Corría el año de 1.928. En un pueblo egipcio, Ismailía, el maestro de escuela Hassan al- Banna fundó la Sociedad de los Hermanos Musulmanes (HH.MM.). Aspiraba a construir un califato fundamentado en la fe y superando la división izquierda – derecha, seleccionando lo mejor del capitalismo y del comunismo. Así nació el llamado “socialismo islámico”.
Hassan al-Banna creó una estructura paramilitar paralela a los HH.MM., para ejecutar atentados contra intereses británicos (bajo cuya tutela se encontraba Egipto) y judíos.
En 1.940 la inteligencia británica intervino para convertir a esta organización en aliada de sus intereses. La Hermandad continuaría con su retórica anticolonial, cuando la única verdad era que trabajaba estrechamente al lado del probritánico monarca egipcio, Faruk, quien los utilizó para controlar al resto de partidos políticos; en especial, al mayor de todos, el nacionalista Wafd.
En 1.941, Hassan al-Banna fue encarcelado y asesinado en 1.949. En ese momento la Hermandad disponía de unos dos millones de miembros.
En 1.942, la monarquía egipcia fue la tapadera por la cual los británicos financiaron regularmente a los HH.MM.
La Hermandad sería fundamental a los intereses británicos en el mundo árabe, en lo que es y ha sido siempre su indiscutible especialidad: romper y dividir estructuras comunitarias y sociales; en este caso mediante fracturas religiosas entre sunitas y chiitas.
Nada más terminar la II Guerra Mundial, el RU tuvo que reestructurar su modelo imperial debido a los altos gastos que suponía. Así que transfirió a EE.UU. el dominio sobre Arabia Saudita.
Este traspaso de dominio no fue total. El RU nunca abandonó su influencia sobre un Estado creado por ellos en tiempos de Lawrence de Arabia, el oficial británico encargado, supuestamente, de apoyar las revoluciones árabes para liberar a sus pueblos del sometimiento otomano; aunque, en verdad, Thomas Edward Lawrence, fue el instrumento utilizado por su majestad para dar un golpe geopolítico de primera magnitud.
Creó Arabia Saudita con el fin de debilitar al imperio otomano. Lawrence se sacó de la chistera el concepto de nación árabe, algo que nunca había existido. El caso es que Arabia Saudita siempre fue una propiedad del clan de los Saúd, hasta el punto de que no existen cuentas bancarias ni presupuestos a nombre del reino saudita. Su administración se efectúa mediante cuentas a nombre de la familia real, según figura en la investigación judicial británica del caso Al Yamamah, de la que hablaré infra.
El día de San Valentín de 1.945, se firmó en un acorazado atracado en el canal de Suez, el “Acuerdo de Quincy” –que recibió el nombre del barco donde se firmó- entre F. D. Roosevelt e Ibn Saúd. Se estableció que la familia Saúd proveería de petróleo a EEUU a cambio de la ayuda militar de éste para que aquélla conservara el poder.
Debe tenerse claro que lo firmado no fue un tratado. Los tratados se firman entre estados. Al tratarse de un pacto entre un Estado y una familia se le llamo acuerdo.
A partir de esa fecha, EEUU se incorporó como un nuevo actor en la zona, y Arabia Saudita aumentó su protagonismo ofreciendo financiación y refugio a los opositores del presidente egipcio. Este fue el momento en que los HH.MM. sellarían su indisoluble colaboración con Arabia Saudita. Por supuesto, con el patrocinio de los británicos.
Con el derrocamiento de la monarquía egipcia -afín al imperio británico- originada por jóvenes oficiales del ejército, llegó al poder el coronel Gamal Abdal Nasser. Su nueva política favorable a la independencia exterior de su país y a las reformas sociales -en concreto la reforma agraria- no fue bien recibida por los británicos, que acabaron recurriendo a sus antiguos aliados, los HH.MM.
Consecuencia de ello fue que la Hermandad se opuso a la reforma agraria con violencia y atentó infructuosamente contra la vida de Nasser en Alejandría.
