Tras las airadas manifestaciones del escultor Salvador Amaya, hijo del autor de la escultura del Alférez Provisional que fue retirada días atrás de la Plaza de España según acordó la Mesa de la Memoria Histórica de Ciudad Real, en las que reclamaba la obra, el concejal de Cultura señala que no ha recibido ninguna comunicación al respecto, ni telefónica ni por escrito, y que no ha sabido más del asunto que lo que ha aparecido en prensa.
En todo caso, José Luis Herrera recuerda que la propiedad de la obra es municipal, “es de todos los ciudadrealeños”. Otra cosa, matiza, son los derechos de autor. En ese sentido apunta que “la estatua ni se va a fundir ni se va a destruir, solo se ha cambiado de sitio”.
Por otro lado, el edil de Cultura ha adelantado que esta semana se presentará la aplicación para votar los nombres de las nueve calles que se cambiarán en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica.
y pa ke la quieres?
Sois como el perro del hortelano
Señores dejen de marear la perdiz y darle bola a la gente ésta.
La estatua ya está fuera ¿no? Pues ya está.
Que la vuelva a poner el PP cuando gobierne, que retratados están mas guapos (como con las bodas homosexuales que decian que las quitaban y luego al volver al gobierno se cagaron jjajajaj)
Han sobado tanto ya la estatua, que lo más razonable es devolvérsela a un precio simbólico al hijo del autor antes que arrinconarla en una nave del Ayuntamiento.
Justo es querer honrar a los padres.
Fundirla y hacer un homenaje que recuerde la barbarie del 36 al 75. Para que no se vuelva a repetir. Con respeto a todos, incluido los que demuestran a diario que no se lo merecen.
Este individuo no tiene nada que reclamar al pueblo de Ciudad Real que elige lo que tiene que hacer con esa estatua a través del gobierno municipal.
Punto pelota.
Buena idea. Mejor aún si esa decisión se consulta a todos los vecinos, como van a hacer con el nombre de las calles.
A la Democracia solo le tienen miedo los ultras analfabetos. Así es que, que se vote.
A la democracia no le tememos. Le tememos a la falta de memoria que sólo quiere recordar una parte de nuestra historia. Los hechos pasados son ya pasados y con conductas como la de muchos miembros de Podemos se están reabriendo heridas que habían quedado cerradas.
Es cierto que la dictadura tuvo aspectos negativos, pero también es cierto que se sentaron las bases del estado del bienestar actual.
También es cierto que los orígenes de la guerra civil son la revolución del 34 (gobierno del partido de Lerroux y amenaza cumplida de sublevación por parte de la izquierda si entraba la CEDA en el Gobierno de la República), siendo el motivo final del levantamiento militar el asesinato de Calvo Sotelo.
Quizás sea un periodo más oscuro de nuestra historia la II República, como consecuencia de la incapacidad del Gobierno para controlar los distintos altercados que se producían (provocados tanto por la izquierda como por la derecha), pese a contar con un texto constitucional calificado por muchos como uno de los más avanzados de su época, pero que no tuvo éxito debido a que la sociedad española no estaba preparada para ello (gran tasa de analfabetismo).
Por último, señalar que si no hubiera sido por el interés de antiguos ministros de Franco y políticos que llegaron del exilio, no se hubiera sentado en nuestro país la convivencia de hoy en día. Gracias a ese consenso disfrutamos del periodo de mayor estabilidad política de nuestra historia, en un marco de libertad.
Con actitudes como la de quitar estatuas que hemos sabido ahora que para unos son símbolos franquistas o cambiar el nombre de calles porque llevan el nombre de un personaje asociado a esa época (yo no sabía que Vicente Galiana había sido falangista, pero gracias a él hemos disfrutado del diario Lanza, a lo mejor por ello ha dejado de editarse en papel) estamos volviendo poco a poco a una situación muy parecida a la de hace un siglo.
Si realizas un estudio reciente de nuestra historia, podrás ver que en 1836 y 1936 España vivió dos guerras civiles (la Carlista y la conocida por todos).
Alguien que justifique, por poco que sea, una dictadura del signo que sea, no merece el tiempo de los demás.
Si no se hubiera dado un golpe de Estado el 18 de Julio y no se hubiera asesinado vilmente a miles de españoles, seríamos como la mayoría de los países europeos. O no. Pero nunca lo sabremos porque estuvimos cautivos hasta 1975 que se murió en la cama, bien cuidadito.
