante y la bomba sonante por siempre y jamas. Lo que ocurre en EEUU es que hay una facción que esta conformada por una burguesía nacionalista(la de Trump) que siendo consciente de que su país esta perdiendo posiciones en la geopolítica estima pues de que es necesario replegarse y centrarse más en los asuntos internos y por lo tanto de cara al exterior reconocen que no les queda otra que ser dialogantes con las potencias que le pisan los talones para que el retroceso no implique pisotones ni sea doloroso el proceso…
… y luego está por contra la otra facción burguesa norteamericana que al igual que la otra facción poseen los mismos contravalores, las mismas viles intenciones y el mismo cuño de cosmovisión imperialista pero que la diferencia radica en que estos últimos llámese Obama por ejemplo creen en que EEUU sí sigue teniendo capacidad para imponer a todo el planeta su nefasta voluntad a base de chantaje o invasión y por tanto seguir en consecuencia aplicando una política exterior de despliegue y consolidación de su hegemonía y de los planes globalistas con cosas como los internacionales tratados de libre robo:TTIP, CETA..
Los que aspiran a la consecución de su mundo único orwelliano controlado por ellos, de verdad, nadie en su sano juicio puede apoyarlos porque es que su hoja de ruta va encaminada a satisfacer sus intereses y consolidar sus privilegios y todo ello a costa del perjuicio y penuria de la mayoría de la humanidad ya que se trata de que solo una élite minoritaria está tenida en cuenta en dichos planes y los demás como si de una cena se tratase pues no están invitados, <> no? pues si claro… sería difícil porque representan menos del 1%; pero fuera de esto ¿y Donald Trump es mejor? Pues evidentemente no, hechos son amores y no buenas razones, baste ver las actitudes injerencistas que el señor Trump ostenta contra Venezuela mostrando así que le es del todo indiferente el concepto del respeto a la soberanía nacional exponiendo cosas tan indignas como la siguiente:
-“Si el presidente Maduro realiza una Constituyente el 30 de julio, Estados Unidos tomará fuertes acciones económicas” (http://www.telesurtv.net/news/EE.UU.-amenaza-con-fuertes-sanciones-a-Venezuela-si-se-realiza-la-Constituyente-20170717-0048.html),
¿Cual es la diferencia entre unos y otros? Son en realidad dos facciones de un mismo mecanismo, de una misma matriz, pertenecen al mecanismo único de los capitalistas que aspiran en este caso a que sea EEUU el que lleve la voz cantante y la bomba sonante por siempre y jamas. Lo que ocurre en EEUU es que hay una facción que esta conformada por una burguesía nacionalista(la de Trump) que siendo consciente de que su país esta perdiendo posiciones en la geopolítica estima pues de que es necesario replegarse y centrarse más en los asuntos internos y por lo tanto de cara al exterior reconocen que no les queda otra que ser dialogantes con las potencias que le pisan los talones para que el retroceso no implique pisotones ni sea doloroso el proceso…
… y luego está por contra la otra facción burguesa norteamericana que al igual que la otra facción poseen los mismos contravalores, las mismas viles intenciones y el mismo cuño de cosmovisión imperialista pero que la diferencia radica en que estos últimos llámese Obama por ejemplo creen en que EEUU sí sigue teniendo capacidad para imponer a todo el planeta su nefasta voluntad a base de chantaje o invasión y por tanto seguir en consecuencia aplicando una política exterior de despliegue y consolidación de su hegemonía y de los planes globalistas con cosas como los internacionales tratados de libre robo:TTIP, CETA..