20 personas participantes del programa de ‘Infancia en dificultad social’ de la provincia de Ciudad Real han conseguido mejorar vínculos, compartir experiencias y adquirir nuevas habilidades para empatizar con los menores.
La risa es un elemento universal y transversal a todas las culturas; favorece la interacción entre los grupos y crea conexiones naturales entre las personas que favorecen el conocimiento y la integración. Por ello, la risa cobra especial importancia cuando se trata de atender niños y niñas, especialmente, así como a otras personas usuarias.
Con el objetivo de aprender nuevas dinámicas que aplicar en el día a día con los menores que son atendidos por el programa ‘Infancia en dificultad social’, el voluntariado ha realizado un taller de Risoterapia en el que han participado 20 personas de Puertollano, Tomelloso y Valdepeñas, localidades donde se desarrolla actualmente este programa de Cruz Roja.
Esta iniciativa, además, les ha permitido compartir experiencias, ideas nuevas y habilidades entre todos y todas las participantes que se reunían por primera vez para seguir las indicaciones de la Asociación Cheritrones, encargada de impartir el taller.
La tarde de risoterapia ha permitido mejorar la creatividad e imaginación de los voluntarios y voluntarias de Cruz Roja, aumentar la cohesión grupal y el desarrollo de su sentido del humor que, a la hora de trabajar con niños y niñas, se verá reflejado en el desarrollo de su fortaleza, la alegría y el ánimo, ya que se estimulan las endorfinas conocidas como los “mensajeros alegres”, el fortalecimiento del sistema inmunológico (pues las carcajadas influyen en el sistema nervioso, haciéndolo más resistente) y el favorecimiento de la relajación a través de la risa.