Y, no te preocupes que tendríamos prensa libre, medicina, sanidad, educación etc etc de mucha mejor calidad y con muchos más años de experiencia internacional, ya que no habríamos estado aislados como reserva espiritual de occidente.
Eso sí, te agradezco que el tono sea educado. Pero no me vendas motos.
¡Qué barbaridad el intento de justificación de una dictadura!.
Entramos con el pie cambiado a la democracia y ahí seguimos justificando 40 años anulación de libertades individuales, aislamiento y retraso económico, político y social.
Por cierto, los rojos también hemos leído diferentes historias de la Guerra Civil en España, que no «inventos» tipo 13 TV o Intereconomía y también sabemos las barbaridades que se hicieron en el bando republicano (todas y cada una de ellas reparadas por el dictador y con los asesinados en sus tumbas, con kioskos y puestos de funcionarios para sus familias…). Aunque sé que no lo creerás, uno tiene memoria para los asesinados sin justificación (que son todos).
Hay muchos libros al respecto, y no te pongo ningún español para que no me digas sectario, pero algunos españoles son para echar a la hoguera…sobre todo los de los «cronistas oficiales» y los guerracivilistas ultra:
Antony Beevor, Edward Malefakis, Paul Preston, Stanley G. Payne, Burnett Bolloten, Helen Graham, Gabriel Jackson…todos tienen muchos puntos en común…como que más que una guerra fue un alzamiento que iba recorriendo pueblos y matando contrarios a excepción de las pocas grandes batallas -Ebro, Belchite, Madrid…-…y no con Moa, o De la Cierva, o César Vidal (arghhhh este me pone los pelos de punta) que da pena leerlos.
Votar nombre de calles que han decidido los partidos politicos,NO LOS CIUDADANOS
Espero abran un proceso previo para que los vecinos puedan proponer nombres y que entre las opciones a votar en la consulta definitiva aparezcan también las que más firmas de los vecinos hayan recogido.
Lo contrario sería una mala implementación.
putos rojos….
JAJAJA, no hay que responderte tú solo o sola te denominas. Lo malo es que te pones el nombre de alguien profesional que se gana su dinero como puede.
Y, gracias por lo de putos rojos…es un halago. Y un honor.
No ha recibido nada, de momento. Habrá que esperar
Una futura calle Eduardo Matos debería ser una opción clara, pero como dice Pepe, aquí mucha participación, pero con opciones sesgadas que te dan ellos. Eso ni es participación ni un pimiento.
Y tampoco vale quitar los de un bando para poner nombres relacionados con el otro, no, eso no debe ser así.
Ojalá. Eso hombre es una fuente fundamental para la historia gráfica de la ciudad. Es más, una escultura, una fuente, una rotonda.
Eduardo Matos, alguien a quienes los millennials seguro que no conocen y que es precursor de su obsesión por fotografiar todo y subirlo a la red.
Eduardo Matos Barrio nace en Madrid el 30 de septiembre de 1904 en la calle Barco 10 (domicilio de sus abuelos maternos), siendo inscrito en el Registro Civil del distrito centro de Madrid(…). Fue hijo unico de Eduardo Matos Cuesta y Águeda Barrio García. En 1908, por motivos profesionales de su padre -alto funcionario del Reino-, se traslada a Barcelona, donde reside en un principio en la calle Floridablanca 142 y después en la calle Cortes Catalanas 403. chaflán a Vilamarí.
Eduardo Matos terminó sus estudios y entró como aprendiz aventajado del internacional y conocido fotógrafo Rafael Areñas, que poseía estudio en la calle Diputación y más tarde en el Hotel Ritz, del que heredó sus conocimientos foto gráficos, interesándose igualmente por el periodismo y las humanidades.
Realizó el servicio militar en el Castillo de Montjuich, como alférez de complemento, entre los años 1925 a 1926; debido a una disputa en deensa del honor de una dama, le dañaron el ojo derecho y lo perdió, situación que no le impidió dedicarse después al periodismo y la fotografía.
En el año 1929, el Ayuntamiento de Barcelona le encargó la redacción e ilustración fotográfica de la Guía Oficial de la Exposición Internacional, que se tradujo a varios idiomas. En el mismo año fue contratado como redactor del diario informativo de la Ciudad Condal Las Noticias, donde ya venía trabajando, ocupándose de las páginas de sociedad, vida cultural y redacción política. Tuvo como compañero de periódico durante muchos años a Luis Marsillach Burbano (padre del actor y director teatral Adolfo Marsillach).