El nacionalismo de Nasser, plasmado en la defensa de los intereses socioeconómicos de su país y de su soberanía, fue considerado inaceptable por el R.U. El propio primer ministro Anthony Eden publicó en sus memorias “Si permitimos a Nasser salir impune de su golpe al Canal de Suez (se refiere a su nacionalización en 1.956) la consecuencia será el fin de la monarquía (….) de Arabia Saudita”.
Para entender las palabras de A. Eden hay que volver a la naturaleza del acuerdo del Quincy consistente en petróleo a cambio de la seguridad del clan Al Saúd.
En 1.985 se firmó el Acuerdo de Al Yamamah (citado supra) entre el príncipe saudí Bandar bin Sultán y la exprimera ministra Márgaret Thacher.
Fue el mayor contrato de armamento de la historia y el más corrupto conocido. British Aerospace (BAE Systems) proveyó armamento a Arabia Saudita por 80.000 millones de dólares.
Este acuerdo tiene varios detalles escabrosos. Uno, que el importe total de la transacción fue depositado en cuentas particulares de la monarquía saudita. Dos, que de dicho importe se extrajo un fondo secreto extraterritorial (paraísos fiscales) para financiar actividades de índole “geoestratégica”, es decir, revoluciones “populares”, golpes de Estado, actos de terrorismo, defensa de las “libertades democráticas”.
Al Yamamah consistió, sobre todo, en un trueque de armas por petróleo y una tapadera de acciones subversivas.
Cada vez que se habla de la financiación saudí de actividades, llamémoslas “indecorosas”, debemos traducirlo como operaciones británicas pagadas por los saudíes de los fondos Al Yamamah y ejecutadas por los HH.MM y sus ramificaciones.
El 11-S es paradigmático. Según las 28 páginas inicialmente clasificadas de la Comisión Congreso-Senado sobre el atentado -ni Bush ni Obama querían desclasificarlas- mientras Bandar bin-Sultán proporcionaba efectivo a los secuestradores a través de dos miembros de la inteligencia saudí, el príncipe Bandar recibió al menos 2.000 millones de dólares de los fondos Al Yamamah mediante las cuentas de la embajada saudí en los bancos Riggs National Bank y HSBC.
La desclasificación de estos documentos resultó dificilísima. Finalmente lo fue. Siendo censurada parcialmente mediante enmiendas y tachaduras. Se debió a la creciente presión de congresistas y senadores, tanto republicanos como demócratas, efectuada durante casi 15 años. Los documentos involucran abiertamente a los saudíes. El problema es que el príncipe Bandar era considerado por Bush padre un hijo más, y que en el acuerdo Al Yamamah Arabia Saudí no estaba sola. Su contraparte fue británica. Por tanto, ¿quién estuvo detrás del 11-S?
Los familiares de las víctimas se organizaron para demandar a la monarquía Al Saúd. Ésta reaccionó amenazando claramente si tales demandas llegaban a producirse y Obama salió en su defensa. En realidad, a quien defendió Obama no fue a una monarquía tan corrupta como amiga, lo hizo a otra monarquía igual de corrupta pero mucho más amiga, la que dicta y manda de verdad: la británica.
Luego llegaría el 11-M, las revoluciones de colores, el Maidán de Ucrania, la primavera árabe con sus guerras en Libia, Irak, Siria, Yemen……; los atentados en Paris, Dinamarca, Londres………….
Y en esto apareció Trump. Y llegó diciendo que no quería ser más enemigo de Rusia, y que la OTAN no tenía sentido. Tenía razón. La OTAN se creó en contra de la URSS, y la URSS ya no existe.
Durante la campaña estadounidense aparecieron las relaciones de Hilaria Clinton con los Hermanos Musulmanes cuando el FBI confiscó el ordenador del excongresista judío Anthony Weiner, esposo de Huma Abedin, jefa del equipo de trabajo de Clinton.
