El servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital General Universitario de Ciudad Real, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, ha organizado una sesión general informativa sobre el manejo clínico y quirúrgico de los pacientes que rechazan las transfusiones de sangre y hemoderivados en la que han participado los anestesiólogos del “Gregorio Marañón” Ignacio Garruti y Luis Olmedilla.
Ambos destacaron que el manejo preoperatorio de los pacientes que rechazan el uso de sangre de donante por cuestiones religiosas requiere una especial dedicación pero que “también supone un importante reto para los profesionales y una fuente constante de aprendizaje aplicable a personas que aceptan los hemoderivados”.
En este sentido, señalaron que la introducción de alternativas a la transfusión como la hemodilución, la autotransfusión o la recuperación de la sangre intra y postoperatoria permite la práctica de cirugías complejas con porcentajes de éxito muy elevados.
Ahora bien, los pacientes han de estar adecuadamente informados de los riesgos, como establece la Ley 41/2002 reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica. La norma ordena informar al paciente de las opciones de tratamiento y que éste decide y el facultativo está obligado a respetar esa decisión.
Ignacio Garruti comentó que antes de proceder a una intervención de envergadura se intentan optimizar los valores de hemoglobina del paciente a través de la administración de hierro y de EPO (eritropoyetina) para elevar los niveles de hematocrito.
Durante la intervención “se utilizan métodos quirúrgicos para minimizar las pérdidas con técnicas mínimamente invasivas y procedimientos anestésicos como la hipotensión controlada, los fármacos antifibinolíticos y otras técnicas como la anestesia regional y todas aquellas prácticas que contribuyan a la reducción de las pérdidas de sangre” y en el postoperatorio hay que someter a los pacientes a una vigilancia intensiva para intervenir ante cualquier sospecha de hemorragia.
Según Luis Olmedilla, lo aconsejable para empezar a conocer y aplicar estas técnicas es iniciarse con cirugías de bajo riesgo de sangrado (hernias, vesículas, juanetes, varices, etc.) y con esta experiencia pasar luego a intervenciones de mayor envergadura.
Asimismo, Olmedilla subrayó que con estos pacientes es aún más necesario el establecimiento y la observancia de los protocolos de actuación. Siempre habrá alguna excepción, “pero en el 95% de los casos los protocolos nos ayudarán a minimizar las pérdidas sanguíneas”, apuntó.