Contactó con el mundo intelectual de aque lía Barcelona de los años veinte y treinta, entre ellos Ortega y Gasset, Unamuno, Menéndez Pidal, Machado y algunos conocidos artistas, de los que conservaba una modesta colección con obras de Grau Sala, Bagaría, Ramón Casas, Salvador Dalí, José Ciará, Beníliure, Llimona, Joaquín Mir…, también mantuvo amistad con los artistas Canals, Carlos Vázquez, Vicente Navarro, Vila Puig, Jaume Mercadé, Vaireda, Rusiñol y especialmente con los cantantes Marcos Redondo y Raquel Meller y el violonchelista Pan Casals, siendo contemporánec e igualmente amigo de los también fotógrafos Antoni Campanya Bandranas, Claudi Carbonell.
Pere Catalá Pic, que fue compañero de formación en el estudio de Rafael Areñas, Alejandro Merletti Quaglia, Agustí Centelles, Josep Masana y José Ortiz-Echagúe. Por otra parte, frecuentó también la amistad de Xavier Corberó Trepat (fundador de las Industrias Corberó) y los hermanos Roviralta, pioneros de las uralitas en España.
En septiembre de 1934 entrevistó al Cardenal Pacelli a su paso por Barcelona en viaje a Buenos Aires, años más tarde este purpurado fue elevado a Sumo Pontífice de la Iglesia con el nombre de Pío XII. También recogió en sus crónicas a Cambó, Prat de la Riba, Maciá, Durán y Ventosa, General Primo de Rivera, Companys, Calvo Sotelo, Lerroux, Gil Robles y Azaña, que le regaló un pasacorbatas que conservó hasta sus últimos días. Mantuvo amistad con el rey Alfonso XIII del que guardaba algunos objetos personales además de fotografías (entre ellos un cigarrillo que le regaló en el transcurso de una entrevista). Presenció como enviado especial las ejecuciones de los militares revolucionarios capitán Galán y teniente García Hernández, efectuadas el 15 de diciembre de 1930.
Testigo de numerosas corridas de toros, se interesó por la fiesta nacional, que reflejó en sus crónicas. Conoció a toreros famosos de la época entre ellos El Gallo, Manuel Jiménez Chicuelo y al mejicano Luis Freg, firmando las críticas taurinas con el seudónimo de Garapullo.
En Barcelona vivió el 6 de octubre de 1934 la proclamación, desde el balcón de la Generalitat, del Estado Catalán de la II República Federal Española por Lluis Companys, hecho que registró con el periodista Nieto, corresponsal del diario El Debate.
El estallido de la guerra civil alterará profundamente la biografía de Matos y acabará marcando el resto de su vida. Se conserva un pequeño anónimo manuscrito y sin fecha (se reproduce en este libro) que dice «Debes de salir de esa el jueves día 18 en el tren expreso de las 5 de la tarde (…)», lo que unido al clima político de amenazas verbales de extrema izquierda contra su vida que venía so portando por esos días y que el propio Matos nos relató, viene a demostrar el serio peligro que debió correr en aquel ambiente de violencia y explica su huida de Barcelona el mismo día del alzamiento militar, para llegar a Ciudad Real el día 19, como él mismo ha dejado escrito en uno de sus textos, que también incluimos. Prueba de esos peligros es que su padre, que ostentaba un cargo de responsabili dad institucional en orden público, es asesinado en Barcelona el día 20, junto con el general Barrera.
La causa última de por qué Matos elige Ciudad Real, una población pequeña y tranquila del interior, muy ruralizada todavía, tan diferente a la metrópoli de Barcelona, y en donde nadie le conocía, no está del todo documentada. Si hemos de seguir lógicamente el testimonio de su protagonista, Matos ha escrito que desde aproximadamen te mediados de 1936 compartía el periodismo con otro empleo en una compañía de seguros («el periodismo como profesión era algo ruinoso», afirma), de lo cual consta un doble nombramiento como inspector provincial o delegado territorial de La Anónima de Accidentes y de la Caja de Previsión y Socorro, firmado en Barcelona con fecha 14 de mayo de 1936 y rezaba textualmente que pasaba a la provincia de Ciudad Real «con la misión de intensificar en todo lo posible la labor de producción». Ese traslado también se produjo en el periodismo, pues fecha 12 de mayo de 1936 tiene su tarjeta credencial como corresponsal de Las Noticias en la zona de La Mancha y Andalucía, y en calidad de tal envió algunas crónicas durante el conflicto bélico, ya que su periódico cierra cuando entran las tropas franquistas. Un doble traslado que había aplazado y que posiblemente debe acelerar por causa de la guerra, espoleta que parece la causa última de su salida de Barcelona.