El padre de Abedin dirige una revista que suele recoger las opiniones de la Hermandad. Su madre es presidente de la asociación saudita de mujeres de la Hermandad Musulmana. También trabajó con la esposa del expresidente egipcio Morsi, miembro de la misma Hermandad. La propia Abedin, aunque estadounidense de nacimiento se educó en Arabia Saudita.
Por otro lado está John Podesta, exjefe de personal de la Casa Blanca con Bill Clinton y jefe de campaña de Hilaria. Como en EEUU los grupos de presión (“lobbies”) están legalizados, se puede trabajar a favor de intereses espurios con la conciencia tranquila; nadie te lo va a reprochar. Podesta es el responsable de velar y promover los intereses saudíes en el Congreso de EEUU Al parecer, cobra por ello 200.000 dólares mensuales.
La administración Obama tuvo una amplia representación de miembros de la Hermandad Musulmana, al igual que sus predecesores, Bush y Clinton.
Y ¿Londres? Londres es a los HHMM lo que Francia a ETA. No olvidemos que la I Asamblea etarra tuvo lugar en un monasterio, sí, el de Belloc; es decir, Bayona, Francia.
¿Entonces? ¿Qué está pasando realmente aquí?
¿Hay indicios racionales que apunten en alguna dirección?
Finalizaré con un último artículo esta serie dedicada al terrorismo yihadista.
Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz
mlastramuniz@hotmail.com
PD: Os dedico esta bella pieza de Pedro Iturralde: “Pequeña Czarda”
https://www.youtube.com/watch?v=FayAbYfbnvg
Interesante artículo y reveladora visión de los orígenes del terrorismo yihadista.
La raíz fundamental de la elección de la violencia es doble, al ser, de un lado, pretendidamente sobrenatural y, de otro, antropológica.
Digo ‘pretendidamente sobrenatural’ porque los terroristas islámicos intentan exculparse alegando que Alá quiere, usando cualquier medio al alcance, implantar la ‘sharía’ en el mundo entero.
En cuanto a la raíz antropológica, no es más que un espurio corolario de su falsa justificación teológica: los terroristas islámicos tienen la convicción de que, perpetrando actos violentos en nombre de Alá, lograrán la ansiada felicidad.
El teólogo radical Ibn Taymiyyah, el reformador suní Ibn Abdu-I-Wahhab y el fundador de la dinastía real de Arabia Saudí, el emir Muhammad bin Saud, son referentes intelectuales del terrorismo islámico actual.
La familia real de Arabia Saudí, cuyo estado moderno comenzó en 1932, respalda, oficialmente, el ‘salafismo wahabita’ al igual que Qatar y los talibanes afganos.
La entrada de tropas de la Unión Soviética en Afganistán (1978) y la consiguiente guerra de liberación (1978-1992) constituyen hitos fundamentales de la historia del terrorismo yihadista.
La unión Soviética encontró en los yihadistas más resistencia de lo esperado porque muchos de ellos contaron con el apoyo de EE.UU. y, especialmente, de Arabia Saudí.
Las ayudas financieras fueron canalizadas a través del teólogo palestino suní Abdullah Yusuf Azzam y su discípulo Osama bin Laden, multimillonario saudí.
El resto de la historia ya la conocemos.
Según Europol, Reino Unido tiene cerca de 800 combatientes fuera de sus fronteras y más de 3.000 extremistas. La mayoría entre 18 y 30 años, con ciudadanía británica y origen sudasiático.
En la lucha contra el terrorismo islámico es imprescindible aunar esfuerzos (políticos, policiales, económicos, sociales) que contribuyan a frenar el problema y hacerlo desaparecer.
Esa tarea conjunta hará del mundo un lugar más seguro y,probablemente, también, más justo y mejor.
Lo que ocurre es que, al final, más allá de lo ficticio que proyectamos, existe una realidad que ocultamos….
Por cierto, una excelente selección musical que D. Pedro Iturralde compuso con sólo 20 años, en 1949.