Lo cierto es que su trayectoria se quebrará completamente a partir de ese momento. En Ciudad Real se instala primero en el Hotel Pizarroso, propiedad de Diego Pizarroso, situado en la calle Paloma cerca del cruce con el callejón de los Huer tos, pero después tiene la desgracia de contraer la enfermedad del tifus y entra entonces como hués ped en la casa propiedad de la familia López Arroyo (calle del Carmen 7, donde luego pasará toda su vida) a principios de 1937. Días antes de su llegada, esta familia había perdido al padre, Ignacio López de Haro, ex alcalde de la ciudad, fusilado el 15 de diciembre de 1936, junto a su hermano Luis. En este casa vivirán la madre Rafaela Arroyo Herreros (1958) y las hijas Encarnación (1998), Sacramento y María del Prado (1993), los dos hijos restantes estudiaban entonces fuera de la ciudad; al final de la guerra se vendría con ellos la madre de Matos, Agueda Barrio García (1873-1961). El 20 de junio de 1941 Eduardo Matos contraerá matrimonio con Sacramento López Arroyo en el Camarín de la Virgen del Prado, no llegando a tener hijos.
En Ciudad Real Matos sufrirá el duro trauma que supuso dejar atrás la profesión del periodismo diario y una ciudad tan moderna y llena de vitalidad como Barcelona, además de perder vio lentamente a su progenitor, y deberá dedicarse al trabajo de los seguros como medio de vida (una suerte de pluriempleo que curiosamente caracte rizó durante una época a algunos de los antiguos fotógrafos ambulantes), aunque nunca dejó del todo el ejercicio de la fotografía, presentándose incluso en alguna ocasión a certámenes como la Exposición Nacional de Valdepeñas, en 1950. Después de permanecer en Ciudad Real capital desde su llegada hasta 1941, entre este último año 1941 y 1946 su compañía le traslada a Valencia, aunque vendrá siempre que tiene ocasión y en vacaciones a Ciudad Real. Y hay documentos que acreditan que entre el 1 de abril de 1946 yel 31 de diciembre de 1950 trabajó para la Compañía de Seguros Mare Nostrum, en sus delegaciones de Badajoz y Málaga, como director general de la sucursal para Andalucía.
Sin embargo, Eduardo Matos acabará retornando a su verdadera vocación profesional, la fotografía, y en 1951, recién abandonada la citada Compañía de Seguros, abre su conocido estudio de la Avenida de los Mártires 12 principal, actual calle Alarcos, por donde durante treinta años pasaría prácticamente toda la sociedad ciudarrealeña, de cualquier edad y condición, quedando registrados en sus placas y negativos los retratos y acontecimientos que marcan el pulso cotidiano y los momentos de celebración social.
Matos se integró plenamente en la vida de la capital, siendo una de las personas públicas más conocidas y respetadas, amigo íntimo y personal del desaparecido Obispo Prior de las Ordenes Militares, Monseñor Hervás y Benet, y de personajes ilustres de La Mancha como Carlos Calatayud Gil, Rodrigo Fernández, Ernesto Junquera, Angel Rodríguez Niveiro, José María Martínez Val, Carlos López Bustos, y del poeta Ángel Crespo, al que fotografió en varias ocasiones. Fue nombrado Colegiado de Honor del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Ciudad Real.
Su prestigio como fotógrafo se extendió por todas partes. Además de los encargos de todo tipo que se producían aquí, a él recurrieron para trabajos especiales varias universidades norteamericanas, que te propusieron numerosos reportajes sobre Ciudad Real capital y provincia, El Quijote, el teatro en La Mancha, etcétera. Fue colaborador fotográfico y escritor asiduo de Mundo Manchego, Lanza y el Boletín de Información Municipal del Ayuntamiento de Ciudad Real, y fotógrafo oficial del Obispado Priorato de las Órdenes Militares y de la Santa Iglesia Prioral Basílica Catedral, trabajando también para la Diputación Provincial de Ciudad Real y el Colegio de Médicos de Ciudad Real. Un aspecto a resaltar de su trayectoria profesional es el magisterio que impartió a los nume rosos ayudantes y fotógrafos que se iniciaron en su estudio y luego desarrollaron la profesión, como son, por orden cronológico, Manuel Herrera Piña, Benito Puebla Puebla, Inocente Fernández Gallardo (Iferga), Pedro Romero Serrano, Antonio y José Luis Ruda, Santos Granados, José Antonio Reina, Manuel Ponce Portillo, Juan E. Martín de Lucía, Manuel Borja Salcedo y Manuel García Arias.