Fue quien propuso al Ministerio de Educación, la primera ‘Cátedra de Saxofón’ en los Conservatorios Superiores de Música de España allá por 1973.
‘Pequeña Czarda’ junto con ‘Suite Hellenique’ son obras que hoy en día se preparan en los Conservatorios de Música para los exámenes de saxofón.
‘Pequeña Czarda’ está compuesta para saxofón alto (el de la foto del vídeo es un saxofón tenor) y piano.
D. Pedro Iturralde trataba a sus alumnos como a sus hijos.
Inigualable…..
Esto es para remover el avispero ultra y que la gente se dé cuenta de que la radicalidad está en todos sitios:
1.- Hermanos Musulmanes VS Guerrilleros de Cristo Rey
2.- Califato fundamentado en la Fe VS España Grande y Libre por la gracia de Dios
3.- Socialismo islámico VS nacionalsindicalismo
Dices al terminar este relato interesantísimo que es todo tan irracional, que no hay quien lo entienda ¿Te acuerdas de cómo reaccionó el Gobierno de Aznar con el atentado del 11M? ¿A día de hoy es normal lo que dice Pedro J?
Hay un dicho: cuando uno dice una mentira, ya no puede parar el resto de su vida.
Esperando ya la continuación.
Y, intentando que alguien, de verdad, se dé cuenta que una alianza de civilizaciones de verdad es tan necesaria como acabar con los terroristas.
D. José Luis Rodríguez Zapatero aprovechó la 59ª Asamblea General de la ONU, el 21 de septiembre de 2004, para proponer una alianza entre Occidente y el mundo musulmán con el fin de combatir el terrorismo internacional por otro camino que no fuera el militar.
Una propuesta que fue adoptada por las Naciones Unidas el 26 de abril de 2007.
Ya son 120 países y organismos internacionales los que componen el Grupo de Amigos de la Alianza.
El PP enterró la Alianza de Civilizaciones en 2011 y, ahora, en mayo de 2017, el Sr. Rajoy ensalza la iniciativa del Sr. Rodríguez Zapatero, que antes denigró….
Si, primero se descojonaron de él, y luego fue vergonzoso.
«Mi país es defensor del diálogo y del uso de medios pacífico para la resolución de controversias» dijo en la ONU el heredero del de la foto de las Azores. Menudos crápulas.
La solución al radicalismo suni pasa por apoyar a Irán.
El chiismo posee clero y los iluminados radicales se depuran. El chiismo es la versión del islam equivalente al catolicismo. Es necesario mantener un interlocutor religioso visible y con autoridad para poder negociar y pactar.
Hoy por hoy, en el sunismo no lo hay. Hoy el sunismo es un avispero de Mahdis o Mesías musulmanes, o califas en potencia.
La solución al pasar por Irán hace fatal la alianza con los saudíes, que han comentado y financiado al terrorismo suni con un doble propósito, debilitar a Irán y a las comunidades chiies de los países vecinos (así estalló la guerra en Siria) y persuadir a Occidente de no retirar su ayuda a los saudíes con la presión terrorista en contra de Irán y de los intereses económicos saudíes.
No hay Alianza de las Civilizaciones sencillamente porque con tribus y sin interlocutores entre los sunies es imposible.
Y no es posible tampoco porque hay posturas irreconciliables entre sus valores y los occidentales.
El mensaje progre se empeñara, pero es ridículo, fantasioso y profundamente ignorante. Sólo converge en una cosa con los sunies, su cristianofobia. En lo demás, es como si los rabinos de Alemania hubiesen tratado de negociar con Hitler una alianza.
Para mí, el asunto clave del artículo, es la instigación británica del yihadismo. Creo que ahí se resume todo lo dicho.
Inglaterra y EEUU.
¿Estaban los ingleses el 711 instigando lo de Guadalete?
En realidad todo comienza en el yacimiento de Jebel Irhoud…porque uno de Podemos tocó unos restos…no te jode…jejeje.