Miembro directivo de la Asociación Nacional de Fotógrafos Profesionales y Presidente de Europhot, con sede en Viena (Austria), sus fotografías hoy forman parte de colecciones de Museos en Norteamérica, Suiza, Ciudad del Vaticano, así como en la Zarzuela. En el Corpus Christi de Ciudad Real de 1985 fue el único reportero autorizado para fotografiar la solemne misa pontifical a la que asistió S.A.R. Don Juan de Borbón, Conde de Barcelona, Gran Maestre de las Ordenes Militares, siendo éste uno de los últimos trabajos in portantes que realizó.
Gracias a su interés por el pasado de Ciudad Real -;que reflejó en numerosas fotografías y artículos-; se pudo rescatar la puerta del Alcázar Real que, meses antes de su hundimiento, fotografió minuciosamente, numerando después las piedras y fotografías y guardando en casa todo el material, que hizo transportar mediante carros; años mas tarde hizo lo mismo con la Puerta del Convento de las Madres Dominicas y el arco de la Puerta de entrada de la Sinagoga.
Eduardo Matos fue hombre de gran condescendencia y fundamentalmente un reportero de calle que compaginé su labor con el trabajo comer cial de laboratorio. Más de una vez realizó reportajes de bodas y otros encargos desinteresadamente para personas y familias necesitadas.
Su carrera profesional se divide claramente en dos etapas: la barcelonesa, de 1907 a 1936, y la ciudarrealeña, de 1936 a 1990; si bien su período de mayor brillantez es el que ocupa las décadas de los años cincuenta y sesenta. Después comenzaría un lento declive económico y de capacidad de trabajo, provocado en parte por la evolución de los tiempos y la competencia de otros fotógrafos, asi como por la popularidad de la fotografía y lo accesible que empezaron a ser las cámaras fotográficas comerciales.
Matos fue el primer fotógrafo de Ciudad Real en adoptar el color -que ya desde los años sesenta empezaba a extenderse-, adecuando su laboratorio a estos procedimientos, llegando a contar en total hasta seis laboratorios de positivado y tres de revelado. Su primer reportaje de boda en color fue el realizado el 24 de junio de 1961 a Dionisio del Rey y Encarnación Hervás, ambos de Ciudad Real. Igualmente el cine, como todo lo relacionado con la imagen, fue motivo de interés para él, realizando numerosos documentales en super 8 y 35 mm sobre temas variados, como la naturaleza, monumentos y actos públicos.
En torno a 1980 Eduardo Matos intentó ponerse al día en técnicas de laboratorio, incorporando los logros técnicos que traían los tiempos, aunque ya le fue tarde para remontar la competencia y su propia edad. En 1981 su estudio abandonó el conocido domicilio de la calle Alarcos, trasladándose a la calle Caballeros 6, hasta su cierre de finitivo en 1990. A pesar de todo, en estos años postreros el maestro siguió con la fotografía especializada y sin dejar de trabajar prácticamente hasta el final de sus días, constituyendo uno de los casos más singulares de longevidad profesional y artística.
Otro aspecto de su biografía es que fue un gran aficionado a la música, atesorando una abundante discografía, sobre todo música clásica y ópera, y a la astronomía, para lo que babilitó en su vivienda un espacio como observatorio particular.
El 14 de agosto de 1995 fue nombrado «Ciudadano Ejemplar de Ciudad Real 1995», a los 91 años de edad. El 19 de noviembre del mismo año falleció en la ciudad que amó y donde desarrolló toda su vida. Acababa de cumplir 92 años. Su óbito fue muy sentido y conmocionó a la ciudad; el pueblo le manifestó su cariño en el sepelio y en la exposición homenaje que se le tributó nueve meses después.
Actualmente Matos cuenta con un monumento a petición popular en un paseo del Parque del Pilar de Ciudad Real, obra del escultor extremeño, afincado en Ciudad Real, José Antonio González López-Arza, inaugurado el 13 de diciem bre de 1997, así como una réplica del mismo en el Museo-Archivo Histórico Municipal Elisa Cendrero, de Ciudad Real, y una placa de cerámica talaverana, descubierta el 24 de enero de 1998 en su domicilio de la calle Carmen 7, donde vivió durante sesenta años, a iniciativa de la Comísion Promotora Monumento a Eduardo Matos.
Eduardo Matos, como humanista cristiano, de padres convencidamente monárquicos, vivió consecuentemente con el entorno familiar. Apostó por la monarquía democrática y su concepción política chocó con el espíritu revolucionario al que le tocó asistir en la Barcelona de su época. Fue un creyente moderado -católico de corazón, pero no de cabeza- como decía bromeando, solía emplear el término «República cristiana» como el ideal de Iglesia. A su llegada a Ciudad Real, enfermó y se mantuvo apartado de todo compromiso político. Sobre su ideología política, militó en el pensamiento de Lerroux y en su despacho conservó por mucho tiempo una fotografía dedicada de Niceto Alcalá Zamora, primer presidente de la II República Española. Al principio de la guerra civil fue perseguido en Barcelona lo que motivó su rápida huida de la Ciudad Condal, adoptando en el conflicto una postura neutral, pese a haber perdido a su padre violentamente.
Biografía extraída de: José González Ortiz, José López de la Franca. Fotografía en Ciudad Real: Eduardo Matos (1904-1995). Ciudad Real, Diputación Provincial, D.L. 1998. ISBN 84-7789-143-5. P. 13-18
Has superado a Charles 😉
Ante todo y habiendo tenido una relación personal cercana con él, creo que era una persona buena y libre.
Lo era, y era un gran profesional con buenas dotes para la docencia de la fotografía. Yo le conocí muy mayor porque llevaba carretes a revelar.
Mas que una calle para Eduardo Matos habría que buscar su archivo y honrar su trabajo en un museo. De nada sirve cambiar las chapas de la calle sino se cambian las costumbres caciquiles de los cuatro iluminatis de la capitaleja. Exactamente lo mismo para las guarronas de Donaire.
Existe una minoría social que hace suyas lo que debería ser de la mayoría.
El hijo del escultor no reclama nada para el. Aquí dejo la entrevista que le hicieron en COPE
http://www.cope.es/audios/ciudad-real/consistorio-retira-escultura-del-alferez-provisional_398167
Ni para él, ni para la ciudad. No tiene nada que reclamar. No tiene ningún derecho sobre una propiedad municipal que está sometida a la Ley de Memoria Histórica.
A ver si nos ponemos hechos unos basiliscos con quienes honran a los etarras en Euskadi y no hacemos lo mismo con quien quiere que se honre un monumento fascista causante de cientos de miles de muertes-asesinatos en España.
No se ha recibido nada ni se recibirá. ‘Ni está, ni se le espera’….
Qué calores!!
Si en vez de jugar a descartar soldados Montaman o calles del Monopoly, se abriera esa piscina de Santa María…
Se estaría al real y verdadero interés de quienes sufren este calor y necesitan darse un remojón.
Pues tengo buenas noticias para ti: hace unas cuantas semanas que la piscina Puerta Santa María está abierta y luce en todo su esplendor. La que está cerrada es la del polideportivo.
Eso ya lo sabía, lástima que no sea tan grande como la del Juan Carlos.
O sea, que condenais al dictador sanguinario Maduro y justificais a Franco.. Bonito plumero…
Franco es vecino de Ciudad Real, está empadronado en el Torreón y se le ve tomando cañas con la familia y los amigos a menudo por el Acuario.
Maduro?? Vive en Venezuela pero no se atreve a venir a Ciudad Real porque la piscina sigue cerrada!!!
Dice que para pasar calor prefiere Maracaibo. Y que los huevos con bechamel del Acuario te remataran el hambre, pero que le da miedo cocerse en el granito de la Plaza Mayor. Que no quiere ser un huevo frito. Además que para huevos los suyos, aunque no sirvan para alimentar a los venezolanos. Que si no tienen con qué limpiarse el popó, lo hagan con piedras. El papel higiénico es pura propaganda capitalista.
Y Franco, ese capullo, además tiene chalet con piscina en La Poblachuela…eso sí que es ser un fascista.
(Ya no sabe uno en qué país o tiempo está uno)
Es de una necedad asombrosa escribir así sobre un dictador genocida que, por cierto, está enterrado en una iglesia católica con flores frescas a diario por orden del anterior Jefe del Estado, padre del actual Jede del Estado. Ninguno de ellos elegido en las urnas.
Tú disfrutas con Franco como un niño con un flash a la salida del cole.
Si, que si, que si….